La declaración fue sancionada con 29 votos a favor, 6 en contra y 6 abstenciones y le exigió al Gobierno argentino se pronuncie en contra del golpe que “ha interrumpido el orden democrático y constitucional”.
En el marco de una sesión especial que se prolongó por más de cuatro horas, el Senado aprobó con 29 votos positivos, 6 negativos y 6 abstenciones el proyecto de declaración que había impulsado el peronismo. La nota la dio Cambiemos que a la hora de votar se dividió con la abstención del radicalismo y el rechazo del Pro.
La normativa sancionada por la Cámara alta –que se reunió por primera vez tras dos meses de inactividad- expresa su “más enérgico repudio al golpe de Estado perpetrado en el Estado Plurinacional de Bolivia contra el Gobierno democráticamente electo del presidente Juan Evo Morales Ayma”.
También exhorta al Gobierno de Mauricio Macri a que “en virtud del quiebre democrático ocurrido en el hermano país, conceda asilo a cualquier integrante del gobierno encabezado por Evo Morales que así lo solicitara, a fin de garantizar la protección de su vida, su libertad y su integridad, y la de su familia”.
Durante su alocución en el recinto, el presidente del bloque Justicialista, Carlos Caserio, manifestó que “la actitud de los militares bolivianos ha sido de sedición, que en algún momento la democracia de Bolivia tendrá que juzgar, nadie puede interrumpir un mandato ni pedirle a un presidente electo que renuncie” y advirtió que “Evo Morales debió renunciar por determinadas circunstancias: las amenazas personales sobre su vida y la de su familia, además por la responsabilidad de evitar cualquier derramamiento de sangre del pueblo boliviano”.
Mientras que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y senador de Cambiemos, Julio Cobos, aseguró que “en este afán de respetar la voluntad popular también tenemos que respetar la voluntad popular de los procesos eleccionarios y me parece que todo este conflicto se origina en Bolivia por algo que quizás contagia a algunos presidentes de eternizarse en los cargos”.
También Marcelo Fuentes (FpV-PJ) cuestionó duramente la gestión del canciller Jorge Faurie al señalar que la situación en Bolivia “no es un tema menor, la indignación es muy grande y es un digno fin de un ciclo de política exterior caracterizada por una mezcla de ‘tilinguería’ que un canciller cuya ineptitud para el cargo ha quedado evidenciada a todas luces”.
A la vez que la senadora del Frente Progresista María Magdalena Odarda insistió en que “Evo Morales no está solo, América Latina y el mundo están con él” y denunció que “atacaron a un gobierno progresista que desarrolló un programa económico y social que transformo a Bolivia y la convirtió en el país de mayor crecimiento en la región. Mientras en Bolivia mejoran todos los indicadores sociales, en Argentina crece la pobreza, la desocupación, la inflación, la deuda y la desigualdad”.
Sobre esa misma línea, el presidente del bloque Proyecto Sur-Unen, Pino Solanas, consideró que “no se puede entender la situación de Bolivia sin el componente racial; los blancos y mestizos le cobraron la factura a los indígenas y a los pueblos originarios: esta es una revancha racial”.
Además la senadora nacional por San Luis, Eugenia Catalfamo, fue categórica al enfatizar la “la bochornosa actitud que tuvo la Cancillería argentina que, siguiendo órdenes del presidente Mauricio Macri, no condenó el golpe de Estado sufrido en el país vecino. Lamentablemente, en este caso el Presidente de la Nación tampoco pudo ver las cosas con demasiada claridad”.
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