
Toda la sociedad está expuesta a un aislamiento obligatorio, recibiendo bombardeos de información maliciosa sobre un virus que presenta muchas incógnitas.
¿Cómo enfrentar este fenómeno peligroso?
Te aíslan preventivamente a causa de un virus desconocido y te invaden con una catarata de información constante sobre las causas, consecuencias y riesgos del mismo.
Recurrís a las redes como un modo de enfrentamiento a la situación y encontrás un bombardeo de noticias nefastas sobre este virus enigmático. Desde resoluciones apócrifas hasta profecías sobre el apocalipsis.
Frente a esta circunstancia cada individuo responde con sus recursos subjetivos, algunos simplemente niegan la situación y optan por irse de viaje o romper la cuarentena, poniendo en riesgo a miles de personas (debe haber pocos actos tan egoístas y deshumanizados); mientras que otros entran en una especie de paranoia reactiva y salen desesperados a abastecerse de insumos como para vivir un año de enclaustro.
Es cierto que la situación es extraordinaria, por este motivo se solicitó a la población que no entre en estado de pánico y que tome las precauciones necesarias, pero al parecer fue imposible lograr este mínimo de orden sin recurrir a medidas extremas. ¿A qué se debe tal fracaso?
Si hay algo que no podés tolerar es el vacío, y en estos días hay vacíos de todo tipo. El primero de todos es el vacío de información o, mejor dicho, falta de explicaciones.
Preferís convencerte con cualquier información poco corroborada antes que mantener ese vacío de información. Porque si no entendés el motivo por el cual tenés que resguardarte preferís no hacerlo (negando la realidad), porque necesitas si o si no sentirte desamparado, sólo o en riesgo.
Detrás de la pandemia discurre un fenómeno mórbido mucho más peligroso que el coronavirus y es llamado infodemia. La información maliciosa o falsa que te convence, te calma o te perturba más, (depende de lo que pretendas sentir en ese momento) sutura ese desconocimiento que te parece intolerable, porque cualquier mentira es mejor que la verdad más dura y la verdad es que no tenemos todas las respuestas, la verdad es que estamos descubriéndonos como sociedad.
Algunos pueden distinguir las noticias falsas de las noticias maliciosas, lo cierto es que responden a lo mismo, que es dar sentido al sentimiento de desamparo frente a la falta de respuestas. Detrás de estas hay intenciones claras a nivel político y mediático, que es capturar la mayor cantidad de visualizaciones o adeptos, además funcionan y se discurren bajo los mismos parámetros de desborde informático.
¿Cómo posicionarse frente al aislamiento y la des-información?
Esta cuestión merece un artículo aparte. Pues, cada sujeto enfrenta las vicisitudes sociales con las herramientas que tiene. Es importante no dejarse avasallar por la información, detenerse y reflexionar sobre esta, antes de compartir cualquier noticia en las redes, indagando en otras fuentes más veraces.
Frente al aislamiento, en el caso de los familiares de adultos mayores y de personas con trastornos mentales, es fundamental organizar y generar redes de contención social con otros integrantes de la familia para que aminoren el sentimiento de soledad. En estas épocas de convivencia constante lo más valioso es mantener un clima cálido con el entorno y con los tuyos.
Frente al ruido, algo de silencio
La información constante puede ser generadora de estados de angustia, pánico, pensamientos paranoides, renegación de la realidad, sensación de desamparo y estrés. Habrás percibido ese malestar de abrumación en algún momento de la semana, en el que ya no podías tolerar el afluente de información.
Ese ruido, que ya perdió el estatus de mensaje, sino que se convirtió en un verboseo delirante y sin sentido; esto es muy nocivo para vos, que debés permanecer aislado. Frente a esto solo puede sugerirse el silencio, algo de silencio, lo suficiente para que puedas reorganizarte, pensar, sentir y dejar que tu mente descanse un poco.
Es cierto que el espacio virtual puede ser un punto de contacto con los demás, seguramente recurrido por todos, pero es valioso que no sostengas toda tu socialización en esto, no te encierres más de lo que ya estás, podés aprovechar y compartir un buen momento con tus seres queridos en tu casa.
Silencio y vacío
Es difícil proponer estos dos elementos como parte de una cotidianeidad que ha sufrido tantas pérdidas, pero es más importante no perder (justamente) la cabeza. Resguardar tu estatus de ciudadano, humano y empático con el que tenés al lado es fundamental.
La situación del coronavirus ha dejado en evidencia las bajezas de nuestra sociedad, mostrando que hemos dado prioridad a asuntos de poca importancia y que hemos descuidado lo que realmente es valioso, que es la salud pública y la vida misma. Quedate en casa.