
Luciano Andrés Geddo, profesor de literatura de 47 años fue asesinado por cuatro individuos a pocas cuadras de su casa. La policía descarta que se haya tratado de un robo. Investigan la hipótesis de la venganza o algún otro asunto personal.
Por MATÍAS RODRÍGUEZ
matiasrodriguezghrimoldi@gmail.com
El profesor falleció el pasado viernes a la mañana en el Hospital de Haedo, donde se encontraba en estado reservado desde el domingo nueve de junio, luego de haber sufrido los impactos de bala.
El caso está a cargo de la fiscal Analía Córdoba, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 11 del Departamento Judicial La Matanza, quien pidió que se traslade el cuerpo a la morgue para que empiecen a actuar los peritos en la autopsia correspondiente.
Los voceros de la investigación explicaron que los asesinos no se llevaron ninguna pertenencia de Geddo, por lo que descartaron la hipótesis del robo. Las pesquisas se encuentran estudiando las cámaras de seguridad de la zona y ésta semana trabajarán sobre los dispositivos electrónicos de la víctima.
El crimen sucedió a las siete de la mañana del nueve de junio, a pocos metros de la casa del profesor en la intersección de Florio y Cervantes en Villa Luzuriaga. El docente iba a trabajar cuando un auto con cuatro personas lo interceptó y le dispararon. Vecinos que escucharon las detonaciones encendieron la alarma privada del barrio. La víctima fue asistida por su padre y una vecina enfermera.
Luego, familiares llevaron a la víctima en un auto custodiado por móviles policiales que acudieron al llamado de los vecinos. Internaron al docente en el Hospital de Haedo cuyos médicos constataron que Geddo tenía graves heridas en el cuello producto de los balazos.
Los asesinos se dieron a la fuga y hasta el momento las autoridades policiales no dieron con su paradero. La policía halló en la escena del crimen seis vainas de nueve milímetros tiradas en el suelo y una mochila con una notebook y el celular de la víctima.
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