Almirante Brown está, sin dudas, pasando por uno de los momentos institucionales y deportivos más críticos de su historia. El fútbol, que llenó de alegría décadas y décadas de glorias, es el principal defecto del Mirasol que en todas sus líneas no pudo consolidar jugadores de calidad para soñar en grande, y el arco no es una excepción.
Para muchos, el último “gran arquero” de Almirante fue César Monasterio, aquel experimentado jugador que llegó al club lleno de polémica por su elevada edad y se fue con un título bajo el brazo. Para otros, su sucesor, Gastón Losa -hoy en Deportivo Español- fue quien finalizó una etapa de aceptables porteros para dar lugar a una laguna que sigue al día de hoy.
Mauro Dobler
Llegó en 2012 para ser suplente de Gastón Losa, quien se encontraba afianzado a la titularidad. Proveniente de Racing Club y con pasado por Estudiantes de La Plata y Atlanta, el guardameta arribó a la entidad de La Matanza con la fama de jugar poco y pelear mucho: en 2011, se agarró a los golpes con Teófilo Gutierrez en un entrenamiento de la Academia.
En Almirante, Dobler estuvo tapado por Losa hasta que éste se marchó de la noche a la mañana a Ferrocarril Oeste, y ahí se ganó la oportunidad de hacerse con la valla, donde alternó muy malas actuaciones que desencadenaron en perder su lugar a manos de Ezequiel Cacace, aunque ambos no pudieron evitar el descenso a la Primera B.
Tras su paso en el Mirasol, el guardameta se marchó a Tiro Federal, donde duró poco y nada. En 2016, llegó a Atlanta donde estuvo hasta 2018, cuando selló su vínculo contractual con Santamarina de Tandil de la Primera B Nacional, pero, al puro estilo de su historial, se fue por la puerta de atrás.
Si bien su nombre sonó en Gimnasia y Esgrima de La Plata, la realidad de Dobler lo llevó a ser presentado, a comienzos de este mes, como el responsable de entrenar a las guardametas de la Selección femenina de nuestro país.
Ezequiel Cacace
Luego de un campeonato abrupto en el que Almirante se gastó un presupuesto millonario en armar un “dream team” que fracasó en el torneo de la Primera B Nacional 2012/13 -y que le valió el puesto a Blas Armando Giunta, quien renunció tras ocho años en su cargo-, la Fragata salió de refuerzos “con nombre” pero que no representaran un gasto exagerado.
Y ahí apareció Cacace, recordado por muchos por ser un eterno suplente del Vélez Sarsfield de Ricardo Gareca que daba miedo a todos sus rivales en Primera División. Con un paso fugaz por Atlético Tucumán, un frío día de julio del 2013, los hinchas del Mirasol despertaron con la noticia de la llegada del arquero.
De ahí en más, Cacace estuvo en el banco hasta que le tocó ganarle la titularidad a Mauro Dobler, quien venía de protagonizar muy malas actuaciones. ¿El resultado? Lo mismo, el ex Vélez no estuvo a la altura del arco de Almirante y fue uno de los principales responsables del descenso a la Primera B Metropolitana.
Luego de su paso por el conjunto de La Matanza, Cacace viajó a Chile para vestir los colores del Rangers (2014-16) y Cobreola (2016-17), para finalmente retornar a tierra argenta, precisamente a Talleres Remedios de Escalada en donde es titular y en el que se encuentra peleando el descenso para no bajar a la Primera C.
Bruno Centeno
Tras el descenso a la Primera B Metropolitana, Almirante depuró casi todo su plantel y comenzó con una oleada de contrataciones, entre las que se destacó la llegada de Centeno, quien tenía antecedentes que esperanzaron a la entidad de Casanova, pero que terminó en frustración.
Para creer o no, Centeno fue suplente de Sergio Romero en el Mundial sub-20 en el que Argentina se consagró campeón en Canadá 2007. Sí, fue compañero de Sergio Agüero, Ángel Di María, Mauro Zárate, Lautaro Acosta y otros tantos jugadores que luego triunfaron a nivel internacional o en el fútbol local.
Con un paso registrado en San Lorenzo (2007-2011), el -por ese entonces- prometedor arquero fue nada más ni nada menos que sparring de la Selección Nacional. Sin embargo, su potencial carrera decayó un poco cuando firmó en 2012 con Almagro, entidad que se encontraba en la Primera B Metro, y donde estuvo hasta el 2014.
Ese mismo año, firmó en Almirante como un fichaje de “jerarquía” que nunca explotó. Con flojas actuaciones y mucha polémica por su conducta antideportiva, se marchó rápidamente.
En 2016, fichó para Defensores de Belgrano de VIlla Ramallo, donde estuvo una temporada, para luego retornar a Almagro, ya en la Primera B Nacional, aunque no pudo hacerse con la titularidad.
En búsqueda de minutos, el ex Almirante encabezó su primera -y hasta ahora, última- travesía internacional con los colores del Gualaceo, de la Serie B de Ecuador, como un fichaje de jerarquía, aunque al poco tiempo Centeno volvió a armar sus valijas y volvió a la Argentina.
En su regreso, el arquero de 30 años recaló en El Porvenir de San Clemente del Tuyú, club que juega en el Torneo Regional de la Costa Atlántica. Allí, Centeno comparte actualmente plantel con Toti Ríos (ex Independiente), Luciano Olguin (otro ex Almirante, de un muy mal paso), Jorge Chiquilito (ex Defensores de Belgrano y Dock Sud) y Mariano Lutzky (ex Temperley). De la Selección a una liga regional sin escalas.
