Número de edición 8481
La Matanza

Virrey del Pino: Ofrecen 100.000 pesos por un policía que mató a su mujer

Al descubrir a su hija muerta, lo único que Barciliza pudo hacer fue recostarse unos minutos al lado del cadáver y abrazarlo , acariciarlo, hasta que la sacaron de allí a la fuerza.

Hacía varios días ya que ni ella ni su familia tenían noticias de Patricia. Esa noche entró a la casa de su hija con ansiedad, presentía que algo malo había ocurrido. Caminó con miedo hacia el dormitorio y fue entonces que encontró el cuerpo ya hinchado, tirado sobre la cama.

La noche del 22 de mayo de 2006, Patricia Gasparotti (29) fue hallada muerta en su casa de Virrey del Pino, en La Matanza. Había sábanas y almohadones manchados con sangre. Todo sugería una secuencia violenta. La autopsia confirmaría que había sido asfixiada. También diría que había recibido una paliza, en la que le habían fracturado el tabique.

Hoy, el acusado es quien fuera su pareja, un agente de la Policía Federal llamado Cristian Terraza (33), de la comisaría 44°. Luego del asesinato se esfumó. Y todavía continúa prófugo, a pesar de que el Ministerio de Seguridad bonaerense ofreció una recompensa de hasta $ 100 mil por él .

Barciliza Larramendia mira con pesadumbre la calle de tierra que pasa delante de su casa. Las cortinas rosadas hacen que el sol se meta más amable. Hay un par de gatos enroscados a la sombra de un árbol, que parecen estar deshaciéndose de a poco por el calor. La mesa del comedor está cubierta de fotos que retratan los años más tristes de Patricia , los últimos.

“Mi hija nunca me contó nada sobre la violencia que vivía en su casa. Siempre imagino que la cuidamos mucho y ella no supo qué hacer, cómo defenderse. Y en el medio de su vida se le cruzó este monstruo, que va a seguir matando . Lo cierto es que nunca lo buscaron: hubo y hay mucho encubrimiento”, asegura la mujer.

Patricia y Terraza se habían conocido en Glew, en lo de una prima de la joven. Era 2001 y hasta entonces ella vivía con sus padres y trabajaba en una fábrica. Tiempo después, dejó Virrey del Pino y se fue a vivir con el policía, cerca de lo de su prima. Los problemas surgieron enseguida y escalaron hasta llegar a su muerte .

“Patricia dejó de trabajar cuando lo conoció, porque él no la dejaba . Era muy celoso, no le permitía salir a ningún lado. Ni siquiera a la casa de su prima, que vivía al lado. Y él solía mostrarse como todos los tipos que son violentos, que puertas para afuera aparentan ser otra cosa. Parecen amables, buenas personas, de buen trato”, describe Barciliza a Clarín.

El asesinato de Patricia se fue configurando como una venganza anunciada. Luego de una primera separación, tras la cual ella volvió a lo de sus padres, Terraza la convenció para intentarlo otra vez. Fue así como compraron una casita a la vuelta de lo de Barciliza, en Virrey del Pino. Pero las cosas no mejoraron. Y la chica intentó ponerle punto final a la historia denunciando al policía .

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