Número de edición 8481
La Matanza

Solidaridad en un plato de comida

Solidaridad
Solidaridad en un plato de comida

Manos a la Olla es una iniciativa que nació en 2016 por un grupo de voluntarios que comenzó a ofrecer comida cada semana en Ramos Mejía y, posteriormente, en San Justo, donde también añadieron un perchero solidario.

Por Daiana Vargas

debdaiana@gmail.com

 

Manos a la Olla cada semana entrega un plato de alimentos calientes a quienes más lo necesitan, gracias a las donaciones que la comunidad les acerca. Además de ayudarlos con una porción de comida, los acompañan y escuchan durante el rato que comparten con ellos.

“No se trata de una simple caridad, nos gusta estar ahí y acompañar a la gente, hablar con ellos, compartir. Nuestro objetivo es conectar con ellos”, manifestó Florencia, una de las voluntarias de Manos a la Olla que pertenece al grupo desde que se fundó.

Tanto los miércoles como los jueves de cada semana a las 21, los voluntarios y voluntarias instalan una gran olla con comida caliente. En la localidad de San Justo, el punto de encuentro es Indart y Arieta, y en Ramos Mejía, se ubican en Av. Rivadavia y Av. De Mayo.

El voluntario encargado de cocinar se va rotando en diferentes fechas, recibe la mercadería y luego la reparte a quienes se acerquen a los dos lugares en los cuales se reúnen cada semana.

Lo que se cocina siempre es en base a las donaciones que habitualmente reciben. Los platos principales que ofrecen son guisos de arroz y fideos con carne o pollo y un poco de pan, al igual que infusiones bien calientes para los días fríos.

Además, los miércoles en San Justo acercan un perchero solidario y donan prendas, mantas, calzado, guantes y todo tipo de abrigo para que puedan pasar las noches de invierno un poco más cálidos.

Ayudar sin pedir nada a cambio

Florencia contó a Diario NCO que este proyecto arrancó hace dos años, a través de un grupo de WhatsApp entre conocidos, que surgió para opinar sobre temas sociales. “Empezamos en un grupo para hacer catarsis por la situación social que comenzaba a vivirse en Argentina. Uno de los voluntarios tiró la idea de hacer una olla popular y a varios nos gustó la idea”.

“Al principio éramos pocos y nos daba miedo porque no sabíamos muy bien como arrancar. Entramos gracias a los chicos de Calles Solidarias -otra agrupación encargada de ofrecer comida en Ramos Mejía semanalmente-, nos sumamos y después nos dividimos como una agrupación aparte”, añadió.

La voluntaria destacó que la iniciativa es una actividad complementaria a las rutinas de cada uno de los que forman parte de Manos a la Olla, pero que hacerlo los llena de satisfacción. “Desde que empezamos ningún día dejamos de ir. Aunque llueva, aunque sea feriado, aunque haya paro. Nos encanta ir y estar con ellos, siempre nos agradecen todo lo que les brindamos y hoy somos una gran familia”.

Necesidad creciente

Florencia expresó que “en la calle se ve mucho la necesidad de la gente que cada vez más necesita comida y ropa, las personas que se acercan son muchas y sigue aumentando la cantidad, se está volviendo peor”.

Asimismo, agregó: “En la calle nos encontramos con muchas situaciones complicadas, mucha gente sin trabajo, sin casa, hay mucha violencia, lamentablemente también encontramos muchos chicos que no están escolarizados y nos preocupa bastante todo lo que vemos”.

Por otro lado, la joven asegura que nada se compara al afecto que tanto niños como adultos y ancianos les entregan, luego de haber recibido su tan esperado plato, que, gran parte de las veces, es lo único que tienen como alimento.

“Lo que nos motiva a ayudar es la necesidad de la gente que cada vez es más grande. Nuestro lema es ‘decidimos pasar de la reflexión a la acción’, porque no alcanza cuando pensás que hay que ayudar, pero no haces nada. Al colaborar volvés con más de lo que das, el cariño que recibimos es muy grande”, expresó.

Cómo colaborar

La voluntaria comentó que todos los meses publican en la página de Facebook (Manos a la Olla) los días del mes siguiente en los que cocinarán, y aquel que se ofrezca como cocinero, elige el día para hacerlo con las donaciones que reciben y, finalmente, lo entregan en la calle.

“Nos pueden ayudar difundiendo, cocinando, sirviendo la comida y acercando donaciones. Necesitamos arroz, fideos, enlatados, puré de tomate, carnes, todo nos viene bien siempre”, sostuvo Florencia.

“Queremos crecer lo más que podamos, ojalá sumemos más puntos de encuentro. Nos encanta ayudar y queremos hacerlo lo mejor posible, pero a la vez, crecer como organización significa que cada vez más gente no tiene un plato de comida”, concluyó.

 

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