Salud. Cómo el entorno colectivo afecta la salud mental individual.
En un contexto global de incertidumbre, desigualdad y vínculos quebrados, los efectos del entorno social sobre la salud psicológica individual se hacen cada vez más visibles. El malestar no solo nace en lo íntimo: también tiene causas estructurales.
Por Florencia Belén Mogno
Durante décadas, la salud mental fue entendida principalmente como una dimensión subjetiva, personal e íntima, donde lo emocional y lo psicológico parecían depender solo de lo interno. Sin embargo, en la actualidad esa mirada comenzó a reconfigurarse.
En este punto, cabe señalar y subrayar que la vida psíquica de las personas no se desarrolla en el vacío, sino que está atravesada profundamente por condiciones materiales, relaciones sociales e incluso por los climas de época.
El neoliberalismo, la fragmentación del lazo social, la incertidumbre económica y los vínculos cada vez más virtualizados se convirtieron en componentes clave a la hora de analizar el padecimiento mental. Los duelos no elaborados, la angustia, el estrés y hasta las depresiones crecientes no son fenómenos aislados ni casuales: son, muchas veces, reacciones frente a un entorno que vulnera, agota o excluye.
Al mismo tiempo, se empezó a instalar en la opinión pública la idea de que la salud mental debe dejar de ser un tema tabú. Las campañas de concientización, las redes sociales y los medios de comunicación comenzaron a dar espacio a voces que reclaman un abordaje más humano, comprensivo e integral de esta problemática. Sin embargo, todavía persisten obstáculos: el estigma, el acceso limitado a tratamientos adecuados y una mirada reduccionista que no siempre contempla las causas sociales del sufrimiento.
Frente a estas preguntas, emergió la necesidad de sumar nuevas herramientas para abordar las dolencias contemporáneas. Es en esta instancia, donde desde el área de salud mental los y las especialistas pasan a consolidarse como actores fundamentales dentro del entramado social debido a que pueden contribuir a brindar esas herramientas que la población requiere para el abordaje de las “dolencias sociales”.
En ese sentido, Diario NCO tuvo la oportunidad de dialogar con el psicoanalista y especialista en salud mental, Daniel Salerno, quien analizó el impacto del clima social en el estado psicológico de las personas, y reflexionó sobre cómo lo colectivo atraviesa la subjetividad individual.
Ánimo social e implicancias en la salud mental
Desde su experiencia clínica, Salerno explicó cómo fue percibiendo que las herramientas exclusivamente psicológicas no alcanzaban para interpretar ciertos síntomas que aparecían en su consultorio. “Yo empecé a darme cuenta que necesitaba herramientas de la sociología para poder abordar cuestiones que tenía en la clínica, en el consultorio con los pacientes”, relató.
A partir de esa necesidad, el profesional señaló que comenzó a articular sus conocimientos psicoanalíticos con una mirada más amplia sobre los factores sociales que influyen en la salud mental para una comprensión más integral del entorno que, a su vez, le sirvió como instrumento para sus casos terapéuticos.
A modo de ejemplo, recordó que antiguamente se solía realizar una lectura individualista de problemáticas claramente estructurales. En este contexto, el entrevistado comentó: “Por ahí ante un paciente que decía que estaba sin trabajo, había una interpretación de las motivaciones de por qué no podía; y eso, en una sociedad donde hay una tasa de desocupación alta, muestra que no se puede hacer una interpretación sobre la persona, sino que el paciente está siendo víctima de un determinado sistema social”.
Según su análisis, muchas dolencias actuales se encuentran profundamente vinculadas a las condiciones impuestas por el sistema. Al respecto, el especialista explicó que “esto fue lo que yo fui viendo y la sociología me aportaba un montón de datos y teorías y respuestas para la práctica del día a día. Y lo que vi es que la gente estaba enferma de los métodos, de los sistemas sociales y de cómo se están desenvolviendo”.
