
La licenciada en Economía Clara Patricia Razu, también docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Matanza, habló sobre la situación económica actual ante la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19.
La entrevistada en estos momentos se encuentra en cuarentena. “Uno trata de ver un poco más allá, y si bien los que tenemos licencias con goce de sueldo permanecemos en casa, hay quienes si no salen a la calle a buscar el peso del día no tienen un ingreso, y eso ya es una preocupación”.
Es innegable que hay una preocupación despertada por el virus en sí que se relaciona con la salud, pero también consterna cómo se ve y se verá afectada la producción del país.
“El hecho de ver comercios vacíos cuando se había empezado a recuperar un poco la actividad económica, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, hace que se vean sumamente afectadas. Comerciantes decían que hubo días en que entró una sola persona a hacer una pregunta”, señaló con preocupación la licenciada.
En el aire de la Radio Universidad de La Matanza, la invitada dijo que lo que se estaba dando en el país “era una recuperación incipiente y volvimos a una recesión profunda que el Estado está tratando de palear con rebajas impositivas y prórroga de plazos, pero realmente hay sectores en los que resulta sumamente complejo y sí, agrava aún más nuestros problemas económicos”.
¿Qué va a pasar con el FMI?
En medio de todo esto, la negociación por la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional que se presentaría a fines de marzo y ya se extendió para abril debido a la imposibilidad de reunirse.
“Si bien se pueden mantener charlas por videoconferencia, es una negociación sumamente compleja y por lo pronto se han extendido los plazos. Esto nos afecta en el sentido de que nosotros hacia fines de marzo íbamos a tener una definición acerca de nuestro presupuesto y esta prórroga nos afecta también en todo lo que es gasto público”, explicó la investigadora.
Estos acuerdos son cruciales para determinar la cantidad de fondos de los que dispondrá el Estado para lo que queda de este año. “Todo es difícil pero en lo que están de acuerdo (los funcionarios argentinos) y también está de acuerdo el fondo monetario internacional es que los Estados tienen que aplicar un aumento del gasto público. No es que el fondo cambió su manera de pensar, los hechos evolucionaron de manera muy acelerada”.
Se ve que hay países que aún no tomaron conciencia. En Brasil, Bolsonaro mira para otro lado y hace actos políticos como si nada. En Uruguay recién empezaron a verse los primeros casos. Esto va a afectar a todo el Cono Sur.
“Argentina en realidad toma la experiencia de lo que no hay que hacer de Europa, previendo, aislando y cerrando fronteras. Parece que Bolsonaro no se dio por enterado y ya tiene 200 casos de Coronavirus en su territorio y Piñera con un Chile que ya tiene 156 casos”. Todos estos son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por eso ahora estos dos países son zonas de riesgo.
Los efectos negativos en el turismo
Las industrias hoteleras y de viajes parecían ser de las que más repuntaron en el último tiempo. “Esa reactivación que quizás surgió de la mano de la limitación económica para viajar al extranjero, ahora se ve totalmente afectada”.
Razu comentó que las fotos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con bares y restaurants vacíos son también una cuestión preocupante porque toda la actividad económica que está cayendo significa que el Estado va a recaudar mucho menos y a la vez tendrá que gastar más, “entonces se suma una complejidad”.
“Paradójicamente, durante cuatro años se ajustó ‘la maquinita’ y la inflación aumentó lo que aumentó, y cuando vos hacés flexibilidad monetaria, que es lo que se establece ayer en una de las medidas económicas, mayor emisión monetaria, no necesariamente genera mayor inflación”, explicó la entrevistada.
Y detalló: “¿Y por qué? Todo lo que es emisión de moneda se traduce en actividad económica, y lo que es actividad económica se traduce en producción. Si hay más personas que reciben dinero, estamos hablando de personas que gastan ese dinero”.
En ese sentido, expresó que los jubilados, quienes perciben asignación universal por hijo, o los asalariados, utilizan ese dinero para comprar más comida y más artículos de limpieza. “Entonces hay que aumentar esa producción de comida y de artículos de limpieza”.
Foto: Diario San Rafael.