

Elsa Carrizo, delegada general de APUBA del Hospital de Clínicas de la UBA, se hizo presente en No te Duermas en busca de visibilizar la situación que están pasando en busca de empatizar con la comunidad y que se tome conciencia de la situación que están pasando los empleados del sector.
Por Giuliana Salmonte Siciliano
Gmail: giulianasalmontesiciliano@gmail.com
En primer lugar, advirtió sobre la situación de presupuesto que atraviesa la institución y la universidad en general, un conflicto con el que vienen desde el año 2024 y la siguen peleando. Además, la dirigente señaló que el problema es la falta de fondos para el mantenimiento y funcionamiento de las facultades, con un impacto grave en áreas como el CONICET, la formación de médicos y la atención en hospitales universitarios.
Del mismo modo, recordó que el 23 de abril se realizó una marcha masiva en defensa de la Universidad de Buenos Aires, en la que participaron distintos sectores sociales y la comunidad educativa. Esa movilización derivó en una asignación de fondos para financiarla. Sin embargo, ese refuerzo no resolvió los problemas estructurales: “Nuestro salario quedó atrás, no alcanzamos a cubrir la canasta que marca la ley”.
La gremialista insistió en que la apertura de paritarias es fundamental para poder discutir mejoras salariales, especialmente por la diversidad de tareas y responsabilidades que conviven en el hospital, desde el personal de mantenimiento hasta los médicos. “Un médico cobra una miseria y eso no permite brindar la atención adecuada a los pacientes, porque la salud es muy cara y, además, no tenemos presupuesto específico para salud”, lamentó.
Por otro lado, Elsa Carrizo explicó que, al ser la universidad autárquica, los sueldos del personal del hospital dependen del Ministerio de Educación, no del de Salud. Esa particularidad genera un desfasaje que impide contar con los recursos necesarios para ofrecer una atención de calidad.
También, sostuvo que el presupuesto actual apenas cubre salarios y deja de lado insumos, aparatología y mantenimiento, y se sigue agravando por el deterioro edilicio: la infraestructura, según expresó, se ve afectada por el paso del tiempo y la falta de inversión, lo que provoca roturas en instalaciones y equipos esenciales.
En ese contexto, advirtió que la combinación de bajos sueldos, presupuesto insuficiente y deterioro genera un escenario insostenible para la atención de miles de pacientes que dependen del hospital. “Por eso se están haciendo estos paros”, afirmó, y dejó en claro que la medida de fuerza no es un capricho gremial sino una respuesta a una crisis que impacta directamente en la calidad del servicio y en la salud de la población.
Preocupación por la formación médica
La delegada general de APUBA manifestó que la crisis presupuestaria también pone en riesgo la formación de los residentes, teniendo en cuenta que muchos médicos jóvenes enfrentan dificultades para sostenerse económicamente durante su especialización. “Si no es un médico de planta que está hace muchos años, no pueden emigrar, ellos solos se van a un privado o tienen horas para un consultorio”, explicó.
Además, recordó que el Clínicas es un hospital escuela donde se forman profesionales de la salud, y alertó que peligra el tema de la formación y lo académico al mismo tiempo que, destacó la trayectoria y el prestigio histórico de la institución, que ha contado con médicos de excelencia, referentes internacionales y hasta premios Nobel. Sin embargo, lamentó que “se va perdiendo todo eso que es propio de todas estas cuestiones” debido a la falta de condiciones que permiten retener a los profesionales.
La gremialista subrayó que la situación no solo impacta en el presente, sino que compromete el futuro de la salud pública y universitaria ya que la pérdida de talentos y el deterioro de la enseñanza médica son consecuencias directas de la falta de inversión, y revertirlo requiere medidas urgentes que garanticen tanto el sostenimiento académico como el bienestar de quienes se están formando.
Contener a pacientes en medio del paro
Elsa Carrizo reconoció que las medidas de fuerza impactan en la relación entre pacientes, trabajadores y médicos, y que hay que explicarles para evitar problemas. Según remarcó, algunos usuarios comprenden la situación y se solidarizan, otros no, ya que el hecho de sacar un turno y que después no te atiendan es complicado.
Ante esta problemática, para minimizar los inconvenientes, el personal administrativo se comunica de inmediato con todos los pacientes que tenían turnos programados para informarles, evitarles gastos y traslados innecesarios. Sin embargo, aclaró que el hospital también recibe diariamente a personas por distintos motivos y cuenta con atención de guardia, lo que obliga a ‘manejar’ la situación con cuidado para no afectar a quienes necesitan atención urgente.
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