
Universidad. Todo aquel que transita por los pasillos de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) difícilmente pueda evitar, al menos, posar sus ojos por un momento en una desafiante nuestra de esculturas en madera y metal inaugurada recientemente. Figuras humanas, de serpientes y de guerreros interpelan al público e invitan a detenerse y contemplar.
La exposición pertenece el artista Oscar Magarola, también docente de la Universidad, quien presenta su trabajo, hasta el 13 de diciembre, en el Espacio de Arte Ricardo Carpani, frente a la Dirección de Alumnos.
“La muestra refleja un montón de episodios que tienen que ver con la pasión humana”, manifestó Magarola.
-¿Por qué la muestra lleva el nombre Sobre Hombres, Dioses y Demonios?
-Tiene ese nombre extraño y enigmático porque tiene que ver con lo humano, que por momentos es una mezcla de lo divino y de lo demoníaco; de lo luminoso y de lo oscuro; de lo sublime y de lo más perverso. La muestra refleja un montón de episodios que tienen que ver con la pasión humana.
-¿Cuáles son las características técnicas de las obras?
-En su mayoría, las esculturas están hechas con madera cirujeada. Salgo de dar clases camino a mi casa y, de pronto, veo una poda de árboles y me paro cual crotto en la parva de árboles y busco la madera que me dice ya qué figura es. Cuando la levanto, ya es algo más que una madera: es el rostro de un hombre o de una mujer, o un torso humano. La madera me sugiere una forma que yo, después, voy a buscar en la obra. La madera ya tiene su forma original.
-Por lo visto, cada escultura tiene una historia detrás de sus elementos.
-Exactamente, porque en algún momento rescaté maderas de un campo o veo árboles caídos, observo las raíces y veo una figura humana. Y sobre esa raíz y sobre esa figura humana empiezo a trabajar y ya, después, esa figura se transforma y me dice otras cosas. Asocio parte de una madera con otra. Nunca es una pieza única, siempre es un ensamble de piezas que se van combinando solas.
-Las piezas individuales terminan encontrándose en una obra, con un mensaje común.
-He rescatado una rama que era prácticamente un brazo con sus venas. Después aparece un torso, después aparece una pierna, que se van juntando. Y una madera es de Córdoba, otra de Uruguay y otra de La Matanza.
-Entonces, ¿el objeto rescatado termina condicionando la obra final?
-Absolutamente. Si bien después es modificado y transformado, el mayor trabajo artístico es el que hace la naturaleza.
-¿Presentar tu obra en la UNLaM tiene algún significado especial para vos?
-Representa algo muy significativo en mi vida. Cuando vine a presentar mi currículum a la Universidad como docente, hace más de veinte años, me bajé del colectivo, entré y dije: “Yo quiero trabajar en esta Universidad”. Hay una relación de amor en mí para con esta Universidad, con su gente y con sus alumnos.