

Con una masiva movilización frente al edificio de Empleo Público, Vialidad Nacional alzó la voz contra el decreto que podría eliminar al organismo. Denuncian despidos masivos y una política de abandono del Estado.
Por Maira Palavecino
maipalinfo@gmail.com
El Sindicato de Trabajadores Viales y Afines (STVyARA), conducido por Graciela Aleñá, encabezó una contundente protesta para frenar el desmantelamiento de Vialidad Nacional.
Frente al ajuste que impulsa el presidente Javier Milei, el gremio advirtió que más de 4.000 familias quedarían en la calle. Las rutas, el empleo y la soberanía vial están en juego. “Estamos defendiendo al pueblo argentino que va a quedar totalmente desconectado”, alertaron en el comunicado.
En plena avanzada del Gobierno nacional contra los organismos públicos, la Dirección Nacional de Vialidad se convirtió en nuevo blanco del ajuste. A través de un inminente decreto, la gestión libertaria pretende desarticular una institución clave en la infraestructura y conectividad del país. En respuesta, el STVyARA salió a las calles para rechazar el vaciamiento de un organismo histórico.
La manifestación se realizó el jueves frente al edificio de Empleo Público, con presencia de delegados, trabajadores y trabajadoras de todo el país. La secretaria general, Graciela Aleñá, fue la voz principal del reclamo.
“Quedamos todos en la calle, Vialidad se convierte en alguna otra cosa que nadie sabe qué es ni para qué va a servir”, sentenció Aleña en un mensaje directo contra la incertidumbre y el desprecio oficial.
Según Aleñá, la medida impulsada por el Ejecutivo nacional implica la exclusión del personal vial del convenio colectivo específico que regula la actividad. “Pretenden que estemos en un convenio que explota a los trabajadores del Estado, como es el convenio general que es una vergüenza los sueldos que tienen”, denunció. Para el gremio, el recorte no es solo presupuestario, sino que además es ideológico y estratégico.
Pese a la gravedad del panorama, el sindicato aclaró que mantendrán las tareas de emergencia vial. Sin embargo, anunciaron que se profundizarán las medidas de lucha.
“Vamos a hacer todo lo que sea necesario, ya sea los cortes, en los pasos fronterizos, donde tengamos que estar para defender a Vialidad”, aseguró Aleñá. La calle vuelve a ser el escenario de disputa frente a un gobierno que avanza sin diálogo.
Más allá del reclamo laboral, los viales advirtieron sobre el impacto territorial del cierre. “No sólo es la defensa de las fuentes de trabajo, sino que estamos defendiendo al pueblo argentino que va a quedar totalmente desconectado. Se van a salvar las provincias que tengan plata, las que no tengan no van a poder salir de la esquina”, expresó Aleñá. El riesgo es que las rutas dejen de ser un bien público.
La dirigente también puso el foco en la riqueza material que gestiona Vialidad, un patrimonio que podría quedar en manos privadas. “¿Quién se va a quedar con todo eso? Con los campamentos, con todas las casas que tenemos, en zonas turísticas. ¿Qué van a hacer con esa plata?”, planteó, con una sospecha que resuena en cada área del Estado desmantelada, la privatización encubierta de lo público.
Con carteles, cánticos y una firme presencia en las calles, el STVyARA dejó en claro que la resistencia será sostenida. Desde el gremio aseguraron que “continuarán con la lucha y peleando por todo lo que corresponde”.
La determinación se expresa en cada palabra de Aleñá: “No vamos a dejar a ningún compañero en la calle. Somos Vialidad Nacional, el contacto con todo el pueblo y vamos a seguir asistiendo hasta el último día que nos toque, a pesar de la pelea y de la lucha que tengamos”.
La Dirección Nacional de Vialidad no es solo una repartición técnica: es una pieza clave en el desarrollo económico y territorial del país. Desde su creación en 1932, ha sido fundamental para unir regiones, garantizar el acceso a la educación, la salud y el comercio. Destrozarla con un decreto no es solo un acto administrativo: es romper con una política de integración federal que costó décadas construir. La decisión del Gobierno aparece, así como un nuevo capítulo de desarticulación del Estado nacional, donde la conectividad deja de ser un derecho para convertirse en una mercancía.
El caso de Vialidad expone con crudeza la lógica del gobierno actual: recortar donde no hay privilegios, despedir donde hay derechos adquiridos, y eliminar allí donde el Estado cumple funciones esenciales.
Lo que se juega no es solo el futuro de un organismo, sino el modelo de país. Con las rutas en el centro del conflicto, los trabajadores viales levantan la voz por todos los que pueden quedar sin camino.
Fuente: Sindicato de Trabajadores Viales y Afines de la República Argentina (STVyARA)
Foto: STVyARA
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