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Día Internacional del Periodista: ¿Cómo comunicamos?

Día Internacional del Periodista: ¿Cómo comunicamos?

El 8 de septiembre es el Día Internacional del Periodista, además de repasar la historia de su origen, desde la redacción de DiarioNCO traemos una reflexión sobre la labor del periodista como comunicador en un contexto mundial cargado de discursos de odioen donde Argentina no se queda afuera.

Por Candela Alonso Sartori

candela.alonso.s@gmail.com

En la Rumania de 1958, durante el IV Congreso de la Organización Mundial de Periodistas (OIP), se estableció el 8 de septiembre como Día Internacional del Periodista, en honor y conmemoración al fallecimiento de Julius Fucik, escritor y periodista checoslovaco, que fue ejecutado por los nazis en 1943.

Así, la fecha quedó destinada a resaltar la importancia de la profesión del periodismo en su labor de buscar la verdad y en defensa de la libertad de expresión.

A partir de esto, como comunicadores y también como receptores de información, nos preguntamos: ¿De qué forma comunicamos lo que comunicamos? ¿De qué forma lo reproducimos? ¿Qué tipo de discursos consumimos?

Discursos de odio

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define a los discursos de odio como “cualquier tipo de comunicación verbal, escrita o conductual, que ataca o utiliza lenguaje peyorativo o discriminatorio con referencia a una persona o un grupo sobre la base de quiénes son. En otras palabras, sobre la base de su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad”.

Ahora, ¿Qué trae como debate en Argentina? ¿Por qué como periodistas y comunicadores debemos estar atentos a este tipo de discursos?

Muchos cometen el error de confundirlo con una crítica a un espacio político, cuando en realidad no se trata de eso, sino de un momento en donde se traspasa el aspecto de debate democrático para incitar a la violencia.

En este sentido, podemos comprender que muchas de las situaciones, palabras, imágenes, mensajes, pancartas, frases, o incluso cánticos realizados por agrupaciones en donde se incitó a la violencia, se hicieron lugar en grandes espacios de comunicación, no solo tradicionales sino también de gran debate en redes sociales (en donde la violencia suele intensificarse), excusados, por figuras reconocidas, como “libertad de expresión”.

Una buena pregunta como comunicadores es, entonces, ¿Cómo cortarcon el discurso de odio, que genera más odio?Primeramente, es interesante el trabajo de introspección, y a partir de ello es más interesante aún que periodistas puedan comenzar un proceso de análisis sobre el contenido que quieren trabajary sobrelos modos en los que quieren hacerlo.

Por otro lado, es importante también que no se pierda de vista cómo comunica el que comunica, desde el punto de vista del receptor de información.

Esto no con un sentido de censura ni autocensura, sino como un reconocimiento de la palabra del otro, poder diferenciar la libertad de expresión de las amenazar directas o insultos desmedidos hacia una persona.

Para muchas personas, la línea se vuelve tan fina y difusa, que no logran distinguir cuándo es libertad de expresión, y cuándo odio. Y es precisamente ese límite el que se debe tener en cuenta al comunicar, sobre todo a la hora de llenar un espacio en, por ejemplo, medios masivos como la televisión.

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