
“Este es un odio que empezó hace mucho pero estaba contenido en la sociedad y se reactivó en los últimos años”.
Nora Merlín, psicoanalista y magíster en Ciencias Políticas, aportó su voz al debate sobre lo que empezó como una serie de consignas poco articuladas y hoy está en camino a convertirse en algo más fuerte.
El pasado lunes hubo una manifestación, principalmente, en contra de la reforma judicial. Tanto en esta marcha como en las últimas dos que se convocaron desde la oposición, aparecieron ciertos factores que se replican en el mundo: carteles contra el feminismo, el 5G, el supuesto nuevo orden mundial, expresiones antivacunas y demás.
Merlín explicó: “No es una masa homogénea completamente, porque hay distintas motivaciones. Hay un sector de terraplanistas que no creen ni en el virus, hay un sector que se suma desde el antiperonismo”.
“Y hay un sector que está pasándola mal y no está muy politizado, lo que llamamos el votante blando, que va para un lado o para el otro. No es una organización política pero creo que es un resto de la subjetividad neoliberal”, agregó la psicoanalista durante una entrevista en Radio Provincia.
El denominador común entre todas estas personas parece ser algo tan abstracto y vago como la defensa de la libertad. “A nivel de manipulación es un logro cómo se fue trabajando con el odio durante los cuatro años del macrismo. No es que la gente no pueda expresarse, no estamos poniendo en cuestión esto, sino el modo”.
¿Se trata de reclamos aislados o de una nueva corriente de pensamientos?
En las marchas aparecen el antikirchnerismo y el anticomunismo con voces muy extremas que repiten los clásicos pedidos de la oposición: la defensa de la democracia, la república y las instituciones.
La agenda de este sector es mayormente reaccionaria: están en contra del peronismo, del feminismo, del progresismo y demás. Sin embargo, esta lista negativa puede derivar en propuestas y consignas que no sean solo “anti” ideas, y por eso es importante entenderla.
La entrevistada señaló “las palabras y el grado de agresividad. Noté un nivel intelectual lamentable en general, con lo cual yo pensaba que deberíamos pensar seriamente en una reforma en la educación, porque esto también es parte de la Argentina”.
¿Qué busca la nueva derecha?
Merlín también habló de la ruptura del pacto social de la cuarentena que planteó la manifestación y cómo eso conlleva un atentado y un gesto de violencia simbólica. “en plena pandemia a nadie le gusta la cuarentena pero nos ponemos todos de acuerdo en este pacto social”.
En las marchas anticuarentena de todo el mundo aparecieron consignas similares. El domingo 16 de agosto, en Madrid, hubo un llamado en contra del uso del barbijo. En Berlín, a principios de agosto, hubo una marcha en contra de la cuarentena llamada “Día de la libertad”, en el que casi ningún asistente llevó tapabocas.
El denominador común de estos movimientos es el llamado a la resistencia, y no se trata de algo que apareció de repente. Las presidencias de Jair Bolsonaro y Donald Trump son los dos casos más conocidos y evidentes de este fenómeno.
La psicoanalista dijo que vio en los manifestantes “un nivel de formación bajísimo, un lenguaje casi delirante en el que mezclaban todo. Cuando se indaga un poco más, no tienen la menor idea de lo que están diciendo. Sin punto de organización semántica, discursiva, y con poca formación política. Más ganados por el odio y el individualismo”.
¿Qué hacer frente a estos nuevos sectores?
Hay una visión de que ciertos progresos hechos durante las últimas décadas fueron demasiado rápido, y por eso existe un sector que busca un retroceso sobre la conquista de esos derechos.
“La última oleada neoliberal fue un estímulo constante desde los medios de comunicación con un agregado del: ‘Se robaron todo’ que desencadenó la paranoia. No estoy diciendo que son paranoicos como diagnóstico, sino en la subjetividad”, declaró la magíster en Ciencias Políticas.
Y transmitió: “Se trajo una nueva modalidad en la que no me importa dañarme con tal de dañar al otro. No me importa si pierdo mis derechos, mi ascenso social y lo que logré en los Gobiernos populares, con tal de que el choriplanero no tenga más planes sociales”.
Está también la juventud de esta nueva derecha, parte de este fenómeno internacional. Jóvenes que se expresan en las redes sociales y encuentran a sus referentes en ese ámbito.
A su vez esta se trata de una articulación de católicos, evangelistas, ateos, libertarios, conservadores, antifeministas; más allá del odio generalizado al kirchnerismo y a la mal llamada “ideología de género” que los une.
Así, han logrado instalarse en la agenda política de muchos países temas que antes eran imposibles de discutir porque iban en contra, no solo del progresismo, sino también de la derecha “clásica”.
Este fenómeno no debe ser subestimado ni ridiculizado. Es necesario entender que todos estos pensamientos forman parte del sentido común de una parte de la sociedad, y que por eso el mismo se encuentra en disputa.
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