Lo escuchaste en “No Te Duermas”
En visita al programa radial Gabriela Farias vecina de González Catán contó la realidad de la gente que se acerca por un plato de comida a la olla popular de Ramos Mejía que inició junto a sus padres y el cómo sostienen esta iniciativa solidaria
En el inicio de la charla Gabriela repasó: “Cuando me sumé al grupo se hacía dos veces por semana, hace ocho años. Empezaron cocinando mi mamá y mi papá. Mi mamá ya no está así que ahora cocina mi papá y yo lo ayudo”
“Estamos en Av. de mayo y Rivadavia. La gente sabe que los lunes a las 20 ya estamos ahí con la olla. Los que pueden llevan recipientes. Ahora estamos por comprar platos porque es muy caro y no queremos tirar tanto plástico. La gente come ahí”, comentó.
Y agregó que “hay un grupo de chicas que se encargan de lo dulce. Así que después se les da un bizcochuelo o unas facturas y se reparte algo caliente, mate cocido o té”
“En su mayoría son gente grande”
Luego Gabriela detalló: “Hacemos alrededor de 70 u 80 porciones todos los días. A veces se acerca gente que ya conocemos y se llevan las viandas. Hay gente en situación de calle y gente que tiene casa pero igualmente va a buscar. En su mayoría son gente grande”
Y sobre quiénes se acercan a la olla añadió: “También hay gente que va a buscar cartón en esa zona y otros en situación de calle de la capital que se toman el tren, porque saben que siempre estamos”
“Sumamos una biblio bolsa para fomentar la lectura y que la gente vea cómo se maneja”
Antes de contar otros detalles Gabriela repasó nuevamente el equipo de trabajo: “También están Amelia, Marta y Antonia que se encargan de lo dulce. Me gusta nombrarlas porque es mucho trabajo el que hacen. Rosa nos ayuda a servir”.
“Tener voluntarios nos ayuda, así nosotros podemos hablar con la gente. Ver cuáles son sus necesidades. Incentivarlos a estudiar. Ayudarlos en lo que podamos”, expresó.
En ese sentido compartió la iniciativa de la biblio bolsa: “La sumamos el año pasado. Se sumó mi profesora de bibliotecología con otras bibliotecarias. El primer lunes de cada mes traen libros y la gente se los puede llevar y al mes siguiente los devuelve y retira otros”
En este punto comentó que la idea era “para fomentar la lectura y que vean cómo se maneja una biblioteca. El préstamo y el compromiso de devolverlo, ver que eso tiene que circular”
“La gente lo tomó bien. Cuando se lo propuse a mi profesora era para que lleve una palabra o un poema para incentivarlos. La verdad que nos sorprendió. La gente nos nombraba autores y empezaban a contarnos historias o a hablar de Borges”, relató.
Y reflexionó: “Nos sorprendió mucho cómo esa gente no accede a los libros por una cuestión económica, no por qué no les gusta. La verdad estamos felices”
“Sentí mucha soledad en esas personas”
En otro tramo de la entrevista Gabriela analizó la cuestión personal de quienes acuden a la olla: “Ayer pudimos charlar más y eso es importante. La olla es la excusa. Hablar y preguntarles sus nombres es algo muy importante para una persona que está en situación de calle”.
Sobre este punto compartió la historia: “Me pasó una vez un hombre que no se acercaba mucho. Sólo tomaba café. Y cuando le pregunté cómo se llamaba se sorprendió y me dijo ‘¿Sabes hace cuánto no me preguntan mi nombre?’ Se llamaba Alejandro y a partir de ahí se integró completamente. Lo llamaban todos por su nombre”
“Ahí entendí lo importante que es la identidad para cada uno. Por eso la excusa de la olla para acercarnos a la gente y preguntarles qué hacen, si quieren estudiar algo y nosotros los ayudamos”, añadió.
“Lo hago por lo que me enseñaron mis viejos”
Al cerrar la entrevista Gabriela respondió sobre la razón para sostener está ayuda: “Por mis viejos, por lo que no enseñaron. Siempre nos enseñaron eso, si nos pedían cinco figuritas en el colegio mi mamá decía ‘recorta diez’ por si a alguno le falta. Aprendimos a ayudar”
Y por último contó la manera de sustentar la olla: “Esto se solventa gracias a los amigos. Y parte de una ONG de la que soy voluntaria. También se solventa con rifas y cosas así. La gente que me conoce también me acerca fideos, puré de tomate y arroz que es lo que más usamos”
“Gracias a Dios siempre la gente nos respondió. Saben que lo hacemos de corazón y por suerte siempre se pudo solventar”, concluyó.
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