El gobierno sirio acusó a los países vecinos de suministrar armas y dar entrenamiento a los grupos armados, a quienes responsabiliza por la violencia en el país y aclaró que son los sirios los que tienen que decidir el futuro del país.
Este fue el mensaje que el Canciller sirio, Walid al Moallem, trasladó a los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), durante la reunión celebrada en Yedah (Arabia Saudita), rechazando una vez más las sanciones acordadas por la Liga Árabe, según recoge la agencia oficial de noticias siria SANA.
“Nuestro problema con los países vecinos es que están introduciendo armas de contrabando y financiando y entrenando a hombres armados en campamentos especiales, mientras que Siria está tendiendo la mano para la cooperación con esos países con el fin de controlar las fronteras”, denunció el ministro a la agencia Europa Press.
“Siria es más capaz que cualquier otra parte de resolver sus asuntos y se niega a aceptar las lecciones o los dictados de otros.
Nuestros ancestros lucharon para liberar el país y, ahora, Siria no cederá ni su soberanía ni su decisión independiente”, advirtió Al Moallem.
Asimismo, dejó en claro que “Siria no reconoce las decisiones de la Liga Árabe, adoptadas mientras el país fue expresamente apartado por la suspensión de su adhesión”, en referencia a las sanciones adoptadas el domingo pasado por el organismo pan árabe.
El jefe de la diplomacia siria explicó a sus colegas la situación en Siria, donde, según el gobierno, “grupos terroristas armados” están “aterrorizando” a la población civil, y defendió el programa de reformas adoptado por el ejecutivo que culminará en una nueva Constitución que garantice el pluralismo político y la separación de poderes.
En este sentido, Al Moallem destacó que “el diálogo nacional integral no está limitado al poder y la oposición, sino que es indispensable que participen representantes de los millones de sirios que tienen demandas legítimas y no pertenecen a una de las partes” y dejó en claro que sólo los sirios pueden decidir su futuro.