

Mónica Serena, especialista en grafología, utiliza esta disciplina para ayudar a las personas a llevar una vida más plena. En entrevista con Diario NCO, explicó cómo se aplica la misma y su vínculo con otras áreas.
Por Florencia Belén Mogno
La grafología es una disciplina que, aunque despierta un notable interés, todavía no cuenta con el reconocimiento científico en Argentina. Esta herramienta, que tiene más de 100 años de historia, se utiliza para estudiar los trazos y signos que componen la escritura de las personas, con el fin de interpretar su personalidad y comportamientos.
En un mundo donde las nuevas herramientas de análisis psicológico y terapéutico están a la vanguardia, la grafología se presentó y aún lo hace como una disciplina antigua que sigue su adaptación y busca su lugar en el campo de la ciencia. En Argentina, a pesar de sus aportes y de su larga trayectoria, la grafología no goza de un respaldo científico completo.
Sin embargo, esta práctica se utiliza en diversos ámbitos, especialmente en el campo psicológico, a partir de la concepción de que la escritura revela aspectos profundos de la psique humana. La grafología va más allá de una simple interpretación estética del trazo: es una técnica que se basa en mediciones matemáticas de las características de cada letra y firma.
Además, la grafología es un excelente complemento para otras disciplinas, como la psicología, la neurociencia y otros enfoques terapéuticos. Este enfoque interdisciplinario permite un análisis más profundo y completo de las personas, algo que es especialmente valioso en diversos contextos, como el diagnóstico temprano de posibles trastornos emocionales o de salud mental. En especial, se ha demostrado útil en la infancia y en personas de cualquier edad, ayudando a detectar desequilibrios psicológicos antes de que se conviertan en problemas más graves.
En este contexto, Diario NCO dialogó con la grafóloga santafesina Mónica Serena, quien explicó cómo esta disciplina puede aportar a una vida más plena y cómo se complementa con otras ramas de la ciencia y la psicología. A través de la grafología, Serena logró desarrollar un enfoque integral que abarca tanto la evaluación escrita como los aspectos emocionales de las personas.
Antecedentes e historia
La grafología es una disciplina que fue históricamente un tanto incomprendida, pero, según Mónica Serena, se constituye como un ámbito preciso que permite hacer un análisis detallado de las características de la personalidad de una persona. “Es una ciencia que tiene más de 100 años. Lamentablemente en Argentina no está como debería estar a nivel de reconocimiento científico”, comentó.
A través de la medición de los signos gráficos que aparecen en las letras y firmas, es posible hacer una interpretación precisa y profesional. Al respecto, la entrevistada explicó: “Es una ciencia cuantitativa. Yo tengo que medir matemáticamente cuáles son los signos gráficos que me presenta cada letra o la firma”.
Serena subrayó la importancia de seguir una metodología rigurosa en este análisis y remarcó que “es la ciencia que estudia específicamente cómo es el comportamiento del trazo porque cada trazo tiene distintos aspectos y hay una metodología que hay que seguir para poder realizar una inferencia a nivel profesional y con responsabilidad”.
Abordajes de la disciplina
En sintonía con lo planteado anteriormente, la profesional destacó que la grafología puede detectar aspectos que se relacionan con la salud mental y emocional de las personas, y así ayudar a prevenir o abordar posibles problemas psicológicos. “En un ambiente patológico o en un ambiente gráfico que no es sano se pueden detectar patologías que tienen causas biológicas y psicológicas y así la grafología contribuye con la pronta y temprana detección”, agregó Serena.
Para ilustrar la importancia de esta práctica, mencionó cómo la grafología puede ser útil en los niños y señaló que “la grafología contribuye en el abordaje de problemáticas ligadas a la salud mental y emocional en personas de cualquier edad, pero especialmente en la infancia”.
Por otro lado, la entrevistada también destacó el componente personal de su trabajo. A lo largo de su carrera de más de 15 años, fundó su propio consultorio, Grafología Santa Fe, donde combina la grafología con otras disciplinas como la neurociencia. Este enfoque integral permite abordar problemas de manera más directa y efectiva, sin perder tiempo.
“Trabajo la grafología de una manera integral aplicando otras técnicas. Y a partir de ahí se puede recorrer el camino sin pérdida de tiempo para que la persona pueda realizar una consulta y detectar algún problema”, explicó la grafóloga.
Finalmente, Serena reflexionó sobre el impacto positivo de su disciplina y subrayó a modo de conclusión: “La grafología siempre es un buen camino de investigación y de acercamiento a la realidad que uno busca”.
Fuente fotografías: entrevistada Mónica Serena.
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