Se trata del Centro de Día para Adultos Mayores Nuestra Señora del Hogar de la Obra del Padre Mario Pantaleo, que ofrece actividades para la prevención y el cuidado de la salud de los ancianos.
El Centro de Día para Adultos Mayores “Nuestra Señora del Hogar”, Colonia la Toscana (CAM), fundado e inaugurado por el Padre Mario Pantaleo, funciona como un espacio inclusivo de recreación y cuidado de la salud de los abuelos y desde la organización remarcan que sus acciones fomentan el cuidado, la independencia, la participación, la autorrealización y la dignidad.
La Licenciada en Terapia Ocupacional y especialista en Gerontología Comunitaria, Sabrina Tiseira, trabaja como coordinadora general del CAM, cuya sede se encuentra en Domingo Scarlati al 4400, en la localidad de González Catán, y remarcó lo que significa formar parte de este espacio.
“Junto a los auxiliares y profesionales, acompaño a las personas mayores en las actividades que les proponemos, en las patologías que enfrentan, en las dificultades que atraviesan. Además, con el equipo trabajamos para ayudarlos junto a sus familias, con las que también estamos en contacto”, señaló.
Tiseira comenzó a trabajar en el CAM en el año 2004 a través de una pasantía que estaba efectuando cuando cursaba la carrera en la Universidad de Buenos Aires, puesto que debía realizar una práctica para una materia en un centro dedicado a la salud. “Por suerte, encontré el CAM como espacio para esa tarea porque significaba estudiar cerca de casa, ya que vivía en González Catán”, selló.
“Desconocía que en la Obra del Padre Mario hubiera un lugar dedicado a los adultos mayores pese a que sabía acerca del Padre Mario, el Mausoleo y otros lugares significativos para la comunidad. Anteriormente, había conocido al Padre Mario por un pedido de intercesión por la salud de mi mamá que logró recomponerse”, sostuvo.
La misión
Desde la organización, certifican que trabajan para atender cada aspecto que los adultos mayores requieren, desde el cuidado de la salud y los tiempos dedicados a la recreación hasta el acceso a la cultura, a través de diferentes actividades pensadas especialmente para los abuelos.
“Creo que estamos cumpliendo con lo que el Padre Mario quería para los mayores, para que tuvieran un lugar para pasar el día sintiéndose contenidos, activos y cuidados, y regresar a sus casas con sus familias. Hacemos todo lo posible para construir y sanar el vínculo entre ellos cuando la vuelta al hogar presenta dificultades”, aseveró la Licenciada.
“Si pusiera en la balanza lo que doy y lo que recibo, estoy segura de que la recompensa por mi tarea es mayor. El cariño, las palabras de gratitud que me regalan los abuelos, su bienestar cuando los ayudo, me demuestran que voy por el buen camino y me siento plena en mi trabajo”, continuó.
En relación a cuál es el momento de mayor dificultad en el espacio, la profesional indicó: “En el CAM también sufrimos los fallecimientos de nuestros mayores. Estos momentos siempre son difíciles de atravesar por el vínculo que generamos con ellos”.
“A nuestros adultos mayores siempre les digo que los tendría que filmar cuando ingresan por primera vez al CAM y cómo ellos están ahora. El cambio que uno ve en ellos es significativo y es posible porque aquí ellos se sienten bien. Además, el vínculo con sus compañeros los ayuda a sobrellevar sus problemas y a fortalecerse frente a ellos”, aseguró.
Actualmente, se lleva a cabo un taller de murga en la que participan los adultos mayores y que surgió como una propuesta recreativa que continuará hasta fin de febrero. Allí, los abuelos colaboran en el diseño de la indumentaria y estandartes típicos e incluso en las letras de las canciones y los pasos de baile, para finalmente presentar a la comunidad el trabajo realizado durante los carnavales.
Tiseira destacó la labor que realizan por los ancianos en el Centro y concluyó: “Así lo quería el Padre Mario. Para mí el CAM es un lugar que lo representa. Doy lo mejor de mí para que así sea”.