Número de edición 8481
La Matanza

El cumpleaños 107 de Isidro Casanova

El cumpleaños

Pese a que el mismo investigador histórico de la localidad, reconoce que en la actualidad todas las obras públicas están paradas, Isidro Casanova es una de las localidades del distrito de La Matanza que mayor desarrollo y crecimiento ha tenido en las últimas décadas. Una parte ínfima de su rica historia está sintetizadas en el artículo que en esta entrega escribió en exclusiva para Diario NCO, Alejandro Enrique, que también contestó algunas preguntas.

Por: Carlos R. Correa
carloscorreaprensa@gmail.com

Además de ser subsecretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de La Matanza, Alejandro Enrique -como él mismo se define- es por sobre todas las cosas periodista e investigador histórico. Es autor de Isidro Casanova. La historia de un Pueblo. La vida de una ciudad (2008); Isidro Casanova. Pioneros. Barrios Instituciones (2010) e Isidro Casanova. Historias, retratos y otros escritos (2014); mientras que en 2011 fue coautor y compilador de La Matanza, Historia de sus Pueblos, aparte de otras incursiones literarias a la que le viene dedicando gran parte de sus horas de descanso.

Casanova Hoy…

Un apasionado de la investigación no exenta de rigurosidad, el escritor se suma hoy a la propuesta que le hicimos para que expresara su visión de la ciudad, y además, aprovechamos la ocasión para interrogarlo sobre cómo definiría en la actualidad a la localidad donde habita, a lo que contestó que “sigue siendo la misma ciudad pujante que siempre fue, aunque el sur de la misma, como sucede con los barrios San José, San Carlos y Borgward, tiene algunas demandas insatisfechas a las que todavía no se le han dado respuestas” y en esa línea puntualizó: “Por ejemplo, el barrio San José todavía tiene pendiente el asfalto de la mayoría de sus calles, y eso tiene que ver con una falencia en las obras estructurales, que anteriormente eran resueltas por Provincia o Nación, y que lamentablemente en estos momentos están paradas”.

“Cuando hablo de obra estructural me refiero específicamente a la falta de obras hidráulicas que es la que no permite que se puedan hacer los asfaltos, por lo que hasta que no se resuelva esa cuestión, es imposible realizarlos. Esto es debido a que lo ideal es primero construir los desagües para que no haya más inundaciones y eso se tiene que hacer previo a la pavimentación, por eso la demora en que llegue el asfalto a muchas calles de ese barrio” aclaró Alejandro Enrique y además aseveró que “en líneas generales y pese a este perjuicio para los vecinos del lugar, es para destacar el trabajo y el compromiso de las entidades de bien público de la zona, que son las que generalmente motorizan este tipo de reclamos y se ponen al frente de las demandas de los vecinos, siendo actores protagónicos en estos 107 años de Isidro Casanova”.

Un nuevo libro

En otro tramo de la entrevista, lo consultamos sobre el nuevo trabajo gráfico que está preparando referido también a Isidro Casanova, que se agregará a la trilogía de piezas que ya publicó sobre la localidad: “En realidad pensé que ya habían culminado mis trabajos de investigación y recreación de la historia de la ciudad, pero esta nueva edición que publicaré en el curso de este año, tiene que ver con que se está cumpliendo una década de la publicación de mi primer trabajo de investigación: La historia de un Pueblo. La vida de una ciudad (2008) y fue tanta repercusión que tuvo esa obra liminar, como las otras dos, que me veo en obligación de hacer una obra definitiva de dos tomos, con mucho material que ya fue publicado anteriormente en la trilogía y textos nuevos, como por ejemplo una investigación sobre la muerte de don Isidro Casanova, cómo falleció, dónde, qué fueron de sus restos…; también una recreación de la fábrica Textil Schuster, etc.” y como corolario explicó por qué saldrán a la venta dos tomos de un mismo trabajo: “Lo hago en dos tomos primero porque es un contenido muy voluminoso y me pareció conveniente dividirlo en dos segmentos para que sea mucho más accesible a la lectura, y además, debido a la situación económica, consideré que va a resultar mucho más fácil adquirir de a un tomo y no en un solo libro mucho más oneroso y de gran volumen”.

