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“Vapear no es un juego”: crece la adicción a los cigarrillos electrónicos entre adolescentes

Consumo. “Vapear no es un juego”.
Consumo. “Vapear no es un juego”.

El uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores se expandió entre los jóvenes argentinos, pese a su prohibición. Esta tendencia implica riesgos graves para la salud física y mental, y evidencia la necesidad de reforzar políticas de prevención.

Por Florencia Belén Mogno

El consumo de cigarrillos electrónicos se consolidó como un desafío creciente para la salud pública juvenil en Argentina. La combinación de dispositivos atractivos, sabores variados y campañas digitales orientadas a jóvenes generó un escenario donde el vapeo se normalizó.

Esto dio lugar a un aumento de la probabilidad de que adolescentes iniciaran el consumo de tabaco tradicional u otras sustancias. Esta situación evidenció la necesidad de reforzar la educación sanitaria, el control regulatorio y la concientización sobre los riesgos asociados a la nicotina.

En ese sentido y de acuerdo con la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires presentó un informe para alertar sobre el aumento de la adicción a los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes.

Especificaciones del estudio

Según el material brindado a este medio, la Defensoría del Pueblo bonaerense señaló que el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores creció significativamente entre los y las adolescentes.

En esa línea, el organismo destacó que dicho aumento se dió pese a estar prohibida la comercialización, importación y publicidad de los cigarrillos electrónicos y vapeadores desde 2011 por la Disposición ANMAT N° 3226/2011, reafirmada por la Resolución N° 565/2023 del Ministerio de Salud de la Nación.

El documento consultado por NCO señaló que la industria tabacalera buscó obtener excepciones legales para promover el vapeo en espacios cerrados y mantener su consumo entre jóvenes.

Resultados de la investigación

En sintonía con lo expuesto, el informe detalló que “la Encuesta Mundial sobre Tabaco en Jóvenes reveló que el 7,1 por ciento de los estudiantes de entre 13 y 15 años utiliza cigarrillos electrónicos”.
“En 2023, estudios locales en escuelas secundarias de CABA mostraron un 8% de consumo”. También indicó que “entre adolescentes de 12 a 13 años, el 25,2 por ciento ha usado vapeadores alguna vez y el 11,2 por ciento lo hizo en el último mes”, amplió el reporte.

En relación con la percepción del riesgo, destacó que “el 41,8 por ciento de los estudiantes cree que el cigarrillo electrónico es menos dañino que el convencional; casi el 40 por ciento no sabe si es más o menos dañino; y solo el 7,3 por ciento lo considera más perjudicial”.

Consecuencias y abordaje de la problemática

El estudio publicado alertó sobre los riesgos físicos asociados al vapeo: “Los dispositivos producen un aerosol inhalable que contiene nicotina y otras sustancias tóxicas; la exposición a la nicotina en adolescentes puede generar cambios irreversibles en funciones cognitivas”.

Entre las consecuencias, se encuentran efectos negativos en cuanto al aprendizaje, la memoria y la atención. “Se han registrado casos de EVALI con inflamación pulmonar severa y requerimiento de internación en UTI; además, se detectaron efectos adversos en otros órganos, intoxicaciones y quemaduras por explosión de dispositivos”, precisó el estudio.

En materia regulatoria, el informe precisó que “la importación, distribución, comercialización y publicidad de cigarrillos electrónicos y/o vapeadores, cartuchos y líquidos recargables, está prohibida en Argentina por ANMAT desde 2011; pese a esto, existe un activo comercio ilegal, particularmente a través de canales electrónicos, que facilita el acceso de los jóvenes”.

Además, la Defensoría expresó que “no es legítimo, en la búsqueda del equilibrio fiscal, legalizar y gravar con impuestos productos cuya comercialización es desaconsejada por los organismos de salud, ya que la salvaguarda de la salud de la población es una función esencial e indelegable del Estado”.

Análisis general

La baja percepción de riesgo entre los adolescentes potenció la experimentación. Muchos jóvenes consideraron que los cigarrillos electrónicos eran menos dañinos que los convencionales o desconocían sus efectos, lo que permitió que la industria tabacalera mantuviera su promoción de forma indirecta.

En ests aspecto, especialistas alertaron que este contexto podía consolidar adicciones tempranas y también generar consecuencias irreversibles para la salud física y cognitiva de los jóvenes.

Desde el punto de vista médico, los cigarrillos electrónicos implicaron múltiples riesgos. La exposición a nicotina y otras sustancias tóxicas afectó el desarrollo cerebral, la función respiratoria y cardiovascular, e incluso otros órganos. Se registraron intoxicaciones por ingestión de líquidos, quemaduras por explosión de dispositivos y casos de EVALI (Lesión Pulmonar Asociada al Vapeo), mostrando que los efectos dañinos no se limitaron a los consumidores directos, sino que también afectaron a terceros expuestos.

Fuente fotografías: Defensoría del Pueblo bonaerense.

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