La banda uruguaya de hard rock se encuentra en plena producción de su tercer disco y continúa con la consolidación de una identidad basada en la potencia sonora y la búsqueda constante de superación.
Por Florencia Belén Mogno
El hard rock en América Latina siempre tuvo su lugar de resistencia. Desde los márgenes del mainstream, el género supo sostener una comunidad fiel y una tradición que pasa de generación en generación, alimentada por riffs poderosos, letras intensas y una actitud que no negocia autenticidad. En Uruguay, ese linaje tiene continuidad en propuestas actuales que combinan herencia clásica con una búsqueda propia.
En los últimos años, varias bandas emergentes y consolidadas de la región pudieron dar pasos firmes en la escena y consolidar un circuito donde la autogestión y la profesionalización caminan de la mano. Las giras por países vecinos, las grabaciones independientes y los reconocimientos en premios especializados reflejan la vitalidad de un movimiento que no se rinde.
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El contexto actual permite observar cómo algunas propuestas lograron no solo sostenerse sino también evolucionar. El crecimiento artístico va de la mano de la experiencia colectiva, la maduración compositiva y la necesidad de ir más allá del disco anterior. En ese marco, los procesos creativos toman protagonismo, al igual que las reflexiones internas de quienes siguen apostando por este camino.
Una de esas bandas es Black Smoke, referente del hard rock uruguayo formada en 2014, y en esta ocasión Diario NCO tuvo la oportunidad de dialogar con el bajista del grupo, Rodrigo Turell, quien compartió detalles sobre el presente del grupo, los desafíos del nuevo disco y la visión de futuro luego de diez años de trayectoria.
Una actualidad colmada de proyectos
En el presente, la banda se encontra en pleno desarrollo de su tercer trabajo discográfico. Sobre este nuevo material, Turell comentó que “el disco lo venimos preparando hace un par de años. A principios del año pasado grabamos cuatro temas y la idea es, si es que nos dan los tiempos, grabar cuatro o cinco temas más”.
El músico explicó que el grupo se tomó el proceso con calma y profundidad: “Estamos trabajando muy tranquilos porque la idea es sacar un buen material, y hacer un salto, una evolución. Estamos trabajando mucho en eso, y creo que va a estar bueno y que vamos a cumplir con esa meta de siempre superarnos”.
Una de las características que definen a Black Smoke reside en la calidad de sus canciones. En ellas, la banda priorizó tanto el nivel musical como los detalles líricos y melódicos. Este rasgo distintivo se manifestó en su dinámica de composición, sobre la cual Turell detalló que “los temas nacen generalmente de una idea musical que puede traer Andrés (guitarrista) o yo. Después me encargo de hacer las melodías vocales y las letras, y una vez que tenemos la maqueta la llevamos al ensayo y ahí cada uno aporta desde su lado y desde su instrumento”.
En ese sentido, el músico reflexionó sobre cómo conservaron su esencia a lo largo del tiempo sin dejar de crecer: “Creo que lo de la esencia se da de manera natural porque, en definitiva, seguimos haciendo hard rock y como que no nos representa un trabajo mantener una línea entre disco y disco. Pero yo creo que el desafío es intentar no repetirse y hacer cosas originales y que no se hayan escuchado antes”, planteó el artista.
Una consolidación sonora
Por otra parte, sobre la evolución entre discos, Turell señaló: “Con el primer disco estábamos arrancando en buscarle la esencia a la banda. Y ahora ya tenemos una forma de trabajo, ya sabemos qué es lo que nos gusta a todos, y eso creo que ayuda un montón, y siempre intentamos evolucionar”.
Black Smoke nació en Montevideo y está integrada por Gonzalo Núñez (voz), Rodrigo Turell (bajo), Andrés Nion (guitarra) y Diego Spinelli (batería). Su primer álbum, Black Smoke (2016), fue seguido por Hasta el Final (2019), material que les valió una nominación a los Premios Graffiti 2020 como mejor álbum de Hard Rock y Metal.
Durante estos años, la banda realizó múltiples presentaciones en Uruguay y una gira por Chile en 2019. Además, fueron teloneros de artistas como Rata Blanca (Argentina), Mr. Big (Estados Unidos) y Enforcer (Suecia), confirmando su vigencia en la escena.
En la actualidad, se preparaban para sus próximos shows y paralelamente, continuan con los avsnces en el desarrollo de lo que serán las grabaciones de su esperado tercer álbum.
Tras una década de recorrido, Turell compartió una reflexión emotiva sobre lo que significa formar parte de Black Smoke: “Creo que todos coincidimos en que es la banda que nos gusta ser parte. Tenemos esa suerte de estar tocando y la alegría de que todos tiramos para el mismo lado y estamos muy emocionados por lo que hacemos y por la gente que nos sigue, concluyó.
Fuente fotografías: redes Black Smoke.
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