
Estimados lectores: gracias por acompañarnos nuevamente con su lectura a través de Diario NCO desde un sector de Los Palabristas de hoy y de siempre, revista literaria que fundé y dirijo desde el año 2001.
La reseña biográfica de la semana es sobre Syria Poletti (Pieve di Cadore, Italia, 10 de febrero de 1919 – Buenos Aires, 11 de abril de 1991) fue una escritora argentina, dedicada especialmente a la literatura infantil.
Sus padres, José Poletti y Juana Pasquali, emigraron a la Argentina cuando ella tenía solo 9 años, quedando a cargo de su abuela, la que cumplió el rol de madre. Durante su adolescencia vivió en un orfanato.
A los 21 años se recibió de maestra y decidió viajar a la Argentina, pero la escoliosis deformante en la columna de la cual sufría fue un impedimento para que emigrase.
hermana Beppina viajó a Buenos Aires y pudo gestionarle un permiso, logrando que Syria realizara el viaje al país donde se consagró artísticamente.
Trayectoria
Entre 1939 y 1944 fue directora de la escuela “Dante Alighieri” de Cañada de Gómez. En 1946 se graduó como profesora y traductora (título obtenido en la Universidad de Córdoba).
Posteriormente inició su actividad periodística en importantes medios y en 1953 comenzó a escribir relatos en el diario “La Nación“, y en 1954 publicó “Veinte poemas infantiles”.
También colaboró en la revista “Vea y Lea”, donde escribía cuentos policiales. La publicación de su primera novela en 1961, “Gente conmigo“, que tuvo un gran éxito obteniendo el “Premio Internacional Losada” y el “Premio Municipal de Buenos Aires”.
Esta novela fue traducida al alemán, checo, inglés e italiano.
En 1965 le fue otorgado en Madrid el “Premio Doncel”, por su libro de cuentos “Botella al mar“.
Por su libro “Historias en rojo” obtuvo en 1969 nuevamente el “Premio Municipal de Buenos Aires”.
Además, recibió la “Faja de Honor” de la Sociedad Argentina de Escritores y la condecoración de “Gran Caballero de la Estrella de la Solidaridad” entregada por el gobierno italiano por su obra cultural en Italia y Argentina.
Obras
1954 “Veinte poemas infantiles”.
1961 “Gente conmigo” (novela).
1964 “Línea de fuego” (cuentos).
1965 “Botella al mar” (cuentos infantiles).
1969 “Historias en rojo” (cuentos policiales).
1971 “Extraño oficio (Crónicas de una obsesión)” (novela).
1972 “Reportajes supersónicos” (libro infantil).
1977 “Taller de imaginería”.
1978 “El misterio de las valijas verdes” (novela infantil).
1981 “Amor de alas” (novela).
1982 “El rey que prohibió los globos” (cuento infantil). Ediciones de Arte Gaglianone
1985 “Alelí y el payaso Bum Bum” (infantil).
1987 “Cien cuentos de Syria Poletti” (selección de cuentos infantiles).
1988 “Las hadas hacen dedo”
1989 “…Y llegarán Buenos Aires”.
1991 “El terror de la selva”.
1991 “Una ventana a la vida”.
1992 “Las siete hermanitas”
Premios y distinciones
Premio Internacional Losada 1961.
Segundo Premio Municipal 1962.
Primer Premio Municipal 1967.
Premio Internacional Doncel de cuentos infantiles, España, 1965.
Premio Ibby (UNESCO) por obra infantil, Alemania, 1972.
Premio Sixto Pondal Ríos para autores consagrados, 1984.
Premio de la Cámara Argentina de Publicaciones, 1984.
Premio de la Asociación Argentina de Lectura, 1984.
Premio Konex de Platino Literatura para Niños, 1984.
Diploma al Mérito (Konex) Literatura para Niños, 1984.
Premio de la UNESCO, Japón, 1985.
Distinción de “Cavaliere Ufficiale”, dado por el gobierno italiano en 1988.
Fragmento
Un carro en la esquina
“-¡Sandías! El grito se disolvió en el sol.
La calle Rincón parecía desarrollarse al infinito bajo el sol mañanero, sonora de pregones, densa de chicos y muchachas.
Al llegar a la esquina de San Juan, Serafín paró el carro. Se secó la frente y miró. Desde un viejo tapial se volcaba sobre la vereda una cascada de madreselvas en flor.
A través de la cancela de hierro, se entreveía un patio atestado de macetas y cajones de verdura. En la esquina, un bar, un puesto de diarios, muchachos… ¡fútbol! […]
Junto al bar, Serafín abrió el carro y sonrió con orgullo. ¡El suyo era un carro único en Buenos Aires! Gracias a un mecanismo inventado por él, los costados se podían levantar hasta el techo y entonces el carro, totalmente cerrado, se trasformaba en una suerte de carretón gitano.
Era su casa rodante.
Expuso una sandía cortada al medio y se sentó transpirado. El sol cálido y el aroma de la madreselva lo sumergieron en una ola de recuerdos.
De repente se vio sentado en la plazoleta de su pueblo y sintió el viejo sol sobre la piel. Era la misma luz diáfana, el mismo zumbido callejero, el mismo arrastrado pregonar del lejano pueblo calabrés.
De pronto, en su memoria brotaron las sandías: que rodaban por la calle, calmaban la sed…
Sandías cosechadas en los campos, robadas, llevadas en carretillas… Bajo el sol brillante; el lejano deslumbramiento del pueblo natal y este viejo barrio de Buenos Aires, tanguero, filósofo, se confundían; se identificaban en una interminable sucesión de sandías.
No había distancias: calles y sandías, sol y muchachos, allá y acá.
Entrecerró los ojos: ¿Dónde se habían metido los cerros? ¿Y el mar? Allá, detrás de esa cortina de recuerdos borrosos…”
Queridos lectores espero que les haya gustado este pequeño vuelo literario.
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Que tengan un excelente inicio de semana. Hasta el próximo lunes.