
“Están en la calle”, esa es la realidad que están atravesando los operarios y la situación se agravó aún más ahora que está en peligro el pago de las indemnizaciones que les corresponden por los salarios adeudados.
El reclamo de Cresta Roja sigue vigente y ocupa un lugar de importancia porque es legítimo, el pedido es sencillo, quieren volver a trabajar. No quieren planes, es el empleo lo que le devolverá la dignidad a ellos para poder sostener a las familias que fueron arrastrados junto con ellos.
Aunque, si no pueden ser reincorporados, exigen las indemnizaciones que corresponden por los años trabajados y no remunerados. Es lo justo. Diario NCO se comunicó con Walter Leguizamón, ex trabajador de la compañía y uno de los miles de damnificados.
El contexto de Cresta Roja es el siguiente: fue vendido en dos oportunidades, según indicaron los empleados desde un comunicado de presa, la empresa fue adquirida, en primer lugar, por PROTEINSA a un costo de 121 millones de dólares en el año 2015.
En aquel primer momento, fue el Gobierno provincial quien obligó a los dueños originales a declararla en quiebra para poder ser vendida y, luego, reactivada. Leguizamón informó a este medio que desde el 2018 PROTEINSA debe la remuneración de los sueldos, entonces, las acciones son puestas a la venta nuevamente.
En esta última oportunidad, es Granja Tres Arroyos quien adquiere Cresta Roja y paga 80 millones, un número por debajo de su valor. Es aquí donde comienza lo más grave para los operarios.
“Un plan corrupto”
Leguizamón señaló que, una vez que la planta avícola pasa a manos de esta última compañía, la Secretaría de Trabajo “obligó a los desempleados a firmar un contrato en el queellos aceptaban cobrar una suma con posibilidad de ser reincorporados, pero una vez alcanzado el año del contrato, si no eran reincorporados, no tenían derecho a reclamar, hacer juicios ni nada”.
En ese marco, hubo quienes se negaron a firmar el acuerdo, uno de ellos fue él y a aquellos “se les envió carta documento que debieron firmar y sin indemnizarlos”.
En este “acuerdo” obligado por ex Ministerio de Trabajo no hubo ninguna garantía a ser reincorporados y hoy no pueden reclamar sueldos adeudados inclusive, a la expropietaria PROTEINSA, ya que el plazo venció.
Actualmente, en la planta de Esteban Echeverría se encuentran trabajando 150 personas de las 1500 anteriores. En Ezeiza, el personal se redujo de 500 a 100, los exmiembros se sostienen con un fondo común, changas y asistencia social.
Fueron claros, no quieren planes, quieren trabajo o se les reintegre lo que corresponde, los años aportados y trabajados para la producción.
¿Real crisis?
En los últimos días se supo que Joaquín De Grazia, director de Granja Tres Arroyos hizo un aporte a la campaña electoral de Juntos por el Cambio y eso despertó aún más el enojo en los miles de despedidos que reclaman sus salarios (Ver https://aportantes.electoral.gob.ar/aportes/?page=2).
Además, en el mismo tiempo, desmintieron al Gobierno Nacional y a María Eugenia Vidal en que la planta haya sido reactivada, a pesar de sus afirmaciones. Para Leguizamón, muchos esperan un cambio de Gobierno y ver qué sucede luego, esperando por supuesto, justicia para los trabajadores.