Scioli vs. Mariotto vs. Garré
Uno no siempre anda desacuerdo con todo el mundo; unas de las pocas veces que coincidí con expresiones del ex Presidente Eduardo Duhalde, fue cuando sostuvo en una entrevista que: “La Policía Bonaerense es la mejor policía del mundo”.
Amigo lector, aguante un poco la sonrisa y déjeme explicarle el porqué de mi coincidencia: “La Bonaerense” (ó la maldita policía) si quiere, si tiene motivos, si le afecta ó le sirve a sus fines, tiene la capacidad operativa y de inteligencia para resolver cualquier delito, desde secuestro, extorsiones, estafas, narcotráfico, prostitución y hasta un robo al boleo; y lo puede hacer, no por su capacidad profesional sino porque simplemente, tiene hombres de la fuerza operando en cualquier rama de los delitos mencionados.
Tengan en cuenta, que en la actualidad “no es lo mismo” y lo remarco para que quede claro, “la Policía de la Provincia de Buenos Aires que La Bonaerense”.
Hace unos días, dadas esas casualidades de los horarios dispares y los lugares inhóspitos, tuve oportunidad de dialogar en forma más que reservada, con un importante integrante de “La Bonaerense Matancera”, un gran sargento (por el tamaño corporal, no por otra cosa) que no quiere ascender de jerarquía y mantiene la misma hace más de veinte años.
Es un pez gordo, paso por la brigada de Morón y San Justo y ahora tiene sus reales posaderas descansando en los despachos de unos de los tribunales criminales más importantes del distrito.
“El Gran Sargento” me abrazo y tomamos juntos unas cervecitas para combatir el calor y recordar viejas anécdotas. Nos conocemos hace bastante tiempo y fui testigo de su poder incuestionable, en más de una ocasión.
Muy suelto de cuerpo, “El Gran Sargento” me dijo que estaba al tanto de mi regreso al oficio de escribiente y después de algunos brindis sin sentido y como si no viniera al caso, entre susurros me dijo: “Te estaba buscando gordo, tengo una data interesante para vos”.
El tema es el siguiente: parece ser que los muchachos de “La Bonaerense” quisieron devolverles gentilezas a la ministra de Seguridad, Nilda Garré, por los continuos intentos desestabilizadores que ha encabezado para lograr la renuncia del ministro provincial de Seguridad y Justicia, Ricardo Casal.
No quiso entrar en pormenores sobre la forma que acercaron el tema a las organizaciones sociales que hicieron la denuncia sobre las actividades de inteligencia interna (prohibido expresamente en la Ley de Seguridad Interior) que realizaba Gendarmería Nacional en las diferentes movilizaciones y piquetes.
“No es que hagamos esto en defensa de Casal, más allá de que hablamos y lo dejamos trabajar y él nos deja trabajar; es la mina, que no la podemos ni ver y aún menos, aguantar” me dijo el “El Gran Sargento” y tras cartón, me paso, vía mail, “un currículo vitae de la ministra”:
Según ese documento enviado por el poco admirador de la ministra Garré “Se recibió de abogada en el año 1967, en la Universidad Del Salvador. Gracias a la amistad con María Borda logró ingresar como Asesora Política del Ministerio del Interior, jurando por los Estatutos de la Revolución Argentina y tomado por el súper católico doctor Borda (padre de María Borda) hombre fuerte de los militares.
Nilda ingresó con la categoría 24, la más alta del escalafón, que se equipara a Director Nacional (fantástico).
Este trabajo fue durante la presidencia del Teniente General Onganía y posteriormente de los Generales Levingston y Lanusse, causa por la cual no se sabe porqué el diputado Bonasso y un fiscal de la Nación no la acusan de colaboracionista.
Luego con Cámpora asumió como diputada del Frejuli.
Después vino la presidencia del General Perón e Isabelita manteniendo su cargo de Diputada y donde el Congreso votó por el famoso “Operativo Independencia”, que ordenaba aniquilar la subversión en todo el territorio nacional.
El 24 de marzo de 1976, ya no figuraba en el Congreso, y sí, participaba en los montes tucumanos como parte de la guerrilla.
Desde el punto de vista económico, cuando se restituyó la Democracia en el año 1983, por su sacrificio de haber participado en la lucha para la formación de una nueva patria Socialista cobró aproximadamente entre 400 y 600 mil dólares.
Aparte de eso, como ex funcionaria del Ministerio del Interior, cobra mensualmente en la Caja de Retiros de la Policía Federal u$s 4.485.
Falta el dato de color, proletario, revolucionario, y popular, que esta graciosa Ministro, conocida en el mundo combativo, con el alias de “Comandante Teresa”.
Es propietaria actualmente dos (2) Registros de la Propiedad Automotor, obtenidos durante su colaboración con el gobierno de Carlos Menem.
¡Que lindo es ser una revolucionaria socialista con guita!… Se estima que en cada registro automotor obtiene una ganancia que ronda los $40.000 pesos mensuales”.
No sé ustedes, pero cuando el “Gran Sargento” me dice algo, tiendo a creerle.