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Invocación: un ritual escénico entre la danza, la música ancestral y la imagen

El proyecto artístico creado por Nicolás Falcoff.
El proyecto artístico creado por Nicolás Falcoff.

El proyecto artístico creado por Nicolás Falcoff, Mache Figini y Mariano Junio se presentó recientemente en Buenos Aires, y propone una experiencia performática que entrelaza el cuerpo, el sonido y lo visual.

Por Florencia Belén Mogno.

En una escena cultural atravesada por múltiples lenguajes y reconfiguraciones permanentes, las propuestas interdisciplinares adquieren una potencia singular. La fusión entre disciplinas no solo amplía el campo de lo expresivo, sino que también habilita nuevas formas de percepción y de conexión emocional con el público.

La música ancestral, en especial aquella transmitida por tradición oral, contiene una carga simbólica profunda: invoca raíces, activa memorias y conecta lo espiritual con lo corporal. En diálogo con la danza y el arte visual, esa potencia se vuelve experiencia compartida, encarnada y viva.

Desde este enfoque es que nació Invocación, una obra multidisciplinaria que reúne la danza de Mache Figini, la música de Mbira a cargo de Nicolás Falcoff, junto con el arte visual de Mariano Junio.

En conversación con Diario NCO, los artistas compartieron cómo nació la propuesta, los retos que supuso para ellos el hecho de combinar diferentes disciplinas artísticas y además, hablaron sobre lo que buscan generar en el público con esta propuesta

Una fusión de artes

Para empezar, ¿cómo surgió la idea de crear invocación?

Nicolás: La idea de crear Invocación surgió a partir del reencuentro con Mache Figini, después de muchos años de no vernos. Nosotros nos habíamos conocido en la adolescencia haciendo teatro juntos, y acá en Traslasierra nos reencontramos. Ella había escuchado un poco lo que yo venía haciendo con la música, yo ya sabía lo que ella venía haciendo con la danza, y surgió la idea de pensar alguna expresión artística en conjunto a partir de la Mbira, que es un instrumento. Yo toco la mbira hace ya unos años y fui aprendiendo música tradicional de Mbira, la música tradicional del pueblo Shona (Zimbabwe) que es una música ancestral, una música que invoca arquetipos, energías, espíritus de los antepasados. Tenía muchas ganas de armar algo con la música tradicional de Mbira y a partir de ahí surgió la idea de retomar esta potencia que tienen los temas tradicionales, que se transmiten de generación en generación por transmisión oral, pero resonando en nuestro territorio. Entonces, desde ese lugar surgió la idea de empezar a hacer dialogar esa música tradicional con otras disciplinas artísticas y así nació Invocación, con la idea de no solamente sumar la danza, sino también combinarla con el arte visual.

¿Cómo ha sido el proceso de combinar la danza con la música y el arte visual?

Nicolás: En un primer momento pensamos hacer varias Mbiras, después finalmente terminamos decidiendo incluir solo una y hacer dialogar la danza y la Mbira con el arte visual. Es decir, que puedan estar los distintos sentidos en juego y que lo que se escucha también pueda, de alguna manera, ser expresado y representado también desde lo visual. Y así fue que ingresó Mariano Mareta al colectivo. Entonces, así se fue sumando estos arquetipos, estas energías que se estaban trasladando al movimiento, le buscamos también ese otro lenguaje, que es el lenguaje visual, para que completara este trío multidisciplinario y que esa invocación sea venerada desde distintos lenguajes artísticos, con cierta narrativa, eligiendo ciertos temas de Mbira que invocan determinados arquetipos y determinadas energías que quisimos poner ahí en juego, pero también dando un lugar a la improvisación. La música de Envira es una música muy rica, milenaria y ancestral, pero que también nunca sucede dos veces igual.

¿De qué manera trabajan en los aspectos estéticos y conceptuales del proyecto?

Mache: En lo conceptual, las canciones elegidas ya tienen una impronta de hablar sobre los espíritus antepasados, las raíces, traen estas canciones una información que nos coloca a nosotros a investigar sobre eso, con lo que cada uno trae. Mariano, desde las ramas que pone a jugar en los retroproyectores o los líquidos que pone como paleta de colores y de movimiento en los retroproyectores; yo desde la danza, desde el vestuario, desde el movimiento, un movimiento que invoque lo acuático y es algo que fluye, algo líquido; lluego en otra de las canciones se aborda una temática más animal y en esto entra un personaje que yo traigo de otra performance. Así que en lo conceptual enlazamos las temáticas que ya de por sí trae esta música y estos temas que elegimos que son tradicionales.

Mariano: Una vez que me sumo al proyecto que ya estaba armado con cierto orden en la narrativa y en las canciones, ahí empezamos con un ida y vuelta en ideas, a proponer y a pensar, por ejemplo, la paleta de color de alguna de las proyecciones. Yo trabajo con un retroproyector, que es como una luz que se proyecta, y que proyecta opacos si yo pongo algo opaco se proyecta negro y si pongo cosas traslucidas de color se ve el color que yo voy interviniendo en vivo. Entonces en un tema que es algo del fluir del agua ahí usamos unas proyecciones con distintos tintes. Así fuimos probando la paleta de color y es siempre un ida y vuelta constante entre la música, la danza y lo visual.

¿Qué es lo que busca transmitir y comunicar Invocación a través de la fusión de las disciplinas artísticas?

Mache: Se trata de generar un espacio. Son muchas cosas las que a uno le gusta transmitir. Esta música ya trae de por sí una información que nos trasciende y a su vez elegimos hacerla. Muchas veces uno cuando reza, cuando invoca, cuando piensa en algo o desea algo, tiene sus tótems de poder, y acá en esta obra, en Invocación, hablamos de estos tótems de poder. Entonces se trata de generar en este espacio-tiempo de esta obra un momento de conexión. Eso es lo que en lo personal me gusta; mostrar algo bello, algo armonioso y que que se disfrute.

Mariano: Para mí lo que buscamos transmitir, es un gran ritual, es algo performático en donde las tres disciplinas dialogamos y confluimos en transmitir lo que nos pasa en relación a estos arquetipos, a estas energías que trae la Mbira y que son universales. Me parece que este proyecto tiene que ver con compartir esa experiencia y ver de qué manera en cada toque, en cada presentación, eso llega y que los espectadores puedan ser parte también y puedan llegar a conectar con esa energía, con esos arquetipos.

Por último, ¿cuáles son las expectativas o planes a futuro para el proyecto?

Mache: Tenemos millones de planes y yo creo que lo que más queremos es compartirlo y que crezca. Nosotros seguimos ensayando, seguimos con nuevas ideas, seguimos con profundizar en estos contenidos que tienen las canciones, en estos contenidos que se ponen a dialogar con la música, con el cuerpo y con el arte visual. Estamos queriendo llevar esto a festivales, a otros países, a otras provincias, a donde sea. Es como que a cuantas más personas lleguemos, mejor. Viajar nos encanta y la instancia de festivales es una instancia que siempre es muy bonita porque hay encuentros con otras personas, con otras expresiones artísticas y yo creo que lo hermoso de este proyecto es que es musical, es de las artes visuales y del arte del movimiento, entonces tiene esa cuestión de multidisciplina que en varios festivales de diferentes lenguajes puede participar.

Fuente fotografías: entrevistados Invocación.

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