Número de edición 8481
Cultura

El “trabajo” del duelo: comprender el dolor y resignificar la pérdida

El “trabajo” del duelo: comprender el dolor y resignificar la pérdida

trabajo. La psicóloga Laura Ferré explicó a Diario NCO cómo se vive un proceso de duelo y qué herramientas pueden ayudar a transitarlo. También derribó mitos y mandatos que muchas veces impiden el acompañamiento saludable.

Por Florencia Belén Mogno

En el recorrido vital, las pérdidas son inevitables. La muerte de un ser querido, una separación o incluso un cambio importante como mudarse o perder un trabajo pueden generar un impacto emocional profundo. Ante estas experiencias, emerge el duelo como una respuesta humana y legítima que muchas veces es incomprendida o mal acompañada.

A lo largo del tiempo, la psicología desarrolló múltiples miradas para abordar este proceso. Sin embargo, aún persisten concepciones rígidas sobre “cómo debería sentirse” alguien que atraviesa una pérdida. Las emociones que emergen no responden a una lógica universal ni se ajustan a etapas fijas. Por el contrario, cada experiencia de duelo es única y requiere tiempo, validación y contención.

TE PUEDE INTERESAR:
https://www.instagram.com/diarioncomatanza
https://youtube.com/@diarionco2150
https://facebook.com/diarionco

Más allá del dolor, el proceso también ofrece la posibilidad de resignificar la ausencia y construir nuevas formas de presencia simbólica. Para comprender mejor cómo funciona el trabajo del duelo y qué recursos pueden ayudar a quienes lo transitan, Diario NCO dialogó con Laura Ferré, psicóloga clínica especializada en familia y procesos de duelo.

En ese sentido, Ferré definió el duelo como “un proceso natural y válido y no solamente es un proceso, es un trabajo que se da a nivel emocional y físico ante la pérdida”. La especialista explicó que, aunque el duelo suele asociarse a la muerte, puede aparecer ante cualquier transformación significativa.

Análisis del proceso

Mudanzas, divorcios, despidos o migraciones pueden despertar emociones similares a las que se experimentan ante el fallecimiento de alguien cercano. En todos los casos, hay un antes y un después. Lo que cambia es el modo en que cada persona lo vive.

“Es un proceso de respuesta donde todo el cuerpo está afectado. A nivel cognitivo puede haber pensamientos recurrentes, autorreproche. O a nivel emocional se está con mayor sensibilización”, ejemplificó la entrevistada.

Según Ferré, el duelo no sigue un camino lineal ni puede encasillarse en una secuencia universal de etapas. Por eso, cuestionó los modelos clásicos que proponen una evolución fija entre negación, ira, tristeza y aceptación.

Al respecto, la entrevistada explicó y remarcó que “quedó un poco atrás. Hoy trabajamos con una mirada que tiene que ver con la integración. Y preferimos pensarlo como un proceso dinámico”.

En esa línea, señaló: “No todo el mundo tiene que pasar por todas las etapas. Éstas pueden darse al mismo tiempo o hay gente que no atraviesa determinadas dimensiones del duelo. Y va a tener que ver con la subjetividad ya que es un proceso personalísimo”.

Precisiones sobre el duelo

El entorno y el acompañamiento social juegan un rol fundamental en cómo se vive el duelo. Ferré destacó que lo más importante es que cada persona pueda construir un recuerdo significativo de quien ya no está.

“La idea de un duelo es poder construir lazos sanos, que permitan hacer un espacio interno para esa persona que ya no está afuera. Y ver qué rol va a ocupar, va a ser un consejero, un recuerdo que ilumine”, expresó.

En este punto, la psicóloga hizo foco en la importancia de cuestionar los mandatos culturales que exigen reponerse rápidamente o “seguir adelante” sin procesar el dolor. La urgencia por “superarlo” muchas veces nace del malestar que genera, en los otros, la presencia del sufrimiento ajeno.

En ese punto, Ferré reflexionó: “En general nos cuesta bancar que el otro esté angustiado porque nos lleva a nuestra propia angustia. Y nos aparece la tendencia de decir ‘dale, vamos arriba’, pero cuando una persona está angustiada hablando de su pérdida, la idea es simplemente escucharla”.

Abordaje del tema

Aceptar la tristeza, validar las emociones y ofrecer escucha sincera pueden marcar la diferencia para alguien que está en pleno proceso de duelo. A veces, el llanto, la confusión o el desborde emocional no son señales de retroceso, sino de avance.

“A veces estar desbordado en el duelo es natural. No hay que apurarse. Hay que darse el tiempo y hay manifestaciones que son señales que esa persona está tratando de atravesar lo que le sucede”, explicó la profesional.

TE PUEDE INTERESAR:
https://www.instagram.com/diarioncomatanza
https://youtube.com/@diarionco2150
https://facebook.com/diarionco

Ferré también remarcó que, aunque el dolor no desaparece por completo, existen herramientas que ayudan a transitarlo de forma más amable. En ese sentido, comentó que “si uno valida las emociones y le da un espacio al trabajo de duelo hay herramientas de autocuidado. No van a sacar la pena, pero sí pueden ayudar a caminarla diferente”.

Sobre el rol de la salud mental, la entrevistada aseguró que el acompañamiento terapéutico puede ayudar a dar sentido a lo vivido, siempre desde un enfoque respetuoso y personalizado. “Se trabaja con escucha, con validación de las emociones. Y a veces se trabaja con tareas con material para leer, ejercicios de escritura y se va diseñando historia por historia”, concluyó.

Fuente fotografías: Facebook.com

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior