
En una nueva emisión de Haciendo Radio, una programación de Diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15) habló Mariana Monroe, ella pertenece al colectivo trans y habló sobre la realidad que enfrentan a diario.
El fin de semana el brutal crimen de Laly Heredia, la travesti de 36 años en Camino de Cintura reflejó el ataque constante que continúan sufriendo las chicas trans. “Fue un crimen de odio”, sentenció Monroe al aire y brindó datos escalofriantes.
“El año pasado asesinaron a casi 100 chicas trans y travestis y, hasta ahora, lo que va del año son casi 15 travesticidios”, aseguró. Según el sitio Presentes a Laly la mataron de 8 balazos con un ama calibre de 9 mm, sucedió en las puertas de un hotel entre el cruce de avenida Monseñor Bufano y Arribeños.
La habría abordado un hombre pidiendo servicios, no le robaron nada, la dejaron agonizando entre las tres y siete de la mañana del domingo. Para Mariana, la pérdida de su compañera significa otro temor más porque se sienten expuestas y desprotegidas por el Estado.
Por otra parte, dicho sitio aportó datos de un informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT, que depende de la Federación Argentina LGBT (FALGBT), que determinó que en 2017 “hubo al menos 103 crímenes de odio por orientación sexual, expresión e identidad de género”.
“Nosotras somos una femineidad, es decir que no somos mujeres, pero tampoco somos hombres. Yo soy una travesti y muchas personas eso no lo entienden y tiran el odio que tienen dentro, por más que algunas no ejerzamos la prostitución siempre van a estar diciéndonos cosas y una ya está cansada”, expresó Mariana.
Discriminadas y marginadas
Mariana sostuvo que es la prostitución la que siempre las apartó de la sociedad, pero históricamente para la comunidad trans es muy difícil acceder a trabajos “saludables en las que no estuvieran expuestas” ya que son pocas las oportunidades que se les brinda.
“Cuando vas a una casa de electrodomésticos o de ropa a buscar trabajo, se presenta una mujer y una travesti, por más capacitada que esté la travesti y por más estudio que tenga, siempre van a elegir a la mujer porque no nos imaginamos que nos atienda una trans o una médica que sea travesti o una dentista travesti porque la sociedad no se anima a imaginar o no lo quiere imaginar”, ejemplificó.
Si bien ante estas adversidades, la joven contó que la manera que tienen para defenderse y poder ingresar a los espacios de los que han sido expulsadas durante años y a los que “tienen derecho a acceder como cualquiera”, es a través de la capacitación y la formación profesional, aunque resulte ser todo un desafío.
“Me ha pasado, con 25 años, que, por ejemplo, esté en un espacio y que la gente te haga sentir mal al punto de decir ´dejo esto´, por ahí solamente con la mirada, en otros casos van directo a hechos de violencia.
He dejado el profesorado porque hacía el turno vespertino y volvía a las once de la noche a mi casa y siempre pasaba algo. Llega un punto en donde una se cansa y solo quiere estar con personas que tengan empatía y estemos entre nosotras que nos entendemos”, relató.
Por tal motivo, hoy Mariana forma parte de un círculo que se llama Furia Trava y, además, da clases de inglés en una Casa de Lohana y Diana, en González Catán. “Lo que caracteriza al lugar es que es para travestis y chicas trans, dan clases de manicuría, maquillaje, capacitaciones de salud, hay un espacio de escucha para las chicas y, de esa manera, también batallamos”, detalló.
Realidades: lo que se muestra y lo que no
Para las chicas trans la aceptación y la inserción social es algo que no se ha logrado del todo y sufren a diario los acosos y la discriminación. Aunque algunos puedan opinar lo contrario por ciertas figuras y personajes mediáticos que podrían reflejar un empoderamiento del colectivo, Mariana fue tajante al respecto.
“Es una gran diferencia: teatro, espectáculos. Tenemos el claro caso de Florencia de la V o Lizy Tagliani, son personalidades que están en la televisión, pero ¿Dónde están las demás que fueron vapuleadas en los 80´, en los 90´ y las muchas que, lamentablemente, no están?
Nuestra expectativa de vida cada vez es menos, de un lado tenemos a Florencia de la V y a todas las demás chicas que hacen espectáculos. Pero, también, tenemos a la otra que por ahí tiene 15 años y está siendo prostituida, pero la sociedad prefiere ver a Lizy haciendo monólogos, a Flor de la V teniendo un programa que es algo para nosotras es inalcanzable”, enfatizó.
“Me encantaría que las chicas se impongan más en los espacios, que estudien y se capaciten, que, gracias a Diana Sacayán, se cumpla el cupo laboral trans, que no se cambien nuestras leyes que ya tenemos y que paren con esta matanza de mujeres trans y travestis.
Es horrible tener que enterrar un día y al otro a otra compañera. Nos conocemos entre todas acá en La Matanza y es horroroso tener que enterarte de que mataron a una compañera y, lo peor de todo, que sigan amenazando a otra chica travesti. Estamos sufriendo mucho y esto tiene que parar”, concluyó.
Diana Sacayán era líder del movimiento LGBTIQ y la mataron de 13 puñaladas por ser travesti. El Tribunal Oral 4 de Buenos Aires, en una sentencia inédita, condenó a cadena perpetua a Gabriel Marino por “homicidio calificado por odio de género”. Por primera vez, la Justicia había reconocido que el asesinato fue “un crimen de odio a la identidad travesti”.
A menos de un mes de su muerte, la Legislatura bonaerense aprobó el proyecto de cupo laboral que ella redactó y presentó en varias oportunidades y que pasó a llamarse “Ley Diana Sacayán”. La norma estableció que, al menos, el 1 por ciento de los puestos de trabajo del sector público deben estar ocupados por “personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo”.