Número de edición 8481
Espectáculos

Hoy: Sara Iglesias Casadei. Revista literaria Los Palabristas de hoy y de siempre

Hoy: Sara Iglesias Casadei. Revista literaria Los Palabristas de hoy y de siempre

Gracias por acompañarnos nuevamente con su lectura a través de NCO desde un sector de Los Palabristas de hoy y de siempre.

Por Mónica Caruso

revistaliterarialospalabristas@gmail.com

La reseña biográfica de la semana es sobre Sara Iglesias Casadei, conocida como Sara de Ibáñez (ChamberlainTacuarembó10 de enero de 1909 –Montevideo3 de abril de 1971), fue una poeta uruguaya.

Esposa del poeta Roberto Ibáñez, fue conocida cariñosamente como «Gran Sara» por escritores como Octavio Paz. Entre otros premios obtuvo el Premio de la Academia Nacional de Letras y el Premio Nacional de Literatura en 1972. Vivió de niña en Chamberlaindepartamento de Tacuarembó, hasta que su familia se mudó a Montevideo. Fue profesora de enseñanza secundaria desde 1945.

Se casó con el también poeta Roberto Ibáñez, de quien tomó su apellido como nombre artístico. La pareja tuvo tres hijas, Ulalume, Suleika y Solveig, que también se convirtieron en escritoras. Ulalume se trasladó a México donde, bajo el nombre de Ulalume González de León, se desarrolló como poeta, traductora, ensayista y editora.

Llevó una vida recogida y privada. Comenzó a escribir de niña, aunque no publicó un libro hasta cumplidos 30 años. Todos sus libros recibieron premios en Uruguay, además de dos póstumos. Sara tenía por costumbre escribir dos libros a la vez al igual que hacía su marido; cada uno era diferente en tema y estructura.

En vida fue aclamada por varios poetas contemporáneos, como Pablo Neruda, quien prologó uno de sus libros, comparándola con Sor Juana Inés de la CruzGabriela Mistral y María Luisa Bombal, y expresó su admiración por sus poesías en varias ocasiones.

 Mistral también citó a Ibáñez, de su poesía misteriosa y de significados profundos, ​Jules Supervielle alabó su conocimiento de la poesía occidental. Especialmente del simbolismo francés, ​y así Vicente AleixandreAlfonso ReyesPedro Henríquez UreñaCecilia MeirelesManuel BandeiraCarlos Drummond de AndradeJosep CarnerRafael AlbertiLeón FelipeOctavio PazAmado AlonsoEmilio Noulet entre otros.

Estilos y obras

Sara de Ibáñez destaca por su poesía misteriosa y casi hermética, de cierta tradición barroca, e ideas claras y descarnadas.

Su hermetismo causa, sin embargo, dificultades de interpretación que hacen accesibles sus escritos tan sólo a minorías cultas.

 Mostró en muchas ocasiones los temas del suicidio y de las batallas. Su obra se caracteriza por la angustia de la existencia, el desamparo, la muerte, el amor, la auto aniquilación de la humanidad y la relación hombre-Dios. En menor medida, trata el sentimiento patriótico (Canto a Montevideo) ​ y la condena a la guerra (Hora ciega).

 Sus libros más representativos son La batalla y Apocalipsis 20.Se ha notado un gusto por la simetría, iniciando varios versos de la misma manera o estableciendo reglas de palabras antónimas.

Buscaba la perfección técnica y la pureza y transparencia de las imágenes. Llegó a ser una maestra de la métrica y el ritmo.

Poemario

 

Canto (1940)

Canto a Montevideo (1941)

Hora ciega (1943).

 

Pastoral (1948).

Artigas (1951).

Las estaciones y otros poemas (1957).

 

La batalla (1967).

Apocalipsis 20 (1970).

Canto póstumo (1972).

Poemas

Sara Iglesias Casadei.

La página vacía

                                            A Stéphane Mallarmé
C6mo atrever esta impura
cerrazón de sangre y fuego,
esta urgencia de astro ciego

contra tu feroz blancura.
Ausencia de la criatura
que su nacimiento espera,

de tu nieve prisionera
y de mis venas deudora,
en el revés de la aurora
y el no de la primavera.

::::
Tú, has vuelto
Dame la mano ángel
sin heridas.
Piedra, dame tu esquivo corazón sin arrugas.
Nube, dame tu rostro de repentina fruta.

Hermanos, sostenedme la alegría.
Temo que la ceniza me invada de repente.
Voy a caer sin sangre, van a volar mis sienes.

Pasas una larga rosa por mis hombros.
Un mar adolescente me riza los cabellos.
Mis pies tocan apenas las cúpulas del viento.

Hermanos, rodeadme porque temo
que mis ojos se alejen como trompos de niebla
o que sobre mi pecho se derrame la tierra.

Ángel sin duelo, dame tu sonrisa.
Corroboradme hermanos para que yo no encuentre
sino andando a través de sus ojos a la muerte.

Fuente: Wikipedia / amediavoz

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