
La polémica envolvió otra vez a la clínica tras la denuncia por “negligencia médica” que realizó la familia de un niño de ocho años que falleció en febrero en la institución de salud.
En el marco de la expansión del Coronavirus (COVID-19) en Argentina, comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio anunciado por el gobierno nacional a cargo del presidente Alberto Fernández que regirá hasta el 31 de marzo con el propósito de hacer frente a la pandemia.
A partir de que se conoció el aumento de la cantidad de personas afectadas por el virus se procedió a suspender eventos y actividades masivas para evitar la concentración de individuos y que de esa manera el COVID-19 no se extienda aún más.
En este contexto, tuvo lugar la cancelación de la marcha que iba a realizar la familia de Tiziano Quintana, un niño de ocho años que falleció en febrero en el sanatorio San Justo y por quien sus familiares decidieron iniciar una causa judicial contra la clínica para denunciar “negligencia médica y abandono de persona”.
El padre del menor, Mariano Quintana, diálogo con Diario NCO y relató la situación que atravesaron junto al niño: “Mi hijo le agarraba esporádicamente dolorcitos de cabeza no tan fuertes porque se le iba al ratito; 15 días antes del jueves seis de febrero le empezaron a agarrar, mi señora lo llevó al pediatra para ver si era por la vista porque andaba con el celular, la pileta, el sol y mi señora le cortó todo”.
Asimismo, Quintana añadió: “Llegamos al jueves seis. Yo estaba trabajando y mi señora me llamó y me dijo ‘lo voy a llevar al pediatra de vuelta porque se levantó con dolor y es más fuerte”; se fue a una salita cerca de casa y la pediatra que siempre lo vio le mandó a hacer un control con un librito para que anote cada cuánto le agarraban dolores, cómo, de qué tipo, para un seguimiento”.
“Pasaron cuatro, cinco horas, le volvió a agarrar el dolor de cabeza y mi señora lo llevó a la guardia pediátrica del hospital Presidente Perón, acá en Sarandí y ahí lo vieron y le mandaron a hacer una tomografía computada y en esa tomografía salió una manchita y nos indicaron que tenía que ser trasladado a un lugar con más tecnología para hacerle más estudios”, detalló el padre de Tiziano.
En este sentido, a partir de que tuvieron conocimiento del primer diagnóstico de su hijo y les informaron sobre la necesidad de realizar estudios más complejos, el entrevistado explicó que “la obra social se ocupó de llevarlo al sanatorio San Justo y cuando llegamos nos tuvieron una dos horas en la guardia; ahí a mi hijo le hicieron un par de chequeos de rutina hasta que vieron la tomografía que le habían hecho en el otro hospital y lo pasaron a piso”.
“Pasamos la noche y a las nueve de la mañana yo me estaba yendo a la obra social y me llamó mi señora llorando que había pasado un neurocirujano y le había dicho que mi hijo tenía un tumor en la cabeza, me volví volando y ya habían programado la operación para el lunes 10”, continuó Mariano Quintana.
Asimismo, el hombre agregó que “el lunes entró a la una y media de la tarde a quirófano mi hijo, a las cinco y media salió y el neurocirujano contento me dije ‘salió exitosísima la operación’; nos dijo que se iba a quedar 24 horas en UTIP (unidad de terapia intensiva pediátrica) para control y hasta que despertara”.
¿Qué pasó durante las horas claves?
Por otra parte, en cuanto a lo que ocurrió una vez que su hijo salió de la cirugía, Mariano Quintana contó: “Nueve de la noche era el último horario de visita de esa unidad, entramos y la médica de guardia le estaba haciendo los controles de rutina y nos dijo ‘tranquilos papás que su hijo viene bárbaro’; nos fuimos a las 10 de la noche pensando que nuestro hijo al otro día iba a estar hablando y nos quedamos durmiendo en el auto con mi señora para no alejarnos de él”.
Asimismo, Quintana añadió que “llegamos a las 12 del mediodía, que era el horario de visita, y mi hijo estaba igual y ahí una enfermera nos indicó que el médico de guardia nos quería hablar y cuando empezó a hablar nos dijo que nuestro hijo había hecho un pico de presión y que se encontraba con muerte encefálica”.
“Cuando ese doctor nos estaba diciendo como se encontraba nuestro hijo entró el neurocirujano que lo operó enojadísimo diciendo ‘yo te voy a decir qué pasó con tu hijo papá’; lo miró al doctor y le dijo ‘pasame los informes de Tiziano Quintana’ a lo cual el doctor no emitió palabra; el neurocirujano se metió a donde estaban las enfermeras y dijo ‘pasenme el seguimiento de Tiziano Quintana de toda la noche’, tampoco lo tienen; nos volvió a mirar el neurocirujano y nos dijo ‘eso pasó papá, pasó que a tu hijo no lo controlaron y no lo siguieron”, detalló el padre del niño.
En este sentido, Quintana sostuvo: “Desde las dos de la mañana hasta las ocho de la mañana no tuvo seguimiento alguno mi hijo; estuvo a la buena de Dios toda la noche” y además, agregó que “el neurocirujano nos dijo ‘voy a tratar de hacer algo, pasaron muchas horas, no creo que sirva de mucho pero todo lo que esté a mi alcance lo hago”.
