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En la mañana del martes, Oscar Pettinato dialogó en vivo a través de los micrófonos de la radio NCO 20.20 con el presidente de la Asociación Amigos de la Boca Alfredo Alberti, quien ratificó el reclamo por la contaminación que no cesa en la Cuenca Matanza-Riachuelo y la situación actual de la misma.
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Con el pasar de los años y la aparición de grandes industrias al costado de dicho rio, el agua clara que corría por ese canal fue tiñéndose cada vez más oscura como consecuencia de los desechos tóxicos que se arrojan allí tornándose un foco de contaminación no solo para el ambiente sino para la salud de la población aledaña.
“Hace más de 20 años que estamos en esto. Evidentemente la revista ‘La Nación’ se hizo una pregunta ¿Qué será del futuro del Riachuelo? Es una pregunta que nos inquieta muchísimo y siempre. Estos 20 años que llevamos se han logrado cosas, pero en relación con el tiempo y a la inversión que se hizo los resultados son muy magros”, denunció el entrevistado.
En suma, Alfredo sostuvo: “Realmente esta aplicado a esto la Corte Suprema de Justicia, hay dos jueces federales, Auditoría General de La Nación, hay muchas organizaciones, más de mil personas aplicadas al tema del Riachuelo y no se ven los resultados”.
“Ante esta justicia que tenemos en nuestro país que es tan endeble, pensamos si tenemos que recurrir a una justicia penal, algo que sea más estricto donde al funcionario le duela y que se sienta más responsable de lo que está haciendo porque realmente el tiempo pasa y la contaminación sigue siendo la misma”, opinó el presidente de la asociación.
A su vez, Alfredo Alberti señaló: “Lo que cae en las aguas del Riachuelo, contamina y enferma a la gente. Lo que va por el agua sigue siendo lo mismo. Se han hecho cosas, hay una obra sistema Riachuelo en construcción muy importante, pero no alcanza y lo que se hace no genera el cambio en la salud de las personas y eso es lo que más nos preocupa.”
Las empresas
“Hay una constante de ser benigno con las empresas contaminantes, esa es la constante de todas las épocas. En todo momento que se quiso hacer algo siempre se tropezó con el mismo escollo de la contaminación industrial y no se lo quiere cambiar”, relató el entrevistado.
Por otro lado, Alfredo detalló: “Hay resoluciones que son muy dóciles, los inspectores que van y controlan a las empresas, los parámetros que tienen por más que digan que no contaminan, lo hacen igual porque los parámetros con los cuales se les permite el arrojo al agua o al aire son muy leves, entonces las siguen contaminando”.
“No logramos que se pongan serios con la situación. No queremos que cierren, sino que se obligue a no contaminar como se hace en cualquier otro lugar del mundo. Pasan presidentes por ACUMAR, pasaron 15 hasta el momento grupos de administración, que han ido con esa intención y se han retirado sin lograrlo entonces parece que en nuestro país hay cosas que proponemos en serio y parecen en broma porque seguimos conviviendo con estos problemas, no los solucionamos”, criticó el entrevistado.
La acción de ACUMAR
La Autoridad Cuenca Matanza- Riachuelo) se creó con el objetivo de establecer un cierto orden a dicha situación, ya que ésta es una de las más contaminadas del mundo y aún no se logra sanearla.
“La nota del diario de ‘La Nación’ habla de muchas cosas, pero no pone el sesgo en la contaminación industrial, es un parámetro que se lo trata con mucha suavidad. Nosotros no queremos que se cierren empresas nosotros queremos que las industrias florezcas, sean eficientes, no queremos que las empresas que, por fruto de su labor, enferme a la población, eso no es permitido en ningún lado. Parece que proponemos algo insólito, aunque la resolución de la Corte nos dio la razón, nos da el respaldo, pero la realidad no la logramos cambiar”, manifestó el presidente de la asociación.
Además, Alfredo Alberti indicó: “El control está en tratamiento, pero debe responder a parámetros más exigentes porque son muy laxos. No todas las empresas tienen plantas tratamientos porque son muy costosas tanto en su construcción como en su mantenimiento. Hay empresas que las generaron y fabricaron ellos mismos y otras que no tienen y eso provoca resignación en cuanto a las competencias de los servicios que ofrecen”.
“Se hizo un esfuerzo en los Municipios de unificar las normas, debido a que antes se podían cambiar de distritos por los controles. Se ha hecho un esfuerzo para unificar en los 14 Municipios que cubre la Cuenca-Riachuelo, pero todo está en los papeles, aunque en los hechos cuando se va a medir lo que se contamina son los mismos parámetros”, explicó el entrevistado.
En relación con dicha organización, expresó: “Siempre nos recibe el presidente de ACUMAR, lo curioso es que en estos años jamás los Fiscales o un gobernador o un jefe de gobierno nunca nos recibió ni hubo un compromiso serio en este tema. Siempre delegaron el tema y se desentendieron. Por eso falta la voluntad política principal. Se declaman, pero en la realidad no ocurre”.
Entre la contaminación y la burocracia
“Hay medios que se preocupan como la Corte Suprema de Justicia, hay dos jueces federales, pero nada alcanza. Parece que van a encausar, pero no lo logramos y te digo que estoy rodeado de abogados que trabajan muchísimo en este tema y se ocupan permanentemente. Sin embargo, es una burocracia infernal”, criticó Alfredo.
El presidente de la Asociación Amigos de La Boca afirmó con indignación: “Uno va a tribunales y hay carpetas y carpetas por este tema. La burocracia que se generó es enorme. Son papeles que van y vienen, aunque en el territorio no se cambian las cosas”.
“Deben haber más de 1000 personas aplicadas a la situación de Matanza-Riachuelo. En el territorio hay muy poca gente laburando, la parte habitacional para la reubicación de las personas están muy lentos. Por suerte hay un grupo de trabajo del Gobierno de la Ciudad que está operando para que la superficie del río este cuidada, los márgenes, terraplenes”, contó el entrevistado.
También, Alfredo resaltó: “Todo lo que sea contaminación visual este cuidado, aunque lo que va por aire o lo que va por un caño por debajo que es lo que enferma y mata, aún no. Hemos logrado una parte del problema, pero la más seria y peligrosa está vigente y no la podemos dominar. Esperemos que en algún momento se escriba una historia distinta, en otras partes del mundo se hace, pero a nosotros nos cuesta muchísimo”.
Por último, el presidente concluyó: “Nos ofende y molesta porque pensamos que hay una discriminación hacia cierto sector de la población como los 6 millones que habitan en la Cuenca Matanza-Riachuelo, ya que no estamos siendo atendidos como corresponde. Espero que alguien se ponga serio con este tema, debido a que es en beneficio de la salud de la gente y para el beneficio de las mismas empresas”.
“Ojalá las generaciones futuras tomen la posta y les sea más fácil. Que se tenga más conciencia por esto, mismo las industrias porque no son parte del problema, sino que pueden ser parte de la solución”, opinó Alfredo Alberti.
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