Número de edición 8481
La Matanza

“Tronador”: el primer vehículo eléctrico de La Matacha

La innovación y la ciencia. Herramientas fundamentales
La innovación y la ciencia. Herramientas fundamentales

Diario NCO conversó con Carlos Puga, uno de los pioneros en electromovilidad en la Argentina, quien compartió los orígenes, el desarrollo y la proyección de su emblemático modelo.

Por Florencia Belén Mogno

A lo largo del tiempo, la innovación y la ciencia aplicada fueron y constituyen herramientas fundamentales para transformar la vida cotidiana y repensar el modo en que las personas se mueven en el mundo. En este marco, los avances tecnológicos en movilidad eléctrica se posicionan como una alternativa viable y sustentable de cara al futuro.

En este contexto, el partido de La Matanza se convirtió, hace ya 37 años, en el escenario de un hito en la historia de la electromovilidad argentina: el nacimiento de “Tronador”, el primer vehículo solar y eléctrico del Oeste bonaerense.

En ese sentido y en el marco de la conmemoración del aniversario de la creación del modelo, Diario NCO tuvo la oportunidad de dialogar con el especialista Carlos Puga, creador del vehículo, para conocer más detalles acerca de este proyecto pionero que supo anticiparse a un futuro que hoy ya es presente.

Los orígenes

A fines de los años ochenta, Carlos Puga era un joven especialista en electrónica, docente y apasionado por su disciplina. Fue en ese entonces cuando se encontró con una convocatoria impulsada por uno de los primeros referentes de la electromovilidad en el país, Ariel Ciro Rietti.

Aquella propuesta significó el puntapié inicial para que Puga pusiera en marcha su sueño. Así nació “Tronador”, nombre que homenajea al imponente cerro ubicado en el sur argentino y que el especialista había visitado en 1986.

En relación al desarrollo del vehículo, el entrevistado recordó: “ “Tronador” comenzó a gestarse en mayo de 1988 y fue finalizado en octubre de ese año, para ser probado y ajustado a las exigencias de la demostración que se hizo en diciembre de ese año junto a otros vehículos solares/eléctricos”.

En tanto, al referirse a las motivaciones personales que impulsaron su trabajo, Puga manifestó que “me motivó el hecho de ver renegar a mi padre cada otoño e invierno con su vehículo Diésel que no le arrancaba por la mañana; además de la contaminación por gases y ruido que generaba el mismo”.

Una revolución silenciosa

Cuando finalmente estuvo terminado, “Tronador” se presentó como un desarrollo inédito para la región. No solo fue el primero en su tipo en el partido de La Matanza, sino que también implicó una muestra concreta del potencial que tenía —y aún tiene— la energía solar en el ámbito automotor.

En ese sentido, este vehículo destacaba por su diseño compacto y su eficiencia: podía alcanzar una velocidad de 40 km/h y mantenerse en uso continuo durante dos horas y mediaademás, las baterías que empleaba se recargaban a partir de la luz solar, lo cual suponía una reducción notable en la dependencia de combustibles fósiles.

De esta manera, lo que comenzó como un proyecto casero poco a poco tomó forma en el living de la casa de Carlos Puga, quien desde el primer momento contó con el respaldo de su familia. Allí, entre herramientas y planos, no solo se construyó un auto, sino también una visión adelantada a su tiempo.
“Haber sido un pionero me genera una gran alegría porque actualmente puedo ver mis sueños cumplidos. El auge de la electromovilidad y el cuidado del medioambiente en todo el mundo es algo que otros y yo, anunciamos casi cuatro décadas atrás”, expresó el entrevistado.

La electromovilidad como camino posible

En cuanto al funcionamiento de “Tronador”, cabe mencionar que se basa en la electromovilidad, una tecnología que hoy está en pleno crecimiento y que, según Puga, consiste en “la utilización de la electricidad como fluido para poder movilizar una gran variedad de vehículos”.

Este principio se aplica actualmente a una amplia gama de medios de transportes que abarcan desde motos y autos, hasta barcos, trenes e incluso maquinaria pesada. Su alcance ya no es futuro, sino presente.

Respecto de los aportes ñque puede ofrecer esta modalidad, el especialista explicó: “Los beneficios son muchos como por ejemplo reducción de la polución ambiental (gases de efecto invernadero) y del ruido (contaminación acústica)”.

Además, resaltó las ventajas energéticas que tiene respecto a los motores tradicionales: “El cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU; ahorro energético ya que mientras el motor eléctrico tiene un rendimiento mínimo del 90 por ciento (muy eficiente), el motor de combustión interna (diésel o naftero) tiene un rendimiento del 25 por ciento como máximo aún fabricado por la mejor automotriz y siendo 0Km”.

Con una mirada positiva acerca de lo que vendrá, Puga aseguró que la Argentina cuenta con los recursos humanos necesarios para desarrollar esta industria y sostu que “se encuentra en constante crecimiento y existen excelentes profesionales y técnicos en el tema tanto para vehículos, baterías y cargadores”.

No obstante, y a modo de conclusión también remarcó la necesidad de un marco normativo que impulse y regule este desarrollo: “Hace falta una Ley de Electromovilidad (presentada hace años por Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos) para regular la actividad y también las inversiones necesarias”.

Fuente fotografías: prensa Carlos Puga.

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