Lo escuchaste en No Te Duermas

En un diálogo con la integrante de La Casa de Lohana y Diana, Florencia Guimaraes para el ciclo radial No Te Duermas explicó cuál es la función que cumplen con esta organización dentro de la comunidad LGBTIQ.
Por Gabriel Brets
Gabycjs62@gmail.com
La comunidad LGBTIQ ganó mucha visibilidad durante los últimos 15 años. Desde la sanción del matrimonio igualitario, la Ley de Identidad de Género y hace unos pocos años la Ley de Cupo Laboral Trans son algunas de las grandes conquistas que consiguió este sector social en búsqueda de ser tratados por igual con respecto al resto de las personas.
En este sentido, Florencia Guimaraes es integrante de La Casa de Lohana y Diana, ubicada en San Justo en el Partido de La Matanza, afirmó que “brindamos talleres, capacitaciones, también acompañamiento en lo que tiene que ver con cambios de DNI, cambios de identidad de género, articulando con el registro que nos corresponde”.
Además, Florencia detalló: “varios abordamos las situaciones de consumo problemático de sustancias psicoactivas y brindamos talleres y capacitaciones, no solamente en la Casa, sino también para instituciones, para colegios, que es muy importante para nosotras. También tenemos mucha participación política”.
Por otro lado, Guimaraes reveló que este año ya llevan realizando ocho marchas del orgullo en La Matanza y que nacen desde el asesinato de dos compañeras travestis que fueron impulsoras de la Ley de Cupo Laboral en Argentina. Asimismo, manifestó que ambas muertes se dieron una por travesticidio social y la otra por un crimen de odio.
El travesticidio social y su diferencia con un travesticidio común
El travesticidio es un término que se utiliza para ponerle nombre a los crímenes de odio, a los asesinatos específicos hacia personas que se definen como travestis. Actualmente, esta comunidad está trabajando para imponer un nuevo concepto de transfemicidio para las personas que se consideran mujeres trans, y además de transhomicidios.
“Cuando hablamos de travesticidios social, estamos hablando de la expectativa de vida de las personas travestis y trans. En Argentina, pero también en toda Latinoamérica es de 35 años. Entonces estamos hablando de muertes evitables, de las acciones u omisiones por parte de los estados tienen que ver con la creación de políticas públicas para mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad, no para dejarlas morir”, explicó la integrante de La Casa de Lohana y Diana.
Respecto a la baja expectativa de vida de una persona travesti, Florencia aseguró que una de las condiciones es “la expulsión temprana del hogar. Argentina tiene una particularidad con algunos otros países de Latinoamérica, como Brasil o México, donde las personas travestis y trans asumimos nuestra identidad de muy pequeñas. Hoy hablamos de infancias trans. Entonces, el primer lugar de expulsión muchas veces tiene que ver con el hogar, con esas familias que, por prejuicio o desconocimiento, no saben acompañar”.
Asimismo, Florencia Guimaraes criticó a todo el aparato institucional por no adaptase a los cambios sociales: “te trataban con nombre masculino, te internaban en una sala de varones. Eran un montón de violencias que tenían que ver con el no respeto de la identidad, sin contar que teníamos los códigos contravencionales que el propio estado criminalizaba nuestras identidades. No había un código contravencional que era vestimenta inadecuada o el sexo, entonces, a través de esos códigos contravencionales se nos detenía, se nos encarcelaba”.
Finalmente, Guimaraes reveló que en su adolescencia pasó cinco días presa en La Matanza por ser travesti. Fue detenida en una peluquería de Tapiales por el simple hecho de su identidad, junto con otras dos mujeres. Entonces, según ella, todas esas cuestiones hacen a una mala calidad de vida: atravesar torturas, palizas, dormir en calabozos, empezar a ejercer la prostitución desde muy pequeñas para poder subsistir.
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