
Estimados lectores;
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Por: Mónica Caruso. Tapiales
E-mail: revistaliterarialospalabristas@gmail.com
Revista literaria que funde y dirijo desde el año 2001. La reseña biográfica de la semana es sobre Manuel Acuña Narro (Saltillo, Coahuila; 27 de agosto de 1849– Ciudad de México; 6 de diciembre de 1873)
Fue un poeta mexicano que se desarrolló en el estilizado ambiente romántico del intelectualismo mexicano de la época.
Nació en Saltillo, Coahuila, el 27 de agosto de 1849, siendo hijo de Francisco Acuña y de María del Refugio Narro; fue bautizado tres días después en el Sagrario Metropolitano de Saltillo.
Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal Saltillo en el Colegio Josefino.
Viajó posteriormente a la Ciudad de México para cursar filosofía y matemáticas, además de varios idiomas, como el francés y el latín, con objeto de ingresar a estudiar la carrera de medicina, en donde se inscribió en 1866, carrera que se vio truncada por el término de su vida a los 24 años.
Durante sus años de participación en tertulias literarias, conoció a Manuel Altamirano, a Agustín F. Cuenca y a Juan de Dios Peza.
Con este último mantuvo un fuerte vínculo amistoso, inclusive el llamarlo hermano, motivo por el cual Peza fue uno de los oradores principales el día del sepelio de Acuña.
Su carrera literaria fue breve, aunque fructífera. Comenzó en 1869, con una elegía a la muerte de Eduardo Alzúa; amigo suyo.
Ese mismo año, al lado de un grupo de intelectuales, fundó la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl en uno de los patios del ex convento de San Jerónimo, que le sirvió para dar sus primeros pasos como poeta.
Varios de sus trabajos de esta época se encuentran en el suplemento del periódico La Iberia.
La representación de su drama El pasado, significó un triunfo para el joven poeta que no era común en esa época, la sociedad mexicana acudió en su mayoría a ver la obra además de las buenas críticas literarias y de la prensa.
Esto significó para la nación mexicana una esperanza en el poeta que lamentablemente terminaría de manera brusca con su vida.
La leyenda
Es una leyenda que su enamoramiento de Rosario de la Peña y Llerena (intelectual mexicana) (hermana de Margarita de la Peña, quien fue pareja del poeta mexicano José María Bustillos)
Fue la presumible causa de su infortunado suicidio, mediante envenenamiento con cianuro de potasio.
De hecho, le dedicó el famoso poema ” Nocturno a Rosario”. En opinión de algunos críticos, Rosario fue solamente una razón adicional a sus problemas de pobreza extrema. Acerca de Rosario de la Peña se sabe que también fue pretendida por José Martí y Manuel M. Flores.
Con todo, recientemente se ha dejado claro que aunque el enamoramiento por De la Peña pudo tener lugar, la realidad era que Acuña sostenía una relación, menos idealizada, con una poetisa que a la postre se convirtió en una intelectual famosa: Laura Méndez de Cuenca.
Acuña murió en su habitación de la Escuela de Medicina el 6 de diciembre de 1873.
Nocturno, su obra maestra
Uno de sus poemas más célebres y encantadores para su pueblo lo cual fue el nocturno a Rosario dedicado a Rosario de la Peña, su trabajo más representativo.
Realizó una escultura a Manuel Acuña, la cual fue expuesta en el Pabellón Mexicano de la Exposición Universal de París en el año 1900, junto con su obra Malgre-Tout; por esos trabajos mereció la banda de la Legión de Honor.
La obra dedicada al poeta, fabricada en mármol de Carrara, se encuentra en la plaza Acuña de Saltillo.
Fallecimiento
Acuña se suicidó el 6 de diciembre de 1873 luego de ingerir cianuro de potasio.
Sus restos inicialmente fueron enterrados en el Cementerio de Campo Florido, en la capital del país, y después sepultados en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores
Allí permanecieron hasta 1917 cuando fueron trasladados a Saltillo y depositados en la Rotonda de los Coahuilenses Ilustres del Panteón de Santiago.
En la intersección de las calles República de Brasil y República de Venezuela del Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentra una placa que indica el lugar donde se suicidó.
Cronología
1849 nacimiento
1868 comienza sus estudios en la Escuela de Medicina.
1869 inicia su actividad literaria colaborando en El Renacimiento.
1870 publica sus Textos en El Libre Pensador.
1871 realiza múltiples colaboraciones periodísticas en El Federalista, El Eco de Ambos Mundos y otras publicaciones.
1872 se estrena El pasado, drama en tres actos, único que el autor verá puesto en escena.
1873 se suicida en la Ciudad de México, el 6 de diciembre.
1911 edición de sus Poesías completas en París.
1917 sus restos mortales son trasladados de la Rotonda de los Hombres Ilustres a Saltillo.
1949 aparece su obra reunida y editada por José Luis Martínez.
2018 Familiares del poeta que han continuado con el legado artístico
Poema: Manuel Acuña Narro
La ausencia y el olvido
A Lola
Iba llorando la Ausencia, con el semblante abatido,
Cuando se encontró en presencia del Olvido,
Que al ver su faz marchitada, sin colores,
La dijo con voz turbada : —Ya no llores niña bella,
Ya no llores, que si tu contraria estrella
Te oprime incansable y ruda,
Yo te prometo mi ayuda contra tu mal y contra ella.
Oyó la Ausencia llorando la propuesta cariñosa,
Y los ojos enjugando ruborosa,
— “Admito desde el momento, buen anciano,”
Le dijo con dulce acento, “Admito lo que me ofreces
Y que en vano he buscado tantas veces,
Yo que, triste y sin ventura, la copa de la amargura
He apurado hasta las heces.” desde entonces, Lola bella,
Cariñoso y anhelante vive el Olvido con ella,
Siempre amante; y la Ausencia ya ni gime, ni doliente
Recuerda el mal que la oprime que un amor ha concebido
Tan ardiente por el anciano querido,
Que si sus penas resiste, suspira y llora muy triste
cuando la deja el Olvido.
Fuente: Wikipedia
Queridos lectores espero que les haya gustado este pequeño vuelo literario.
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Que tengan un excelente inicio de semana. Hasta el próximo lunes.