Pluma autorizada

Una ciudad cuya matriz de crecimiento fue la estación de trenes

Los casanovenses cumplimos hoy 107 años. La fecha oficial establece como día fundacional el 15 de mayo de 1911, momento en que queda inaugurada la estación del Ferrocarril Midland de Buenos Aires. Fue el ferrocarril el que dio nacimiento a un pueblo que rodeó aquella solitaria estación en medio de una llanura ondulada y fértil que sólo conocía de estancias, quintas y tambos. Allí llegó la empresa británica para tender el ramal ferroviario que se iba a extender hasta la lejana Carhué (lugar donde iban los turistas a buscar sus aguas “sanadoras”).

A poco que comenzara a correr la primera locomotora con su pequeña formación de vagones, las humildes construcciones empezaron a rodear la estación. Hay que imaginar que la Ruta 3 era apenas un camino de tierra sinuoso y con huellas que sólo era transitada por caballos y carros; entonces todo pasaba en los alrededores de la estación Isidro Casanova. La primera escuela, el primer almacén de ramos generales (el de don Santiago Jaureguy), la primera tienda (la de Ferdinando Enjobrás) y la humilde textil de hilos de seda que don Isidro Casanova levantara a muy pocos metros de allí eran el único paisaje del lugar. Precisamente esta industria textil fue la que atrajo a un grupo de familias francesas que se especializaban en la elaboración de la seda y que se instalarían en el incipiente pueblo.

Don Isidro Casanova era español y no portugués

Ya que estamos hablando de don Isidro Casanova y de su industria textil, es una buena oportunidad para aclarar un malentendido que suele existir. Según podemos observar tanto en el Censo Nacional de 1895 como en su partida de defunción, vemos que Casanova era ciudadano español y no portugués como muchos suponen o repiten.

La fuerte influencia de la colectividad portuguesa en nuestra ciudad hace que muchos presupongan que era originario de ese país, pero vamos a dejarlo bien en claro: Don Isidro Casanova era español y, al menos, desde 1895 se radicó en nuestro país.

Volviendo a la historia del pueblo tenemos que decir que el desarrollo en sus primeras décadas fue con algunos tropiezos. Las pocas mejoras que ofrecía la planta urbana y la escasa posibilidad laboral no facilitaba la radicación de nuevas familias. Como ya dijimos, tambos (Larre, Bulla, Arnaldi), quintas de verduras (Confeggi, Marzialli), quintas de flores (Coelho) o estancias (Traut, Achaval) eran las únicas que facilitaban algunas mínimas fuentes laborales. Eso se agudizó cuando después de la crisis mundial de 1929 también tuvo que cerrar la textil de seda de don Isidro.

A partir de la década del ’40 eso iba a cambiar. Cuando promediaba esa década el acceso de los trabajadores a mejoras en sus salarios y derechos laborales permitió que muchas familias comenzaran a comprar tierras económicas en el pueblo para levantar sus casas. En 1936 se había instalado la fábrica del calzado Enrique Schuster y Cía y en 1938 se pavimentó la Ruta Nacional 3; lo que facilitó la llegada del colectivo 196 que tenía su terminal en nuestro pueblo.

La época dorada

Esa primera mitad del siglo tuvo su época dorada cuando a partir de 1949 y 1950 se produce un “boom” de venta de tierras en el casco histórico del pueblo y en nuevos barrios que se iban creando como San Alberto, El Atalaya y San Miguel. Esa oferta de lotes económicos y pagaderos a largo plazo estaba impulsada por la demanda de miles de trabajadores que llegaban a Isidro Casanova interesados que transformarse en nuevos vecinos. Todo eso tenía una sola explicación: el modelo económico peronista que desde 1943 había permitido a los trabajadores participar de la renta nacional y así mejorar notablemente sus salarios. Algunas décadas después todo el progreso se iba a coronar con la declaración de ciudad que iba a llegar en 1974.

Hoy celebramos un nuevo aniversario de aquel lejano 1911 en el que esta realidad parecía una utopía. Hoy transformada en una ciudad que según el Censo de 2010 alcanzaba las 160.000 personas.

Alejandro Enrique
Periodista e investigador histórico

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Un Comentario.

  1. jajajajajaja, obras paradas……….. AGUANTE VIDAL, NEGROS DE MIERDA QUE LES GUSTA EL BARRO Y LA MUGRE, SIEMPRE TUVIERON OBRAS CIEGOS DEL OJETE

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