El entrevistado relató que, luego del drenaje que se le realizó al niño para intentar solucionar su situación, el médico que lo había operado les solicitó que salieran del lugar y en ese momento, el padre del menor contó que “nos fuimos desconsolados con mi señora; no tuvimos contención alguna. Nada. Nos quedamos en la puerta de entrada de guardia llorando los dos”.
“Después de eso pasó martes de la tarde, el miércoles; llegó el jueves 13 que él cumplió ocho añitos y el viernes 14, a la mañana, me fui hasta el Garrahan para averiguar el tema del traslado porque ya no quería que estuviera más ahí mi hijo y me llamó mi señora y me dijo que no estaba bien que me apurara, entonces volví y cuando llegué le di la manito a mi hijo y a los cinco minutos me informaron que falleció”, relató con angustia, el padre de Tiziano.
El caso en la justicia
Por otra parte, a raíz del fallecimiento de su hijo, Mariano Quintana junto a su familia decidieron realizar una denuncia y respecto de la misma el entrevistado manifestó: “El tema legal ya está en la Fiscalía y quiero que metan presos a los que descuidaron a mi hijo; doctores, enfermeros, todos los que están en UTIP”.
Asimismo, en cuanto al plano judicial, Quintana también amplió su denuncia contra parte del personal del sanatorio en el sentido de que “te tratan de forma inhumana” y además, también aludió a “irregularidades” y mencionó ejemplos como: “Monitores que no andaban, aparatos que no funcionaban y que nosotros teníamos que estar diciéndole a las enfermeras que por favor se fijaran”.
En línea con el curso judicial que tomó el caso de Tiziano Quintana, Diario NCO también dialogó con el representante legal de la familia del niño, el abogado Sergio Borrone, quien sostuvo: “Lo que nosotros creemos es que hubo homicidio con dolo eventual porque, teniendo en cuenta las características que presentaba el menor luego de la operación de la envergadura que experimentó y teniendo en cuenta las especiales características que debían revestir las enfermeras de terapia intensiva; los actos que creemos que sucedieron fueron dejarlo cinco, siete horas sin la debida atención”.
Asimismo y en relación a la carátula que tendría la causa el letrado explicó: “es una persona que con estas características no recibe la atención intensiva que debe recibir y es por eso que estamos hablando de dolo eventual, pero hay que esperar los resultados de la autopsia y los testimonios de las personas que estuvieron presentes”.
En este sentido, Borrone remarcó que “a nosotros lo que nos llamó la atención es que figura en la historia clínica y en el parte de enfermería las manifestaciones espontáneas del cirujano que en presencia de los padres manifestó que quería ver el parte y saber qué había pasado porque hay un bache de seis horas donde no se lo atendió y eso desencadenó en la muerte cerebral y el posterior fallecimiento; eso es lo que nosotros estamos sospechando”.
“Necesitamos las pruebas así que vamos a estar investigando, pero ya nos construimos como particulares damnificados ante el juzgado de garantías número tres y es una facultad del juez otorgar este estatus de parte y se trata de buscar los elementos de prueba para configurar el tipo penal que, en nuestra opinión, es homicidio por dolo eventual que establece una pena de 8 a 25 años de prisión”, finalizó Borrone.
La clínica y sus antecedentes
Esta no es la primera vez que el sanatorio San Justo recibe denuncias por “mala praxis”, “irregularidades” y “negligencia médica” ya que, según se pudo conocer mediante una investigación también publicada en Diario NCO, en julio de 2017, Mariela Rivero y Jorge Quiroga sufrieron la pérdida de su bebé Brian luego de 12 días de haber nacido y en circunstancias “dudosas”
De acuerdo con el artículo publicado en este medio, el matrimonio se presentó en el sanatorio con un embarazo 41 semanas para comenzar con los papeles de internación y según sostuvo Jorge Quiroga: “Le hicieron varios monitoreos y la obstetra nos felicitaba porque todo se encontraba en perfectas condiciones”.
Asimismo, el hombre y la mujer relataron que, luego de comenzar a tener sangrado y dolores, Rivero fue llevada al quirófano por un casillero para poder realizar el parto y a partir de ese momento comenzó el caos que desencadenaría en el fallecimiento del niño.
Quiroga sostuvo que “ellos me decían que estaba todo bien, pero no estaba todo bien. El bebé en la panza se movía de forma exagerada. Nadie me avisaba nada hasta que vi que la obstetra pasó corriendo con mi bebé en los brazos, muerto”.
Por otra parte, la madre del bebé añadió: “nos dijeron que nuestro bebé era prematuro porque estuvo mal alimentado todo el embarazo y que nació muerto por culpa mía ya que no pujé bien, pero que luego de 27 minutos de reanimación pudieron salvarlo pero que se iba a quedar internado en neonatología”.
La criatura pasó 12 días internado hasta que finalmente falleció a raíz de una anoxia intrauterina y desde ese momento sus padres decidieron llevar el caso a la justicia para iniciar una causa en la que interviene la fiscalía N° 8 de San Justo a cargo de la fiscal Alejandra Núñez, contra personal médico de la institución y directivos de la obra social.
Fuente fotografías: tiempoar.com.ar.