El escenógrafo y vestuarista Aldo Guglielmone, quien desde fines de la década del 70 acreditó una importante trayectoria, falleció a los 78 años.
El deceso de Guglielmone, quien integró el jurado en el último Festival de Mar del Plata en representación del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA), se produjo el miércoles pasado, según informaron a Télam sus allegados.
En cine comenzó su carrera a finales de la década del 70 en películas como “Comedia rota” (1978), de Oscar Barney Finn, “Los hijos de López” (1980), “La pulga en la oreja” (1981), “Tacos altos” (1985), de Sergio Renán; “El manosanta está cargado”, de Hugo Sofovich y “Susana quiere, el negro también” (1987), de Julio de Grazia.
También se desempeñó en “Las tumbas” (1991), “El caso María Soledad (1993)”, de Héctor Olivera; “La furia” (1997), de Juan Bautista Stagnaro y la última “Aniceto” (2007), de Leonardo Favio, configurando una tarea por la que SICA lo distinguió en 2000.
Para los escenarios teatrales se recuerdan sus trabajos en “Metamorfosis 87” (1987), dirigida por Ricardo Holcer y Máximo Salas, con Jorge Petraglia en el Teatro San Martín, donde también se desempeñó en igual rubro y vestuario en “Woyzeck” (1991), también con dirección de Holcer.
En la década del 60 fue anticuario y llegó a tener un local en Palermo, y a principios de la década siguiente, como escritor, publicó un recetario humorístico titulado “¡Viva la lata!”, con diseño de Juan Fresan, prólogo de Miguel Brascó, fotografías de Mario Raizman y dibujos de Quino, asi como con José María Firpo el exitoso “Qué porquería es el glóbulo!”.
