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Encontraron un esqueleto encerrado y se cree que es de una mujer que desapareció hace 10 años

Esqueleto. Encontraron un esqueleto encerrado y se cree que es de una mujer que desapareció hace 10 años

Se presume que los restos óseos corresponden a Claudia Roxana Reynoso, una mujer que fue vista por última vez hace diez años, dado que fueron encontrados enterrados en el patio de su casa, su ex pareja y padre de sus hijos, es el principal sospechoso del macabro hallazgo en González Catán.

Por Rocío Viveros

Rocioviveros14@gmail.com

El pasado 15 de noviembre, un inquietante hecho conmovió a los vecinos de González Catán, luego de que la policía encontrará un esqueleto enterrado en el interior de una vivienda y se cree que son los restos de una mujer que desapareció hace más de diez años.

El hallazgo tuvo lugar el martes pasado por la noche, en la vivienda de la presunta víctima, que se encuentra en las intersecciones de las calles Scarlatti y Durero, en el kilómetro 33 de la Ruta Nacional N°3, cuando los efectivos arribaron al lugar llamados por la hija de la mujer desaparecida.

Mariana Leiva, quien denunció el hecho, declaró que hace más de diez años que no veía a su madre y apuntó directamente contra su padre, que está detenido por abuso sexual agravado por el vínculo, delito por el cual fue condenado a ocho años de prisión.

Según las declaraciones de la denunciante, fue su hermano quien vio a su padre, Hugo Alfredo Leiva, remover la tierra, en el lugar donde fueron encontrados los restos, el mismo día que su madre, Claudia Roxana Reynoso, su madre, fue vista por última vez.

Encontraron un esqueleto encerrado y se cree que es de una mujer que desapareció hace 10 años

Una década después, la encontraron en el patio de su casa

El macabro descubrimiento fue luego de que los peritos de la Policía Científica, junto con los bomberos de la zona, comenzaron las excavaciones pertinentes en la parte trasera de la propiedad, donde estaba la habitación de los menores de la casa, lugar donde se encontraron un cuchillo, una bombacha y un cráneo.

Los restos de ropa encontrados, junto al cuchillo, fueron reconocidos por Mariana, como propiedad de su madre, además de que en el cráneo se encontró un impacto claramente visible, dado que presentaba un hueco, al parecer, producto de un golpe con un objeto contundente.

A partir de los primeros hallazgos, Federico Medone, el fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI)), especializada en homicidios, del partido de La Matanza, ordenó que se continúe con la búsqueda de evidencias, hasta encontrar más restos óseos. Después de un rato, los peritos lograron recuperar cerca del 90% de un esqueleto, que parecía ser, de una mujer, por lo que el fiscal envió a analizar los restos para confirmar la principal hipótesis, que pertenezca a la mujer desaparecida.

Por este hallazgo, más los testimonios de los hijos de Claudia Reynoso, Hugo Leiva, quien estaba por obtener el beneficio de la prisión domiciliaria, permanecerá detenido durante la investigación por el presunto crimen de su ex pareja, y con un nuevo expediente por el delito de homicidio agravado por el vínculo.

El temor los silenció

Emmanuel Leiva, otro de los hijos de la víctima, en diálogo con Télam, contó: “Vine del colegio y mi mamá no estaba más. Mi viejo estaba en un cuarto donde no había piso. Me resultó raro. Era una habitación donde dormía yo y una hermana. Le comenté a mis hermanos lo que vi, pero éramos chicos y no sabía qué hacer”.

Además, el joven que en ese momento tenía 12 años, relató que su padre, el día de la desaparición de Reynoso, se encontraba alcoholizado, por lo que, al día siguiente, les dijo a sus hijos que su mamá “se había ido”. A su vez, recordó que Hugo Leiva, en ocasiones, cuando se emborrachaba, se ponía violento, pero que generalmente era “buena onda” y que estaba “sorprendido”, dado que no creía que su papá pudiera “hacer eso”.

Por su parte, su hermana les aseguró a los investigadores que su madre sufría violencia de género por parte de su padre, por lo que su perfil violento, provocó que sus hijos no denunciarán a Leiva, pese a que la víctima había desaparecido hacía diez años, porque le tenían “mucho miedo”. Un vecino de la familia completó: “Tenía un carácter fuerte y no sabíamos cómo iba a reaccionar”.

“Lo denunciaron recién ahora porque eran muy chicos en ese momento -ella tenía 9 años y su hermano, 12. La denuncia fue porque se enteró de que el padre está por salir en libertad, se quebró y contó lo que vio”, detalló uno de los investigadores a Télam.

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