Número de edición 8481
Cultura

Relato de la crisis del 2001 desde las voces de sus actores

Un panel de invitados a la presentación del libro “2001, relatos de la crisis que cambió la Argentina”, de los periodistas Manuel Barrientos y Walter Isaía, analizó las similitudes de ese momento con la actual crisis en Europa, las reinterpretaciones de las consignas y el rol de los medios hegemónicos en la construcción de la memoria reciente.

En la sala Juan L. Ortiz de la Biblioteca Nacional participaron del debate la politóloga María Esperanza Casullo; la periodista Verónica Gago, el ensayista Alejandro Kaufman y el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González.

Casullo abrió el debate con un acto de sinceridad: “uno piensa que no va a olvidar, pero el tiempo pesa. Este libro es un buen ejercicio”. Y enseguida planteó el eje de su intervención: “estamos viviendo el 2001 a escala planetaria”.

“Argentina es el campo de prueba de la política mundial, por alguna razón los procesos se dan antes acá; pero la crisis de 2001 no fue aislada sino que fue un patrón de la crisis del capitalismo”, advirtió.

Y agregó: “Esto demuestra también la crisis profunda del pensamiento de izquierda a nivel global, no hay una teoría que permita pensar cómo no caer en la crisis. Aquí no había discursos alternativos la leyes económicas eran como las leyes newtonianas y esto sucede en Europa hoy”.

La también creadora del blog artepolítica destacó “el momento excepcional y diferente que vivimos como región” y señaló “la solidaridad y creatividad de la sociedad civil de ese momento, una de las razones principales para luchar contra los efectos de la crisis”.

“2001, relatos…”, editado por el sello Patria Grande, es un recorrido en base a entrevistas con interpretaciones, vivencias y debates sobre el estallido de ese período.

El libro está dividido en cuatro capítulos que hilvanan historias personales con colectivas sobre los actores sociales y políticos que fueron protagonistas de ese proceso de la historia reciente.

El volumen cuenta con testimonios del diputado electo y referente de la Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro; la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el diputado electo por el FAP Víctor De Gennaro; el sociólogo del Frente de Izquierda, Christian Castillo; el ex diputado nacional Luis Zamora; el dirigente de la FTV, Luis D’Elía y el historiador Ezequiel Adamovsky, entre otros.

Gago, periodista e integrante del colectivo Situaciones, también presente en el libro, subrayó que 2001 “aparece como una perspectiva en permanente mutación. Parecía un momento antiestatal cuando en el fondo había un deseo de reparación”.

Para ella “vivimos 10 años de 2001 porque sigue presente como discurso y discusión” y sugirió: “pensar las reinterpretaciones de las consignas de ese momento como `que se vayan todos`”. A lo que González agregó: “fue un grito oscuramente primitivo de enorme atracción, estaban quienes lo aceptaban y quienes no”.

Kaufman, por su parte, historió el rol de los medios hegemónicos de comunicación: “el periodismo es uno de los pocos espacios socio culturales que está intacto desde la dictadura” y celebró la publicación de esta investigación “como un buen logro periodístico porque vuelve al 2001 con una cantidad de entrevistas interesadas por el objeto”.

Al respecto destacó lo difícil de hablar de ese año de una “manera homogénea” porque “hay dimensiones de problemas con sus propias legitimidades y rasgos” y en este libro “hay una enorme heterogeneidad de entrevistados que contrastan entre sí y se tensionan”.

Volviendo al papel de los medios sostuvo que “el 2001 estuvo mediado por la prensa hegemónica, a través de las pantallas de TN y eso está pendiente de análisis”, cuestionó.

“Este rol en el 2001 hay que tomarlo como objeto de reflexión porque si no se revisan esos medios hegemónicos -que son de una complicidad criminal- no hay viabilidad de una convivencia democrática en el país”, enfatizó.

Como cierre, Kaufman reparó sobre un tema más silenciado “el dolor y el sufrimiento que ha producido la crisis del 2001, hay gente que hoy tiene 20 años y son parte de los miles de niños que comieron basura, nuestra basura. Olvidamos lo ciclíco del capitalismo”.

Para él “a este caracter de deconstrucción y destrucción, de construcción y de denigración todavía no le hemos encontrado el leguaje para verlo. Lo que sucedió en 2001 forma parte de esta dinámica. Entre el capitalismo en serio y el anárquico no hay diferencia moral y el periodismo hegemónico contribuyó a que no sospechemos ni siquiera de la idea de crecimiento lineal ilimitado”, concluyó.

González hizo un paralelismo literario con “Diez días que estremecieron al mundo” la obra de John Reed de 1919 que narra los acontencimientos de la Revolución soviética por los matices heterógeneos de los actores centrales.

“Fui a esa tierra de nadie -dijo- como fueron miles y miles. Corría el sentimiento frágil de la historia, un momento sin control donde el Estado era una granada de gas lacrimógeno. El libro refleja un drama que no sabemos explicar bien. Estuvimos ahí llevados por una fuerza extrema, al compás de algo que no determinamos, esa es la fascinación de la política”.

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