En la segunda parte de la entrevista que Diario NCO le realizó a Maximiliano Coronado, el coordinador general de la sede “El Colmenar” del programa provincial Envión Podes, el entrevistado brindó detalles sobre cómo se incorporan los jóvenes al programa
Por Victoria Hernández
La sede “El Colmenar” del programa Envión Podes, ubicada sobre la calle Maestra Valle 1280, en la localidad de González Catán, tiene la finalidad de ser un espacio de acompañamiento para adolescentes de 12 a 21 años en situaciones de vulnerabilidad social.
El coordinador general de la sede, Maximiliano Coronado, dialogó con Diario NCO sobre las distintas maneras en que los jóvenes llegan a sumarse al proyecto.
“Hay muchos factores que intervienen en el ingreso al programa, los chicos pueden entrar a través de múltiples canales”, explicó el coordinador y sumó: “Uno de los mecanismos más comunes para ingresar es entrar a través de otro dispositivo, por ejemplo, si hubo una intervención del servicio local o una intervención de otro programa de niñez, se realiza la inscripción por ahí”.
En referencia a esto, Coronado agregó: “Envión Podes funciona en estos casos como una continuación del seguimiento y por eso es importante construir espacios donde los adolescentes puedan sentirse cómodos y seguros”.
“También se realiza la inscripción de manera institucional, a través de las escuelas”, mencionó el coordinador y añadió que “estos ingresos comienzan gracias a un pedido del establecimiento y luego lo que se pone en marcha es una estrategia de acompañamiento pensada en conjunto con los gabinetes de las escuelas”.
A su vez, Coronado afirmó que “los jóvenes en su mayoría llegan a conocer Envión porque son familiares o conocidos de chicos que ya están en el programa”, e indicó que otra de las formas más habituales de sumarse es gracias a una “barrida de territorio”, un relevamiento donde se va puerta por puerta inscribiendo a los vecinos de la sede.
Funcionamiento del ingreso
“Lo que siempre se tiene en cuenta y se realiza es una entrevista previa”, contó el coordinador y aseveró: “Gracias a ella se puede conocer la situación particular del joven, como está compuesta su familia, e incluso sirve para que uno se interiorice y pueda empezar a pensar como acompañar la situación”.
“También hay casos en los que los chicos participan porque hay un deseo de participación, ahí pueden unirse de las actividades, pero no se les brinda la parte de acompañamiento que está unida al programa”, reveló Coronado.
Con motivos de ejemplificar esto, el coordinador agregó que “hay actividades que están abiertas para todos los jóvenes, para toda la comunidad, como por ejemplo el taller de murga, que está pensado con la finalidad de que sea para todo el barrio, una murga barrial”.