Indagar la realidad social desde un enfoque integral
Al ampliar su mirada sobre el entorno social, Salerno también se detuvo a reflexionar sobre las características actuales del vínculo social en Argentina y en el mundo. Desde su perspectiva, los lazos comunitarios se encuentran profundamente erosionados. “Se ve una sociedad narcisista, sumamente aislada, egoísta y casi como que se están rompiendo los contratos sociales; el pensar en los otros”, observó el psicoanalista.
Este aislamiento, lejos de ser solo una cuestión de actitudes individuales, genera consecuencias profundas a nivel emocional y colectivo. En ese sentido, Salerno advirtió: “Se van rompiendo los trabajos comunitarios, colectivos, y es un sistema tan perverso que va atacando básicamente que la gente se junte, que pueda procesar un montón de cuestiones emocionales, de duelos y vivencias, desde un lugar comunitario que ayuda un montón”.
En ese marco, la pandemia del COVID-19 también se presentó como un hito de inflexión. Para Salerno, el contexto sanitario puso al descubierto muchas de las fragilidades sociales preexistentes y, en lugar de generar una transformación colectiva, terminó por profundizar el individualismo. “El famoso tema de ‘de la pandemia salimos mejores’ es una utopía porque se podría haber salido mejor en sociedades estructuradas de otra manera. La verdad que las sociedades estructuradas a nivel mundial como estaban con un neoliberalismo feroz que es como el reinado de la desigualdad”, afirmó.
Fragmentación después de la crisis
En sintonía con lo planteado anteriormente, lejos de reforzar la solidaridad, la pandemia activó mecanismos de supervivencia que, según el especialista, exacerbaron el egoísmo y la desconexión entre personas. “La pandemia ya nace en una estructura social media resquebrajada por muchas desigualdades, que vienen inclusive desde la década del 90 a nivel mundial, y es muy difícil esa frase que de ahí uno podía salir mejor”, sostuvo el entrevistado.
En términos psicológicos, los efectos de ese contexto fueron contundentes. En concordancia, el profesional de la salud mental explicó que “también generó esa alarma básica biológica. Los seres humanos somos seres biopsicosociales y la pandemia prendió esa alarma biológica de sálvese quien pueda; entonces es ‘mientras yo me salve, que los demás se mueran’ y por eso digo la exacerbación del individualismo”.
Incluso, la sensación de haber sobrevivido al COVID-19 dejó marcas que siguen teniendo implicancias emocionales. De esta manera, el entrevistado expresó: “Somos sobrevivientes de una pandemia y eso trae esa sensación como de triunfo sobre la muerte. Mientras también vivimos momentos de muerte, pero ahí volvemos a encerrarnos en nosotros mismos”.
Frente a este panorama, la promoción de la salud mental aparece como una herramienta urgente y fundamental. Pero para el entrevistado, ese trabajo debe comenzar por lo más básico: el reconocimiento del malestar. “No solo es importante la idea de promover la salud mental sino que también lo que habría que hacer es un paso previo, que es mostrarle a la gente qué sería un malestar”, consideró.
Según su experiencia, muchas personas no saben identificar con claridad si lo que sienten requiere acompañamiento profesional. En esa línea, Salerno señaló que “a veces lo que uno va detectando es que la gente quiere autoevaluarse qué malestar es el que necesita ayuda y cuál es el que no necesita ayuda, y a veces el saber popular para eso no alcanza. Entonces por ahí una campaña más masiva tendría que inclusive explicar qué es el malestar”.
Finalmente, el entrevistado destacó la importancia de construir una sociedad que valore el cuidado mental como una dimensión colectiva, más allá del plano personal. “Después, si tenés una sociedad de a nivel salud mental ya individual, esa salud mental individual va a promover la unión entre gente”, expresó, y concluyó: “Van a empezar a unirse desde el respeto por el otro, desde cuestiones de diversidad y desde reconocer y aceptar lo distinto. Eso se da en un aparato psíquico equilibrado que obviamente tiene que ver con esta promoción en la salud mental”.
Fuente fotografías: Facebook.com
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