

Cata tiene 9 años, desafió a la ciencia desde el minuto uno de vida, progresó como nadie a pesar de su diagnóstico, pero en pandemia tuvo un retroceso y el aislamiento impidió que siga avanzando. Hoy necesita que 16.000 personas aporten unos $2.500 para que su familia complete el costo de un tratamiento que le cambiará la vida por completo.
Por Alejandro Perandones
“Catalina nació con microcefalia severa, hidrocefalia, coriorretinitis en ambas máculas, parálisis cerebral y epilepsia refractaria, a consecuencia de su patología de base, toxoplasmosis congénita”, comenzó contando su mamá, Gabriela Yael Albarenque.
En el año 2022, Gabriela se enteró de la existencia del Cytotron, cuando leyó un artículo sobre la historia de la periodista Bárbara Anderson y su travesía a la India para mejorar la calidad de vida de su hijo con discapacidad. La historia de Anderson y su hijo es hoy la película de Netflix, “Los dos hemisferios de Lucca”.
Esta tecnología emplea radiaciones electromagnéticas con el objetivo de influir en la regeneración celular. Gabriela intentó contactarse con su desarrollador, el doctor Rajah Vijay Kumar, pero tuvo la respuesta de que no aceptaban casos neurológicos, por el momento. Sin embargo, en México sí fue aceptada para realizar el mismo tratamiento experimental. “El 10 de agosto tiene que estar en Monterrey. Viaja con un nene de Santa Fe y detrás nuestro hay diez mamás en campaña de distintas partes de Argentina”, nos cuenta la mamá.
El monto total que necesita la familia es de 80 mil dólares, pero ya consiguieron gran parte de ese dinero. Sin embargo, aún les faltan 35 mil que vale el tratamiento completo para Cata. Calculan que si 16 mil personas aportaran tan solo 2.500 pesos, llegarían a la suma para el 10 de agosto. Las donaciones se pueden hacer en la cuenta bancaria de la familia destinada al viaje de Cata:
*Cuenta de Gabriela Yael Albarenque, Tarjeta Naranja*
Alias: agarrate.catalina.25
CBU: 4530000800010259865516
La historia de una nena que venció a todos los libros de ciencia
Cuando estaba embarazada, a Gabriela le sugirieron un aborto por riesgo de vida de ella misma. Se negó y Catalina hizo su primer milagro, nació pasando la semana 33, por cesárea. Gabriela estuvo cuatro horas en el quirófano, perdió el útero e hizo una hemorragia masiva. Luego de 36 horas, su hija la esperaba fuera de terapia para conocerla. Los médicos le dijeron, sin embargo, que la beba no iba a vivir más de 24 horas y que si lo hacía, la esperanza de vida era de una semana.
Catalina desafió de nuevo los pronósticos, tuvo múltiples cirugías, pero progresó muchísimo en sus capacidades hasta que exactamente el día en que se decretó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, el 20 de marzo de 2020, tuvo una convulsión de seis minutos que, sumada al impedimento para hacer rehabilitación presencial, hizo desaparecer su progreso.
A los 7 años, tuvo que ser operada de ambas caderas, sin posibilidad de pararse nunca más. Sin embargo, ocho meses después de la cirugía ya podía hacerlo con la ayuda de un bipedestador. “Una vez más se reía de los libros de medicina. Sus huesos empezaron a reabsorber el calcio y la densidad ósea aumentaba descomunalmente”, relató Gabriela.
Así, la niña de las mil y una vidas, la que puede contra todos los diagnósticos, hoy necesita la ayuda de todos para lograr una nueva oportunidad.
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