Número de edición 8481
La Matanza

Por los aumentos imparables: los tips de los matanceros para ganarle a la crisis económica

Por los aumentos imparables: los tips de los matanceros para ganarle a la crisis económica.

Diario NCO salió a la calle para charlar con los vecinos de La Matanza y conocer como han modificado sus hábitos de consumo y cuáles son las herramientas a las que recurren para hacerle frente a la difícil situación económica.

Con la inflación constantemente en alza y una situación económica critica para el país, el Diario NCO salió a recorrer La Matanza para conocer cómo afrontan los vecinos esta situación y conocer la forma en la que han modificado sus hábitos de consumo para hacerle frente a los aumentos.

Es que cada vez cuesta llegar más a fin de mes, ya que si tenemos en cuenta el último informe de índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) los rubros que más han aumentado son la Educación (17,9%), vestimenta y calzado (6,6%) y alimentos y bebidas sin alcohol (6%).

Seguidos por los servicios de comunicación (4,4%), restaurantes y hoteles (4,3%), transporte (4,2%), bebidas alcohólicas y tabaco (4,1%), equipamiento y mantenimiento del hogar (3,8%), salud (3,2%), servicios básicos –luz, agua, gas y combustibles- (2,8%) y recreación y cultura (2%). Ante este contexto, los vecinos se vieron en la necesidad de optar por nuevas formas de consumo y poder llegar a fin de mes.

El caso de Susana Almeida, oriunda de Tapiales, refleja la realidad de cientos de matanceros. “En casa no alcanza la plata, yo estoy sola criando a mis tres nenes y no quiero que les falte nada; trabajo limpiando casas y con lo que puedo juntar voy una vez a la semana al Mercado Central a comprar las ofertas”, aseguró en dialogo con Diario NCO.

Sobre esa misma línea, explicó que “las verduras y frutas son buenísimas, están frescas y la verdad es que los precios son económicos. Hay muchos puestos con ofertas, te podés traer tres kilos de papas por $30 o el tomate por $25 el kilo”; sin embargo, reconoce que tuvieron que disminuir el consumo de carnes rojas y blancas, “ahora comemos pollo una o dos veces por semana, capaz algún día podemos comprar carne para hacer un asado”.

Además, Almeida afirmó que no sólo compra comestibles en el reconocido Mercado, sino que también se abastece con otro tipo de productos. “Ahí también le compro la ropa a los chicos, sobre todo medias y ropita interior que es bastante accesible”, sostuvo.

Por otro lado un vecino de San Justo, Héctor Albarracín, aseguró que “lo único que cambiamos es el consumo de carnes y lácteos, comemos más pollo y compramos leches de segundas marcas”. Aunque también advirtió que “buscamos la oferta del día en los distintos supermercados y la compramos, es un ejercicio que lleva bastante tiempo, pero hay que rebuscársela”.

“Otra cosa que nos ayuda a ahorrar es que dejamos de pedir comida por teléfono, es lindo darse un gusto de vez en cuando, pero es preferible prescindir de aquellas cosas que no son absolutamente necesarias”, remarcó.

No obstante, la parte más difícil se la llevan aquellas personas que deben ingerir determinados alimentos, como por ejemplo los celiacos o los intolerantes a la lactosa. En general los productos sin tacc o deslactosado suelen tener un precio más elevado, por que garantizar una alimentación adecuada puede volverse un verdadero desafío.

El caso de Marina Cespedes, una vecina de Ramos Mejía, puede sonar familiar para muchos matanceros: es madre de dos gemelos celiacos y debe rebuscársela a diario para que sus hijos coman saludable sin alterar aún más la delicada economía familiar.

“Hace un tiempo deje de comprar las pastas en supermercados o naturistas, ahora compro en las dietéticas los ingredientes y amaso en el momento. La verdad a veces se vuelve tedioso o cansador pero no podemos darnos el lujos de comprar un paquete de fideos a $90, que solo nos dura una comida”, manifestó y sentenció que “existe un abuso por las marcas reconocidas en relación a los alimentos libres de gluten, es imposible que una pascualina o tapas de empandas cuesten casi $100. El Estado debería intervenir y regular los precios”.

Foto: Valor Soja

 

 

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior