Número de edición 8481
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Pontevedra: padres y alumnos exigen que se termine de edificar un colegio

Pontevedra: padres y alumnos exigen que se termine de edificar un colegio.

La comunidad educativa de la Escuela Primaria N 74 y Secundaria N 62, de Pontevedra, llevan esperando más de 10 años a que acaben de construir el edificio para los alumnos

Los padres del barrio Las Torres están agotados, llevan más de una década elevando cartas y haciendo reclamos al Municipio y hasta se hicieron presentes en La Plata, pero nada cambió. La promesa de la secundaria para los chicos sigue sin concretarse y se ven obligados a compartir instalaciones con los del nivel inicial.

“En el colegio llevo 8 años y cuando yo empecé ya me habían contado que dos años antes habían comenzado con (la construcción de) este colegio, para que yo pueda terminar la secundaria”, relató a C5N una alumna y agregó “directamente no podemos ni siquiera entrar, tenemos que ir a los baños químicos primero que nada y para lavarnos las manos tenemos que ir al baño de los chicos”.

Pero, lamentablemente, no es el único problema que afronta esta comunidad educativa de Merlo, ya que las condiciones edilicias de la EP Nº74 son decadentes, hace más de diez días que el suministro de la red de gas fue cortado debido a fugas y las filtraciones de agua están destruyendo los techos de la escuela.

Una madre preocupada, Cintia, contó en qué condiciones se encuentra el establecimiento: “nunca se hicieron los arreglos necesarios, hay fugas, los chicos no pueden usar las estufas, en todo el comedor también, así que por eso clausuraron el gas y no hay merienda ni desayuno para los chicos”.

El pedido de la construcción

Respecto a la “nueva” secundaria, la imagen es la del absoluto abandono, “acá hay pedazos de madera, cables, de todo lo que se amontona acá porque obviamente el edificio no se terminó”, relató y aclaró que los chicos no tienen permitido el acceso al lugar.

“Los fines de semana los chicos vienen y hacen sus cosas acá, se drogan o rompen lo poco que hay”, continuó y también aseguró que no recibieron ayuda alguna por parte del Gobierno provincial aunque sí del municipal, “lo único que recibimos fue la donación del señor intendente Gustavo Menéndez de una cocina que es para la nueva cocina que se haría”, contó.

Con aulas a medio terminar, con el pasto creciendo nuevamente en los pasillos de lo que sería la ES Nº62, pozos en los se instalarían cañerías, paredes escritas por parte de quienes utilizan las instalaciones abandonadas como aguantadero y utilería desparramada; Cintia y los demás padres esperan que algún día efectúen la definitiva construcción.

“El lugar ya se licitó creo que dos o tres veces y la verdad no sabemos qué hicieron con los fondos, porque jamás vinieron. Nunca llegaron. Hace dos años salió la última licitación, que era para terminar el edificio y no. Después desapareció. Era una empresa fantasma o no sé qué pasó”, comentó conmocionada.

La escuela del peligro

“Nuestros hijos no concurren a la escuela desde lo que sucedió en Moreno, casi el 60 por ciento de los padres decidimos no mandar a nuestros hijos por miedo a que pase algo”, aseguró y contó que las instalaciones eléctricas  representan otro riesgo ya que, durante los días de lluvias, las paredes filtran el agua y terminan afectando la red de electricidad.

María, otra mamá, remarcó a dicho medio que los techos de la primaria están cerca de desplomarse y que, por ese motivo, su hija de tercer grado no va a la escuela y agregó: “cuando vino la inspectora, yo misma le pedí que vayan a ver el techo del salón de primaria y lo revisó, tocó el techo y el cielorraso se cae a pedazos y no es que nosotros mentimos”.

En este sentido, aseguró que “el techo tiene una panza de toda el agua que cae, todavía nadie se lastimó pero, cuando llueve, ver como cae el agua es impresionante” denunció y continuó “entras a primaria y están todos los techos de todos los salones en las mismas condiciones, las paredes que se les salen la pintura de lo húmedo que está todo”.

También enfatizó sobre el espacio reducido que deben compartir los 550 alumnos que concurren a sus clases, al que se le suman los problemas de infraestructura en una escuela, en la que los chicos no pueden acceder a la calefacción, aulas que deben rotar entre los cursos e incluso llegaron al punto de dictar materias en el comedor, “el lunes le toca a mi hija y el martes ya le toca al otro grado y así todos los días”, se indignó.

Una comunidad que sigue insistiendo

“Venimos haciendo cartas,  haciendo las cosas bien, hicimos reclamos de todo tipo y ya nos cansamos. Los padres estamos cansados” demostró y junto con Cintia, comentaron frustradas que viajaron a La Plata, “no tuvimos respuestas de ningún tipo, ni siquiera una notificación de decir `vamos arreglar esto´ o de recibirnos y por lo menos plantear la situación de la escuela, nunca nada”.

“Firmamos en todo el barrio, fuimos más de una vez, esto viene hace diez años. Mi nena está en segundo año y  desde que ella viene a la escuela estamos reclamando y no, nunca hubo una solución, nunca nos atendieron, siempre con la excusa de que la Provincia, de que no le dan fondos y siempre la misma situación”, afirmaron.

Por otro lado, contaron que hay una nueva licitación, sin embargo, no es sobre la terminación de la secundaria sino para la reparación del edificio, “la escuela no necesita de reparación, necesita que la terminen y no una refacción como salió ahora en un papel que tengo. Si la escuela nunca se terminó, ¿qué van a refaccionar?” concluyó.

Fuente: Zona Oeste Noticias

 

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