
Un grupo vecinos de Castelar Sur venden todo tipo de productos para poder tener un ingreso extra que les permitan llegar a fin de mes. Ropa usada y nueva, comida y juguetes son algunos de los elementos más ofertados.
La inflación descontrolada, los tarifazos, la pérdida de fuentes de trabajo y el nivel de vida cada vez más precario de la población lleva a buscar alternativas para poder llevar un plato de comida a la mesa y en una plaza del Barrio San Juan, en Castelar Sur, vecinos se congregan miércoles y sábados para vender hasta lo último para vivir dignamente.
Diario NCO se acercó hasta esta feria improvisada y pudo charlar con distintos vendedores que expresaron la realidad que están viviendo. “Me enteré que había gente que empezó a poner su manta y sus productos en la plaza y me sumé. La verdad es que se hace muy difícil llegar a fin de mes. La plata no alcanza para nada”, inició una feriante llamada Verónica.
“Mi marido es changarín y se quedó sin trabajo y hace varios meses que no consigue nada y tenemos que seguir comiendo. Todo está caro, todo sube, se hace imposible vivir, es triste la realidad que estamos viviendo, pero aunque sea con lo que vendo acá vamos tirando para el día día”, agregó la feriante.
Uno de los flagelos que más atacó a la clase trabajadora en el país fue la inflación, que en el año 2018 acumuló un 47,8 por ciento anual, el nivel más alto desde 1991 cuando la misma alcanzó 84 puntos porcentuales. Además, en los tres años del macrismo en el poder la inflación total es de un 183 por ciento.
Otro feriante de nombre Oscar, de 53 años y actualmente desempleado, se mostró furioso y expresó que “Macri dijo que la inflación no iba a ser un problema en su Gobierno y hoy voy al supermercado y el litro de leche está casi 60 pesos. Yo vendo ropa usada para llevar una platita, pero esta situación no se aguanta más”.
Desde artesanías hasta ropa usada
En la feria que se da dos días a la semana se ve la cruda realidad de la gente, porque así como se venden juguetes, frutas y verduras, alimentos y comidas elaboradas, también una gran cantidad de gente expone ropa usada, algunas en mal estado, para poder sacar algunos pesos que le permitan comer en el día.
“Para mí, vergüenza es robar. No me pongo colorada por vender ropa usada. No me queda otra. No consigo trabajo, no se me abren puertas y yo necesito seguir comiendo y pagando cuentas. Acá saco un poquito de plata y con las changas que hace mi pareja apenas llegamos a fin de mes”, agregó otra feriante de nombre Marcela.
El ejemplo de Marcela es la clara muestra de la terrible situación económica que está viviendo la gente. El común denominador de las personas que ponen cada miércoles y sábados su manta o su estructura movible para vender sus productos, es la falta de trabajo y la necesidad de seguir comiendo, situación mínima y elemental de un ser humano.
El país que duele: 13 millones de argentinos son pobres
“Hemos comenzado un camino que no se detiene, y que va a terminar en la pobreza cero”, expresó en los primeros mese de su mandato el Presidente Mauricio Macri, derrochando optimismo de cara al futuro. Sin embargo, la realidad parece ir por otro lado, ya que, los datos económicos que arrojan cada mes muestran los números la verdadera situación social en nuestro país.
Desde que Cambiemos llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2015, un millón y medio de argentinos se sumergieron en la pobreza, lo que representa un promedio de dos ciudadanos por minuto que caen por debajo del mínimo indispensable para subsistir, algo que no sucedía desde la crisis de 2001 que terminó con la salida de Fernando de la Rúa del poder.
Con el agravamiento de la crisis económica, una inflación sin control y medidas oficiales que no dan en el centro de la solución a los problemas reales, la pobreza no hace más que aumentar, alcanzando por estas horas a más de 13 millones de ciudadanos, a los que se suman 2,7 millones de indigentes. Ser feriante, entonces solo muestra la cara de una sociedad que ya no sabe cómo llegar a fin de mes.
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