
La secretaria de Derechos Humanos del SUTEBA- Matanza, Valeria Gómez, habló de los reclamos que lleva adelante el gremio y advirtió que la pandemia vulneró muchos derechos de los niños, niñas y adolescentes.
El rol de las escuelas siempre fue más allá del dictado de clases en las aulas, por lo menos en el caso del partido matancero, los centros educativos mantienen un vínculo muy estrecho con toda la comunidad familiar y vecinal.
Sin embargo, la pandemia privó a muchos niños y jóvenes de acceder a ese lugar en donde no solo aprenden los contenidos curriculares, sino queallí socializan, realizan actividades deportivas y cuentan con docentes que están dispuestos a escucharlos cuando necesiten.
Aun así, el principal derecho, que es aprender y enseñar, hoy se ve vulnerado por la brecha digital existente y las desigualdades sociales que “se ven profundizadas en La Matanza”, según señaló la secretaria de Derechos Humanos del SUTEBA, Valeria Gómez.
En diálogo con “Haciendo Radio” (producción de Diario NCO que se emite por la 2020 NCO Radio de lunes a viernes de 10 a 13), Gómez aseguró que, con el inicio del aislamiento obligatorio, desde el SUTEBA han reclamadopara que se le permita a la escuela continuar siendo ese actor social importante.
“Cuando empezamos a ver que nuestros chicos necesitaban que los comedores continúen, porque la escuela cumple esa función de darles de comer a nuestros niños y niñas,que también se dificultó por la pandemia, se empezaron a recibir los bolsones de comida”, contó.
Para la secretaria de Derechos Humanos, esta política es apenas un “paliativo” e indicó que la idea de cocinar en el establecimiento es algo que se pidió en reiteradas oportunidades, pero no que no pudo ser autorizado.
Derechos vulnerados
Continuar con las clases desde el hogar no es igual para todas las familias más si las desigualdades se ven agravadas por la crisis sanitaria y económica que atraviesa el país.
Estas diferencias tienen que ver, incluso, con las necesidades familiares básicas: “Tenés que tener luz en una casa, dispositivos con acceso a internet y, en la mayoría de las familias, eso pasa a un quinto lugar porque primero hay que ocuparse de la comida”.
Con esto, Gómez evidenció una realidad que muchas veces es ignorada, pero que desde la secretaría del SUTEBA no obvian y exigen a las autoridades locales la creación de “una comisión que enfrente esta situación de crisis” y, al mismo tiempo, denunció la ausencia del Estado municipal.
La institución escolar hoy no puede ser ese espacio que reciba a los niños y dar cuenta de la situación del hogar. En reiteradas ocasiones, docentes han intervenido para resguardar al menor de un escenario de violencia y del cual tomaron conocimiento gracias a la declaración del alumno o alumna.
Hoy la escuela se corrió de ese lugar desde donde podía actuar por el cuidado de los niños, niñas y adolescentes, pero no dejó de acompañar a las familias y a la comunidad.
Violencia infantil, el caso de Lucas Verón y el reclamo junto a los vecinos contra la empresa Klaukolson algunos de los temas y sucesos que tuvieron lugar durante la cuarentena, pero que reflejan el compromiso social que mantiene la educación pública en el Municipio más grande de Buenos Aires.
Haciendo Radio: ¿Se profundizó la violencia infantil en la pandemia?
V.G: “La escuela es una caja de resonancia, cuando el niño sufre la violencia en su casa eso llega a la escuela y nosotros comenzamos a actuar como veedores de que no se vulneren sus derechos y ser los que vamos informando a los servicios locales, juzgados y fiscalías para que tomen acción.
Hoy la escuela no está para eso y los niños quedaron solos en sus casas con el agresor, abusador con el golpeador. Entonces, ahí se rompió esa unión que había con la comunidad y la escuela que permitía que el niño tenga un lugar donde decir. Hoy el niño está solo en su casa.
Los mecanismos que se han creado desde la Dirección General de Escuelas son muy débiles y no llegan a suplir el rol que teníamos como escuela. No podemos saber qué pasa en cada casa, como por ahí sí podíamos cuando los chicos iban a la escuela y la maestra estaba ahí para escucharlos.
No hay una política de Estado para ver que está pasando en esas casas y tampoco para hacer un seguimiento de aquellos niños que nosotros sabíamos que estaban en una situación de violencia”.
Haciendo Radio: Hubo casos graves que afectaron a alumnos de La Matanza o a miembros de la comunidad en general, como fue el caso de Lucas Verón…
V.G: “Lucas ya no estaba cursando, pero la familia es allegada a nuestro sindicato. Ahí se ve QUE, muchas veces, el papel de la policía en estos barrios no es el que tiene que ser y ves cómo fue perseguido este chico, atacado y asesinado por efectivos de la policía.
Aún después de eso se intentó ocultar la situación con un amparo de las fuerzas, tanto la policial como de la misma fiscalía, donde se trató de desviar la causa hacia otro rumbo.
Se trató de armar una causa que señalaba que Lucas quería robar e inventaron algo para que ellos puedan quedar en una situación mejor parada, pero es una situación que sufren muchos de nuestros alumnos de los barrios.
Pero, gracias a que salieron todos los vecinos a exigir justicia y a proteger al amigo que estaba con él (con Lucas Verón) para que no lo obliguen a declarar cualquier cosa, la familia se puso de pie y salió a reclamar.
Si no salís a reclamar las cosas terminan desapareciendo y se llegó a detener a los asesinos. Nos falta seguir con la cadena de mando, con cómo fue la protección de estos sujetos y buscar responsables más arriba, que es lo más complicado”.
Haciendo Radio: ¿Tuvieron algún tipo de participación en una marcha que fue reprimida frente a la Municipalidad?
V.G: “Sí; los vecinos de Klaukol, hace muchos años, están pidiendo que se investigue a la empresa que contamina el barrio de Virrey del Pino y, ya que son parte de la comunidad, muchas escuelas se han unido a ese reclamo.
En la última movilización de Klaukol se acompañó con SUTEBA, con las escuelas que son de la zona y con los delegados a reclamar que el municipio se haga cargo de esta situación.
Después de la marcha, sucedieron unos hechos y que todavía no se puede verificar quiénes los realizaron. Una vez desatado todo, la policía salió a hacer una cacería, como suele hacer después de una agresión o represión, donde detuvieron a unos compañeros del sindicato.
Tengo entendido que se está armando una causa y hay abogados de Derechos Humanos que están tomando el caso para defender a estos compañeros, que no son los que han agredido, pero que la policía los detuvo.
En esta cuarentena hay muchos derechos vulnerados de nuestra población; nuestros niños, niñas y la comunidad tienen derecho a tener una alimentación digna, una vivienda digna, tener acceso a la educación, tener derecho a reclamar y que no se los reprima.
El Estado no puede estar ausente y tiene que ser veedor de que se cumplan esos derechos y de que sus fuerzas también los respeten. No son casos aislados, no son cosas personales de un policía u otro, tiene que ser una política de Estado la protección de todos nuestros derechos como sociedad.
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