Número de edición 8481
La Matanza

El rock barrial como resistencia popular

 

El rock barrial como resistencia popular.

“La música es una herramienta para poder expresar y resistir desde lo cultural”. En los 90 eran muy comunes las bandas barriales, que transmitían el lenguaje y los códigos de la comunidad que transitan, a través de la metáfora.

Redacción y dibujo: Gerardo Damián Sánchez

Fotos: gentileza de la banda

Al ir transcurriendo los años, muchas de ella se fueron disolviendo, dando comienzo a nuevos proyectos musicales, demostrando que el tiempo transcurrido no pudo callar esas gargantas que gritaban denunciantes la opresión del pueblo, demostrando que los nadie, como los suscitaría Galeano (en su poema), siguen teniendo voz y que a través de la cultura se puede mantener viva la resistencia, esperanza y el folclor barrial.

La banda que presento en esta oportunidad tiene un gran compromiso social, que lo demuestra a través de sus letras y acciones solidarias, destacando que tras la última inundación que afectó a los barrios del Partido, realizaron una colecta de alimentos, agua y ropa para brindársela a los damnificados. Sus integrantes son de Atalaya e Isidro Casanova.

A comienzos del año 2016 se juntaron los exintegrantes de banda La Arteria: Manuel Orué,  percusión; Cristian Avalos, bajo; Gustavo Avalos, batería, y Horacio Franco, guitarra, con Damián Erazo, voz y guitarra y ex integrante de La Cima. De estas dos bandas míticas de La Matanza, se conformó este proyecto musical Mr Parkinson.

En sus letras se encuentra la denuncia social a flor de piel, el compromiso de lo ético y correcto para el trabajador, pero demostrando que las denuncias sociales, no son marketing sino un compromiso de darle voz a los que no las tienen. Deslumbrar a esas personas invisibles ante los ojos de los poderosos y de una porción social que se rehúsa a visibilizar la realidad, que golpea a los otros, pero manteniéndolos vigentes en esta realidad y exigiendo un proceso de resistencia a través de la palabra. En el contexto que siempre los monopolios mediáticos intentan de sumergir al Conurbano, demostrando que existimos con una gran fuerza y vigorosidad que nos caracteriza como seres únicos e irremplazables, pero con diferentes oportunidades, demostrando que la meritocracia no existe y es un símbolo más de la exclusión estatal hacia el pueblo trabajador.

En este contexto de querer cambiar el mundo, la generación que transcurrimos los 90 siempre resaltamos del contexto por la lucha social y cultural que se manifiesta en las calles, desde las ollas populares, hasta los piquetes, entre otros.

Para ellos, “la música es una herramienta para poder expresar y resistir desde lo cultural”.

Aunque sus perspectivas musicales se dividen en dos planos: “En el plano musical, tratamos de explorar y explotar en nuestras capacidades como instrumentistas y asumir ciertos riesgos armónicos y melódicos, y también como hace mucho tiempo que venimos tocando juntos compartimos un lenguaje, lo que hace mucho más fluido el proceso de composición y/o de arreglos”.

“En el plano de las letras, tratamos de utilizarlas como herramientas, vehículos, formas de transmitir nuestras inquietudes con respecto a las distintas realidades sociales que podemos captar tanto en lo general (todo lo que ocurre en el país) como en las sensaciones que nos van dejando lo particular de cada uno, la familia, los amigos, el entorno que afecta a nuestro diario devenir”, dijeron.

 

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