Número de edición 8481
La Matanza

Paro Internacional de Mujeres: Una marcha que sembró una revolución a su paso

La lucha feminista elevó el grito por una mujer sujeto de derechos y por el buen vivir, en un reclamo de justicia e igualdad que atraviesa a toda la sociedad. Cientos de miles de mujeres en la calle demostraron que el movimiento que décadas atrás llegó para quedarse, ahora mueve masas y despierta mentes en todo el mundo.

Por: Valeria Virginia Villanueva
villanueva.valeriavirginia@gmail.com

 

VIDA, se respiró, se vio, se oyó, se olió, se saboreó, se bailó, se cantó, se lloró, se saltó, se brindó, se compartió, se exigió, en la tarde del épico miércoles 8M. Si bien no fue una jornada de celebración sino de lucha, la hermandad que unió a cientos de miles de marchantes camino a Plaza de Mayo, que regó de abrazos, sonrisas y palabras comprometidas, sembró esperanza en un futuro más humano, con más equidad y libertad con respeto.

Quienes no tuvieron la posibilidad de participar podrán confundirse con los mensajes que algunos medios masivos de comunicación difundieron acerca de los posteriores incidentes -provocados por 5 mujeres y una reacción policial de decenas de efectivos con gases lacrimógenos que se llevaron detenidas a 20 personas que no tenían vínculo alguno con el episodio frente a la Catedral. Sin embargo, tienen la oportunidad de conocer los testimonios de quienes sí adhirieron, en el marco del primer Paro Internacional de Mujeres de la historia de la humanidad.

Millones de personas en al menos en 50 países del planeta se alzaron contra el patriarcado, término que aún suscita burla o rechazo en algunos. La lucha es contra ese sistema que es parte de la explotación capitalista, que reproduce desigualdad entre los géneros, entre las clases, entre las culturas y las ideologías. Y Argentina tiene el orgullo de ser uno de los epicentros, gracias a un movimiento feminista que madura a pasos agigantados, en un continente latinoamericano con cifras escalofriantes de femicidios y desaparecidas por trata, por día.

Mujer sujeto

Ya en el tren, desde el conurbano hacia Plaza de Mayo, se leía y se escuchaban consignas tan simples como claras: “Mi cuerpo es mío” y “Vivas nos queremos”, entre los más reiterados en medio de un inabarcable despliegue visual de carteles, símbolos y performances artísticas que no dejaban de sorprender.

El reclamo es simple y fundamental: considerar a la mujer persona, no objeto de deseo, ni de explotación, ni de consumo, ni de condicionamiento alguno; ser un sujeto femenino con libertad de decisión sobre sí mismo, con los mismos derechos que un sujeto masculino –con la diversidad de identidades y expresiones de género que en la actualidad existen.

 

La oposición feminista

Al conversar con algunas de las presentes, se entiende que parte de la fuerza del movimiento feminista radica en la indignación de sobrevivir a diario entre actitudes discriminatorias y violentas, miradas acosadoras y explotación, bajo argumentos machistas cuasi-tradicionales. También se desprende de la desesperación de familias, amigos, compañeros que buscan incansablemente a sus mujeres y sospechan que son

víctimas de la trata y prostitución. Además, del dolor infinito por cada chica violada, golpeada o empalada hasta su muerte.

Es así como comparten la lucha no sólo agrupaciones feministas sino también partidarias, sindicales, clasistas, indigenistas, naturistas, vecinalistas e independientes. Sin embargo, las huellas que dejaron las marchas de docentes y trabajadores en los dos días previos estaban presentes en el ánimo general, en las remeras peronistas aún en venta al paso y en esténciles callejeros.

Es así como, uno de los cánticos masivos durante la marcha y el acto central fue “Sí se puede, hacerle un paro a Macri se lo hicimos las mujeres”, en alusión a la escandalosa falta de resolución de la CGT acerca de la fecha de un paro general. La sensación de muchos fue que el poder que décadas atrás tenía el movimiento de trabajadores, ahora lo esgrime el feminismo, con la responsabilidad de ser la oposición a un sistema cultural entero.

Los reclamos

Algunas de las razones por las que paramos y marchamos fueron principalmente:

– por las niñas y mujeres que no ya están, víctimas de trata y violencia de género

– por el aborto legal y seguro,

– por un sistema judicial que no justifique y reproduzca el machismo

– por un Estado laico donde la Iglesia Católica no sea una corporación que decida sobre cuestiones civiles

– por la libertad de mujeres presas por defenderse de una violación, por abortar o por participar de una manifestación

– por la paridad de género y mismos derechos laborales

– por la educación sexual pública e integral

– por el parto seguro y en contra de la violencia obstétrica

– por los derechos vulnerados al trabajo y a la salud de personas trans

 

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