

En tiempos de ajuste, censura y vaciamiento cultural, donde la palabra se recorta y el silencio se impone como norma, una propuesta artística emerge con potencia desde el conurbano bonaerense: La Revuelta Cultural.
Por Belén Piccoli
belenpiccoli@gmail.com
Organizada por la poeta y militante Brisa Marelli, esta iniciativa se impone como un espacio donde arte y política se entrelazan, no como discurso vacío, sino como una herramienta concreta de resistencia y organización colectiva.
Nacida como una necesidad personal y colectiva, La Revuelta se gestó con el objetivo de romper con la lógica mercantilista que convierte al arte en simple entretenimiento.
> “Queremos justamente romper con esa lógica de la cultura como mercancía, también organizarnos para que artistas y trabajadores de la cultura tengan una herramienta política propia”, afirma Marelli.
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La primera fecha, realizada en el Espacio Cultural Laberinto de Morón, fue una declaración de principios. Allí se conjugaron poesía, música en vivo, teatro y mural participativo, con una fuerte bajada política y un compromiso claro con las luchas sociales.
Además de las presentaciones artísticas, La Revuelta fue escenario de discusión y organización: en la segunda fecha realizada el 12 de julio, en el Centro Cultural La Escalera,en conjunto con la agrupación artística “La colectiva” perteneciente al MST,se debatió sobre el vaciamiento cultural, la censura y el ajuste, y se impulsó la convocatoria a la marcha por la causa del Hospital Garrahan, articulando el arte con otras luchas sociales urgentes.
Revuelta Cultural
> “La revuelta no es solo respuesta, es creación”, explica Marelli.
Y en ese sentido, el nombre elegido condensa el espíritu del ciclo: desobediencia, ruptura y deseo de otro mundo posible. Lejos de ser un evento más, La Revuelta Cultural busca constituirse como una trinchera política y poética, donde cada artista tenga voz, pertenencia y una causa que lo abrace.
Con una estética que no responde a lo hegemónico y una curaduría basada en propuestas feministas, socialistas y anticapitalistas, el espacio se diferencia por su claridad ideológica.
> “No hacemos arte por arte, ni entretenimiento vacío”, dice Marelli. “Todo lo que pasa en La Revuelta tiene un sentido político: intervenir la realidad, reflexionar críticamente, incomodar y organizar”.
El proyecto, además, se expande hacia redes con otros espacios autogestivos, colectivos culturales y organizaciones sociales. La Revuelta se entiende a sí misma como parte de un movimiento más amplio, que trasciende el escenario y se encarna en la calle, en la lucha contra el ajuste y la censura, en la defensa activa de la cultura como derecho y territorio de disputa.
Brisa sueña con que La Revuelta Cultural crezca y se multiplique. Que sea punto de encuentro, escuela, refugio y plataforma para artistas con conciencia de clase. Y lo está logrando: lo que empezó como una apuesta individual, hoy ya es un colectivo que late fuerte en el oeste, con poesía, compromiso y rebeldía.
Porque resistir no alcanza: hay que construir.
Y en esa construcción, La Revuelta Cultural es más que un ciclo: es una bandera.
El evento contó con la participación de destacades artistas:
Poesía:
El Otro Miguel Hernández
Reina del Viento
Elías Miranda
El Brujo
Belén Piccoli
Música en vivo:
Lizha & Tito
Pamk y Sherald
Grungy Crunchy
Galaktika y Lucho Planta Música
Mila Música
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🎭 Otras disciplinas:
Tamara Salto (artista multiperformática)
Santy Bart (clown)
Javier Caseres (titiretero)
También participaron otres artistas en el micrófono abierto, sumando su voz y cuerpo a esta construcción colectiva.