
La secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas de La Matanza, SivinaGvirtz, destacó el valor de la escuela y sus docentes que fueron “denostados” por quienes decían que era una institución “del siglo XIX”.
Además, propuso pensar nuevas estrategias y programas a futuro que se complementen con el libro en formato papel.
A pesar de la imposibilidad de realizar clases presenciales, la continuidad pedagógica no se detuvo. Sin embargo, la modalidad a distancia profundiza las inequidades entre los sectores que tienen acceso a internet y, lógicamente, a un dispositivo electrónico.
“Por un lado, tenés a los chicos de clase alta y media alta, que tienen la posibilidad de trabajo sincrónico y, además,en simultáneo:prenden Zoom y están dos o tres horas con el docente hablándole. Después tenés una enorme posibilidad de trabajos asincrónica”, explicó Gvirtz.
Según la secretaria, en el Distrito, un “25 por ciento de estudiantes, siendo generosos” tienen la “posibilidad de trabajar de manera sincrónica”. En Argentina, siguiendo los datos de la UNESCO, la conectividad es en promedio de un 53 por ciento, pero hay localidades con un 90% y otras por debajo del 40%.
Por otro lado, la funcionaria, en su diálogo con el programa “Página Abierta” de Radio del Plata, observó que, a pesar de las ya mencionadas diferencias entre quienes tienen mayor o menor acceso a las tecnologías, “los chicos aprenden pero no aprenden lo mismo”.
En este sentido, Gvirtz enfatizó sobre la versatilidad de los y las docentes: “Con mucha velocidad se consiguió buscar mecanismos tecnológicos para adaptarse a esta nueva realidad. Y se adaptó muy rápido, en medio de una crisis. Es realmente loable el trabajo que hacen los docentes, desde los que tienen que entregar los bolsones (de alimentos) hasta los que están agiornándose con la tecnología”.
Sin “Conectar Igualdad” hay mayor brecha digital
La secretaria matancera es, además, investigadora del CONICET y fue la directora del programa “Conectar Igualdad” que consistió, durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, en distribuir notebook a estudiantes y docentes, capacitarlos y adaptar establecimientos.
“A fines de 2015, 5.300.000 chicos y docentes tenían computadora. Todos los chicos del secundario, de educación especial y los estudiantes de formación docente y todos los docentes de todos los niveles”, recordó y, además, lamentó que la administración de Mauricio Macri discontinuara el programa.
“La escuela es igualadora y lo que nosotros vemos ahora es una tremenda desigualdad. Ahora hay que hacer lo que se puede con lo que se tiene”, sostuvo la funcionaria que, al mismo tiempo, se permitió pensar en la educación post pandemia.
“Cuando volvamos a esa normalidad, hay que seriamente pensar en conexión a internet en todos los barrios, a seguir avanzando con fibra óptica, a internet satelital, hay que trabajar fuerte en conexión a internet y en programas como lo fue el ‘Conectar Igualdad’”, desarrolló Gvirtz.
Durante la presidencia de Macri, se canceló el programa con el argumento de que la infraestructura de los colegios no contaba con internet o las tecnologías necesarias. Llegó a comparar la entrega de computadoras con la carne vacuna: “Es como repartir asado y no tener parrilla”.
Por el contrario, para la ex directora del programa “era un falso debate” porque las notebooks “trabajaban muy bien a nivel ‘off line’” ya que tenían incorporado en su software diferentes programas de las asignaturas y bibliotecas virtuales. Es decir, “los chicos no necesitaban estar ‘on line’”.
A su vez, contaban con un sistema de intranet que conectaba a los chicos y chicas con sus escuelas. Ese método, en este momento de aislamiento, hubiera sido una herramienta que facilitara la comunicación y el aprendizaje entre docentes y estudiantes.
La educación futura y la importancia del libro
Si bien el ‘Conectar Igualdad’ no prosperó, otros programas como el de la entrega de libros sí lo hicieron. En la gestión de la ex intendenta y, ahora, vicegobernadora, Verónica Magario, se distribuyeron materiales de lectura a los chicos y las chicas de los colegios. Ese plan, con Fernando Espinoza, continúa.
“Realmente facilita en los casos en los que la comunicación es vía Facebook o WhatsApp o, en los casos de zonas más vulnerables, donde los papás van cada quince días a las escuelas a retirar bolsones de comida”, sostuvo Gvirtz.
En esos momentos de encuentro para retirar alimentos con los protocolos sanitarios correspondientes, se entregan, también, libros y cuadernillos. Esa situación refleja la desigualdad ya que “se intercambian las tareas” porque “muchas veces no hay crédito para cargar el celular”.
Por otra parte, con el desafío en mente de disminuir la brecha educativa y digital, la secretaria remarca la importancia del libro físico: “Esto lo quiero machacar una y otra vez, el libro impreso y el lápiz y el papel, que son llamadas viejas tecnologías, pueden ser de gran y enorme ayuda y deberían convivir con las nuevas tecnologías”.
La funcionaria contó que, por ejemplo en La Matanza, muchas veces se les pide a los chicos y chicas que escriban un cuento o historia con lápiz sobre papel y se lo envíen a su docente por foto de WhatsApp. “Quiero revalorizar tecnologías que son baratas, que son posibles y que, realmente, resultan de calidad cuando el libro es de calidad”, concluyó Gvirtz.
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