Pablo Migliore
En 2016, Almirante se propuso, una vez más, el retorno inmediato a la Primera B Nacional. De esta manera, volvió a invertir en un “dream team” con nombres como Nahuel Benítez, Marcelo Vega, Sebastián Matos, Martin Palisi, entre otros.
Entre ellos, la firma de Pablo Migliore -proveniente de Peñarol de Uruguay- rompió el mercado y la Fragata revalidó la “chapa” de candidato, aunque terminó sucediendo todo lo contrario.
El resultado fue más de lo mismo, Migliore no jugó como aquel arquero que fue figura en San Lorenzo y Racing Club de Avellaneda, en tanto que su estado físico era cada vez más polémico.
Con pocos partidos sobre su espalda, el ex Boca se fue de Almirante y firmó con Atlético Paraná, en ese entonces, de la Primera B Nacional, y con el cual se fue al descenso en menos de seis meses al Federal A.
En 2017, el experimentado arquero fichó en Barracas Central pero tampoco le fue bien. En junio del 2018, el club Sacachispas, de la Primera B Metro, oficializó la llegada del jugador que se fue, increíblemente, a los pocos días producto de unos audios que se filtraron del DT del Lila, Gustavo Cisneros, quien criticó su arribo a la entidad, afirmando que era una incorporación a pedido de los dirigentes y no suyo. ¿Y ahora? ¿por dónde anda? Como anunció años anteriores, el ex Almirante, quien no oficializó su retiro del fútbol profesional a pesar de no tener club, se subirá al cuadrilátero el próximo 9 de marzo, cuando lleve a cabo su primera pelea de boxeo en la Sociedad de Fomento Villa Don Bosco, en Ramos Mejía.
Joaquín Mattalia
Sin dudas, el arquero más aceptable de esta lista, e inclusive no es merecedor de ser definido su paso como “malo” en la entidad de Casanova, aunque su salida si lo fue.
Con nula participación como titular en sus primeros meses en la Fragata, Mattalia se afianzó a la titularidad en el conjunto de La Matanza y fue una pieza crucial para que el Mirasol se salve del descenso en el campeonato de la Primera B Metro 2017/18.
Sin embargo, cuando llegó el momento de revalidar su vínculo con el club, el ex Boca Juniors optó por irse, pero su pase al fútbol uruguayo se frustró y el portero terminó firmando en Independiente Rivadavia de Mendoza, donde hasta el día de hoy es suplente.
Matías Giordano
Ante la salida abrupta de Joaquín Mattalia, Almirante fue en búsqueda de un reemplazante y contrataron a Giordano, quien registró grandes pasos en varios clubes del ascenso y Primera División -como Talleres de Córdoba, Quilmes y Huracán-.
Sin embargo, el nivel del guardameta de 39 años fue irregular en la gran cantidad de partidos de la primera rueda del presente torneo de la Primera B Metro. Y por este motivo, Giunta le dio su chance a Francisco Peralta Salinas, quien terminó la primera parte del certamen como el titular del equipo.
Francisco Peralta Salinas
Con una carrera caracterizada por “pelearla” en categorías menores, Peralta Salinas tuvo en varias oportunidades la chance de afianzarse como el “uno” de Almirante, pero nunca lo logró.
Con pasos registrados por El Porvenir, Defensores de Cambaceres y Ferrocarril Midland, el paraguayo de 30 años, quien también vistió los colores de Deportivo Capiatá de su país, finalizó la primera rueda del presente certamen como el portero titular de Almirante. Inclusive, fue el responsable de la última victoria del Mirasol, en la fecha 19, cuando los de La Matanza vencieron 1-0 a la UAI Urquiza con un penal atajado en el último minuto por parte del ex Funebrero.
No obstante, las actuaciones previas del arquero llenaron de dudas al cuerpo técnico que optó por hacerse con los servicios de Ramiro Martínez, el actual titular.
Ramiro Martínez
En un par de meses, Almirante Brown tuvo tres arqueros dentro de los primeros once. Primero, Matías Giordano, quien no estuvo a la altura del equipo; luego, Francisco Peralta Salinas, quien no convenció a Blas Giunta; y ahora, Ramiro Martínez, ex Estudiantes de Buenos Aires, Boca Juniors y Godoy Cruz de Mendoza.
En su historial, el arquero de 27 años se caracteriza más por no jugar que por hacerlo: en sus dos etapas por el Xeneize (2012/13 y 2016/17) no sumó minutos; en Estudiantes de Buenos Aires (2013-15) se hizo con la valla del Pincha de Caseros pero no pudo quedarse; y en Godoy Cruz (2017-18) tampoco tuvo rodaje.
En este contexto, Martínez llegó a Almirante y su rendimiento llenó de dudas a los fanáticos del Aurinegro. Con actuaciones muy flojas, el ex Boca recibió 9 goles en cinco encuentros, a lo que solamente pudo mantener su valla en cero una sola vez (0-0 vs San Telmo). Asimismo, lo que más llama la atención, son sus problemas básicos a la hora de atajar y posicionarse en el área chica. ¿No será hora del juvenil Joel Mena Gerez?