Por Leticia Pogoriles
En “Coronados de Gloria, la historia inédita de las medallas olímpicas argentinas”, el periodista Víctor Pochat traza perfiles íntimos de los deportistas que subieron al podio en los Juegos Olímpicos desde la primera participación argentina en París 1924 hasta la última en Beijing 2008, mechados con los contextos históricos nacionales y el advenimiento del deporte profesional.
A pocos días de comenzar una nueva edición de los Juegos Olímpicos en Londres, Pochat dio en el clavo y, tras una arduo trabajo de investigación, publicó este compendio pormenorizado de las vidas y carreras de 66 medallistas argentinos (entre ellos varios equipos) con un valor agregado: es el primer libro que registra historias nunca antes reveladas del deporte nacional.
“La investigación empezó en el 2000 cuando fui invitado por la escuela de periodismo Deportea a dar charlas sobre los Juegos. Al preparar las clases me di cuenta que para la parte argentina no había bibliografía. Entonces recopilé datos y entrevistas para las clases, y todo eso lo volqué en este libro” contó Pochat, un ferviente seguidor y especialista de estos Juegos.
En este camino con importantes baches históricos, el autor contactó familiares y amigos de los deportistas ya fallecidos, pero también se encontró con datos erróneos como algunos nombres mal escritos, tal es el ejemplo del boxeador medalla de bronce en Berlín 1936, Francisco Risiglioni.
“En los archivos aparecía como ‘Resiglione’. Logré dar con su hijo en Rosario y pude rearmar la historia de este hombre que termina internado después de la semifinal y se escapa del hospital para pelear el Bronce contra un sudafricano que estaba tan roto como él”, relata el autor, también periodista que cubrirá los Juegos para la cadena ESPN.
La Argentina se vinculó al movimiento olímpico desde que trece miembros fundaron en 1894 el Comité Olímpico Internacional. Uno de ellos fue el argentino José Zubiaur; pero fue recién en París 1924 que el país envía un equipo tras la creación del Comité Olímpico Argentino por decreto del presidente Marcelo T. De Alvear.
“A los Juegos -dice Pochat- se los toma en serio desde el comienzo porque hay una intención del presidente de mandar un equipo. Lo que cambió es el deporte, en ese momento eran amateurs y la preparación y la importancia que se le daba en el mundo era mucho menos relevante que ahora. Todos los medallistas de la primera mitad del siglo XX tenían otra actividad y practicaban en sus ratos libres”.
Entre estas glorias pasadas, el lector se encontrará con la historia del Luis Brunetto, especialista en salto triple y primer medallista argentino en 1924 y que, además, fue récord sudamericano durante un cuarto de siglo.
Allá en esos primeros años, cuando el resto del mundo desconocía dónde estaba ubicada la Argentina y ni hablar de las notas del Himno Nacional, un joven Pedro Quartucci desafiaba en el ring y, antes de alzarse a la fama como actor popular, fue medalla de bronce en la categoría pluma.
La séptima medalla la obtuvo el equipo masculino de fútbol en Ámsterdam 1928 donde una final contra Uruguay le demostró al mundo la habilidad fubolística rioplatense, tras un toreno que empezó con un triunfo por 11 a 2 frente a Estados Unidos, resultado que todavía se considera la máxima goleada argentina en contiendas olímpicas.
Ese mismo año, un joven Juan Domingo Perón, por entonces teniente primero, fue apartado contra su voluntad -y a último momento- de cumplir su sueño olímpico como esgrimista.
“Perón había conseguido su plaza en los torneos clasificatorios, pero el ministro de Guerra Agustín P. Justo lo dejó afuera del equipo porque dijo: `ya hay muchos militares argentinos en Europa`”, escribe Pochat.
En Los Angeles 1932 la participación del maratonista Juan Carlos Zabala fue una cuestión de Estado. El tenía 19 años y para competir la edad mínima era 20, sin dudarlo el gobierno tomó cartas en el asunto y la solución que llegó desde el despacho del mismísimo presidente Justo fue falsificarle la edad.
“Fue un pequeño fraude -relata el autor- dentro de un gobierno recordado por otros muchos más groseros, pero al deporte argentino le reportó una de las hazañas más grandes y aún hoy `El ñandú criollo` es el campeón más joven del maratón olímpico”.
Alberto Zorrilla, el primer campeón olímpico de Natación en Amsterdam 1928 y hasta ahora el único en esa disciplina “fue un adelantado” dice Pochat. Becado por universidades de Estados Unidos para nadar en los años 20, Zorrilla le ganó a las estrellas del momento. En el32 fue el abanderado, “pero lo expulsan porque se niega a competir debido a que le debían viáticos de una gira previa. A modo de protesta decide no ir”, sigue el autor.
Los lectores curiosos podrán leer la historia del nacimiento de Las Leonas y una final de futbol que se jugó dos veces, dos timoneles que se entrenaron con sus rivales para vencerlos, otros dos maratonistas que lloraron desde Helsinki la muerte de Evita, un campeón de la equitación que tuvo una relación simbiótica con su caballo y el relato del hombre que, a los 43 años y con seis participaciones en los Juegos, ganó la dorada en ciclismo.
La inserción femenina en el deporte al igual que a nivel social y político, fue escalonada. “La primera en competir fue la nadadora Jeannette Campbell en el 36. Además de ser la única de la delegación entre 55 hombres que viajaron en barco a Berlín, fue la primera medallista”, indica Pochat.
Hasta el 2000 que aparecen Las Leonas, las argentinas habían ganado sólo tres medallas (Campbell, la atleta Noemí Simonetto en 1948 y Gabriela Sabatini en 1988) pero “hace doce años que hay una mayor participación y dedicación y de las últimas 16 medallas, siete son femeninas”, agrega.
En la cosecha general, para Pochat, el país ha tenido muy buenas actuaciones. “Hasta 1952 estaba entre los 20 primeros. Después vino un pozo que va del `52 al `88 y que coincide con la mayor cantidad de golpes militares e inestabilidad política”.
Con la democracia, subraya, “el deporte empieza a ganar relevancia en la sociedad y se ha recuperado la performance de esos primeros años del siglo XX”, concluye esperanzado de agregar nuevos capítulos después de Londres 2012.