Número de edición 8481
Espectáculos

“El principio de la Diversidad”: una obra que interpela al público

El teatro se constituyó como un espacio de expresión.
El teatro se constituyó como un espacio de expresión.

Diario NCO dialogó con los protagonistas de la puesta teatral para conocer más sobre su proceso creativo y la importancia de abordar temáticas sociales en escena

Por Florencia Belén Mogno

El teatro, como otras disciplinas artísticas, históricamente se constituyó como un espacio de expresión y reflexión, capaz de poner en escena las problemáticas más profundas de cada época. Así, a través de la representación, se generan diálogos que invitan al espectador a cuestionar su propia realidad y a confrontar temas que, aunque incómodos o polémicos, son esenciales para el avance de la sociedad.

En ese aspecto, se destacan las obras que buscan no solo entretener, sino también despertar la conciencia de los espectadores respecto de cuestiones que incluso en incluso en estos tiempos generan debate, tales como la diversidad, la sexualidad y la censura.

En este contexto, “El principio de la diversidad” se presenta como una pieza que desafía al público a mirar de frente estas temáticas. Con una narrativa que atraviesa diferentes épocas y personajes complejos, la obra pone sobre la mesa problemáticas que, a pesar del paso del tiempo, siguen vigentes en nuestra sociedad.

Para conocer más sobre la construcción de este proyecto, Diario NCO dialogó con el elenco que cada domingo da vida a esta propuesta en el escenario del Teatro Multiescena (CABA). Además, los y las protagonistas de la obra compartieron detalles sobre el proceso de preparación y los desafíos de abordar estos temas en el escenario.

Un desafío interpretativo

Sin dudas, el hecho de llevar a escena una obra que toca temas como la sexualidad, el racismo y la censura requiere un compromiso tanto artístico como emocional. Al respecto, los actores compartieron su experiencia al encarar una historia de estas características y sus respectivos personajes.

“Interpretar una historia que toca temas tan profundos siempre es un desafío, pero también una oportunidad para abrir conversaciones necesarias. Nos acercamos con mucho respeto y con la intención de dar voz a cuestiones que siguen siendo relevantes hoy”, aseguraron los y las intérpretes.

En esa línea y más allá del impacto individual, el elenco coincidió en que la obra tiene el poder de generar un espacio de reflexión para el público, en el que cada espectador puede verse interpelado desde su propia experiencia.

Así manifestaron que “el teatro tiene la capacidad de interpelar al espectador de manera emocional y directa. Creemos que la obra invita a cuestionar preconceptos y a empatizar con realidades que, aunque ubicadas en otra época, siguen resonando en la actualidad”.

Construcción de los personajes

Por otra parte, cabe mencionar que uno de los aspectos más desafiantes del proyecto fue dar vida a personajes que pertenecen a épocas y contextos muy distintos. En ese aspecto, la preparación para cada uno de los roles implicó un proceso de investigación, en el que el equipo se sumergió en un trabajo arduo y profundo.

“Cada personaje fue construido desde una investigación profunda sobre su contexto histórico y la mentalidad de su época. Nos apoyamos en material de referencia, documentales y en la dirección de Marcelo Cosentino para entender motivaciones y conflictos internos”, comentaron los protagonistas de la obra.

No obstante, dentro de esta exploración, el equipo también profundizó en la figura de Alfred Kinsey, un personaje clave en la trama de la obra. Su legado en el estudio de la sexualidad fue analizado bajo diversas aristas lo cual finalmente enriqueció la interpretación de los actores y las actrices.

En este punto señalaron que “más allá de su impacto en la investigación sobre la sexualidad, Kinsey es una figura que genera controversia. Su trabajo desafió tabúes y abrió debates que aún siguen vigentes, pero también hay aspectos cuestionables en su método de investigación. Fue interesante analizar su legado desde distintas perspectivas y no quedarnos solo con la visión tradicional sobre su figura”.

Por otro lado, también se destaca dentro del éxito en la construcción de la obra, la dirección de Marcelo Cosentino, quien supo guiar al elenco en el desarrollo de los personajes y en la puesta en escena. “Marcelo nos dio una guía precisa y cuidada. Supo encontrar la forma de darle dinamismo a la obra y de construir escenas que generan impacto en el público sin perder la esencia de cada personaje”, afirmaron los actores y actrices.

Un compromiso y la continuidad del mensaje

El equipo detrás de “El principio de la Diversidad” tiene en claro la importancia de esta obra, no sólo como una forma de expresión artística sino también como un instrumento que convoca y despierta la conciencia y la reflexión.

En ese sentido sostuvieron: “Como grupo, nos entusiasma la idea de seguir trabajando juntos y explorando nuevas historias. Contar relatos basados en hechos reales es un privilegio y una gran responsabilidad, y nos motiva enfrentar nuevos desafíos que nos interpelen tanto a nosotros como al público. Esta obra nos dejó con ganas de seguir creando y abordando temáticas que generen impacto”.

Con una puesta que invita a la reflexión y a la conversación, “El principio de la Diversidad” se presenta como un testimonio teatral de la importancia de seguir cuestionando y explorando las distintas formas en las que la sociedad aborda la diversidad, la identidad y la libertad de expresión.

Fuente fotografías: El Principio de la Diversidad.

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