
Tras cuatro años en que los especuladores financieros fueron los grandes ganadores en la economía argentina, el nuevo Gobierno busca torcer esta dinámica y tomó medidas que buscan recomponer a la clase media y los sectores más desfavorecidos.
Distintos analistas políticos e instituciones afines plantearon que la llegada al poder del peronismo supuso un giro de 180 grados respecto de las políticas implementadas por el macrismo y frente a la grave crisis económica y financiera del país no se ve con malos ojos la inyección de dinero en los sectores más desprotegidos de la población.
Según un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la reciente Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva avizora un volumen de 102 mil millones de pesos que serán volcados al consumo interno debido a los bonos a los jubilados y beneficiarios de asignaciones familiares, el programa de tarjeta de alimentos y los bonos para los trabajadores del sector público y privado.
Una de las medidas que más relevancia va a tener para uno de los sectores más desprotegidos es el bono de 5000 pesos que se dio a finales de diciembre y se dará en enero para los jubilados que cobren la mínima y un monto menor para aquellos que cubren menos de 19068 pesos.
Otro de los sectores vulnerables que recibieron una compensación fueron las madres poseedoras de la Asignación Universal por Hijo, que además de los 2000 pesos de forma extraordinaria que fueron entregados también se le sumará una tarjeta alimentaria de entre 4000 y 6000 pesos que solo servirá para comprar alimentos.
Congelamientos de transportes, tarifas y más
Pensando en los sectores más empobrecidos y también en la clase media, en una conferencia de prensa el ministro de Transporte, Mario Meoni, confirmó que por los próximos cuatro meses el valor de trenes y colectivos de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense se mantendrá con los precios actuales.
Asimismo, remarcó que en ese lapso de tiempo se analizarán políticas de subsidios para quizás mantener el monto actual de 18 pesos el mínimo. Además, otra de las posibilidades que se están barajando es la ampliación de la tarjeta SUBE a las restantes 22 provincias y la creación de un boleto de valor único para todo el país, aunque será tema de negociaciones con las distintas administraciones provinciales.
Conjuntamente, algo que agobió el bolsillo de los trabajadores durante el macrismo fue la indiscriminada suba de las tarifas de luz y gas que llegó a alcanzar incrementos de más del 2000 por ciento. Por tal motivo, una de las disposiciones de la última gran ley aprobada es el no aumento de ambos servicios por los próximos 180 días.
En 2019, la tarifa de electricidad subió en dos oportunidades, en febrero y en marzo, en un total de 43,6 por ciento. Por la Revisión Tarifaria Integral (RTI), se tendría que haber aplicado un nuevo incremento en agosto, para ajustar las variables de distribución y transporte por la inflación pasada, pero el gobierno anterior lo suspendió hasta fin de año y con la asunción de Alberto Fernández los valores se mantendrán como en la actualidad hasta el primero de junio.
Las PyMes, con un respiro que les permita seguir adelante
Tal vez una de las medidas más influyentes en el ámbito productivo, que impactará de lleno en la creación de nuevos puestos de trabajo, fue el anuncio de una moratoria para condonar multas e intereses de deudas impositivas y de seguridad social, lo cual rescata a más de dos millones de empresas de pagar 440 mil millones de pesos.
También se definió que el Banco Central bajara la tasa de interés para este sector que es productor del 70 por ciento del empleo en el país. Encima las contribuciones patronales no sufrirán cambios en el 2020, lo cual es otro alivio más que les permitirá trabajar con más tranquilidad y con la posibilidad de contratar mayor personal por las mejores condiciones.
Estas son algunas de varias decisiones que trazan un cambio de enfoque de cara al complejo año que está en ciernes. Jubilados, madres, niños y PyMes tienen un alivio después de cuatro años de pérdida de poder adquisitivo y calidad de vida. El primer mes de Alberto Fernández muestra que la especulación financiera ya no tendrá lugar en el país.