La medida de fuerza había sido anunciada el lunes pasado, al igual que la apertura de molinetes en la Línea D.
Las protestas tienen que ver con que se confirmó la presencia de material cancerígeno en las unidades.
Los empleados de Subte y sus referentes se encontraban hace varios años denunciando que las piezas de los coches contenían sustancias perjudiciales para la salud no solo la de los empleados sino también la de los usuarios.
Finalmente, en las últimas semanas, tras las polémicas declaraciones del presidente de Subterráneo de Buenos Aires (SBASE), Eduardo de Montmollin, quien durante una entrevista en CNN en español admitió que en los manuales de compra de los vagones se encontraba asentado que existían piezas con asbesto.
Dichas formaciones fueron adquiridas en el 2011 y son varias las líneas comprometidas, como por ejemplo la B que cuenta con 60 coches que hoy contienen amianto en sus techos y paredes, lo mismo sucede con otras como la C y la E. Más de un millón de usuarios utilizan este transporte público quedando, también, expuestos.
El dirigente sindical de los trabajadores del subte, Claudio Dellecarbonara, dialogó en “Haciendo Radio” (producción de Diario NCO que se emite por la AM850 los lunes, miércoles y viernes de 13 a 15) habló respecto a los trabajadores que están afectados por la fibra del mencionado mineral.
“Venimos hace dos años denunciando material cancerígeno en el subte, en las diferentes líneas y resultó ser mucho más grave de lo que nosotros creíamos originalmente y ya hay trabajadores afectados. La sustancia es el asbesto que, cuando se respira una fibra y se aloja en el pulmón, puede traer como consecuencia un cáncer de pulmón, fibrosis o la asbestosis”, contó.
Suspensión del paro
En un principio, las medidas de fuerza consistieron en la apertura de molinetes durante la tarde del lunes y lo mismo iba a suceder durante el martes. De forma más contundente, estaba previsto un paro para este miércoles el cual fue cancelado debido a una nueva propuesta que Metrodelegados recibió por parte del Gobierno de la Ciudad.
“En el Subte no solo trabajamos cuatro mil empleados, sino que utilizan el transporte más de un millón de usuarios por día y todos estamos expuestos a la posibilidad de contaminarnos, desarrollar una enfermedad y morirnos solo porque la empresa y el Gobierno no retiraron este material que está prohibido en nuestro país desde el año 2001”, señaló Dellecarbonara.
En este sentido, los operarios denuncian la desidia que hay por parte de la empresa y de los gobiernos que, por no haber hecho los controles previamente, hoy la situación se ha tornado realmente grave y aún resta que los empleados se sometan a estudios clínicos.
“Ya tenemos compañeros que tienen afectados sus pulmones y quedan aún pendientes la realización de exámenes a más de tres mil trabajadores para determinar realmente el grado de contaminación que tenemos”, concluyó el sindical.
Fuente de imagen: El Cronista