El Instituto de Recursos Biológicos del Centro de Investigación de Recursos Naturales de Castelar estudia especies medicinales, las cuales plantean un gran desafío para el INTA: registrarlas en la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) e introducirlas como cultivo en la economía formal.
Por Valeria Ines GUERRA
Las especies medicinales que estudia el Instituto de Recursos Biológicos, están dentro del Programa Nacional de Hortalizas, Flores y Aromáticas. Dentro del mismo en un módulo estructurado para nativas, aromáticas y medicinales.
En inicio la propuesta fue trabajar con especies que tienen antecedentes por el hecho de que previamente existió en la década del 90 un convenio INTA-Universidad de Arizona en lo que es bio-prospección. “Se buscaron especies nativas con propiedades medicinales y principios activos nóveles. Este proyecto duró diez años e hizo un relevamiento de muchas de las especies que crecen en regiones áridas y semiáridas del país, principalmente tomando zonas de la Patagonia y zonas de centro y noroeste del país”, comentó la directora del Instituto de Recursos Biológicos, Renée Fortunato.
“La propuesta era buscar en zonas de bajo nivel de humedad, visto que si las especies pueden crecer en zonas frías y áridas, van a buscar esas especies tener determinadas actividades fisiológicas para poder vivir en un ambiente con condiciones extremas”, agregó. En ese ambiente con condiciones extremas es posible encontrar determinados principios activos nóveles, no utilizados en el mercado.
Las especies medicinales que se estudian el Instituto de Recursos Biológicos, forman parte del Programa Nacional de Hortalizas, Flores y Aromáticas, en el módulo de aromáticas y medicinales nativas.
Como antecedente se cita: entre 1993 y 2003 se realizó bioprospección de especies autóctonas de regiones áridas y semiáridas de Argentina a través del convenio/contrato INTA-Universidad de Arizona. “Se buscaron especies nativas con principios activos medicinales y agroquímicos nóveles, no restirados. Este proyecto duró diez años e hizo un relevamiento en las regiones Patagónica, Chaqueña y Andina y Altoandina del país”, comentó la directora del Instituto de Recursos Biológicos, Renée Fortunato.
“La propuesta fue buscar en zonas de bajo nivel de humedad, visto que las especies que crecen en zonas frías, cálidas y áridas, tienen actividad fisiológica que les posibilita vivir en ambientes extremos”, agregó. La propuesta fue basada que en estos tipos de ambiente sería posible encontrar principios activos nuevos, previamente no registrados/patentados.
Hasta el presente, como resultado se habían obtenido únicamente nuevas combinaciones de moléculas1,2; no obstante, con el convenio/contrato vencido, la que fuera coordinadora líder del proyecto: B. Timmermann, publicó actividad antiprofiractiva (apoptosis) en carcinoma escamoso humano de cabeza y cuello en Vassobia brevifolia3. Es de remarcar que este estudio fue realizado a partir de los extractos recolectados y determinados previamente por el INTA (1993/2003). “A nosotros, en colaboración en el Inst. de Patobiología (A. Salvat), también nos dio esta especie con bioactividad, y si bien no estaba citada en usos populares, sí existían antecedentes de estudios químicos a nivel nacional e internacional”, dijo Fortunato.
En la actualidad el Instituto de Recursos Biológicos ha retomado la propuesta de prospección, análisis y desarrollo en especies nativas, con el objetivo de registrar los fitofármacos que deriven en el ANMAT. Sobre esa base se están evaluando especies de Valerianas del sur del país (ñancolahuen): “sedante e inductora de sueño” y de pezuñas de vaca (Bauhinia spp.): “hipoglucemiante”; ambos grupos de plantas poseen reportes químicos y reconocidos los usos etnobotánicos (pueblos originarios y criollos).
Asimismo, en el Instituto se han conservado las muestras patrón secas y molidas de las especies analizadas durante el convenio/contrato INTA-Arizona. Estas muestras se han seguido utilizando en estudios realizados en el país. Varias de esas plantas con bio-actividad antimicrobiana recibieron testeos y “de algunas están obteniendo interés veterinario y nutracéutico para animales de producción intensiva”, afirmó Fortunato. En esas mismas muestras (más 1000 especímenes de especies nativas) se ha iniciado la evaluación de bio-actividad ante el síndrome urémico hemolítico a través de una beca posdoctoral CONICET. Sobre esta base además de formar parte de un módulo los proyectos INTA también se ha presentado la propuesta al Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT) y se cuenta con I+D. Los diferentes estudios encarados permite la formación de RRHH: 3 becarios (1 INTA y 2 CONICET).
Fortunato, destacó que el estudio de plantas medicinales “es un tema de vacancia en el INTA y a nivel país”, y señaló que en el instituto se analiza a nivel químico, para conocer la actividad. “Lo que se propone es llegar a más: saber cuáles son las que tienen los mejores biotipos, introducirlo a cultivo, y como está dentro de los lineamientos de INTA, la propuesta es de desarrollar el sistema productivo en las distintas zonas, y que sean de manejo familiar”.
“El desarrollo en una primera etapa, es tener una producción comunitaria; que los lugareños como los grupos originarios dejen de extraerlos del medio, con disminución y pérdida de las poblaciones naturales, y que gracias a este propuesta sea manejado a nivel cultivo”. Fortunato habló a su vez de la importancia de registrarlo en el ANMAT para tener un fitomedicamento y así poder incorporarlo al sistema productivo.
El INTA está articulando con las diferentes unidades en dónde crecen las especies de valeriana y pezuña de vaca con potencial medicinal. En este último grupo con área de distribución en Misiones y N de Corrientes se ejecuta la evaluación e introducción a cultivo en conjunto con la EEA INTA Cerro Azul, Misiones. En el caso de las valerianas se articula con las EEAs INTA Bariloche y Esquel y Mendoza. Los análisis de los biotipos químicos, son efectuados en el Instituto de Recursos Biológicos en colaboración con el de Patobiología y las Facultades de Farmacia y Bioquímica UBA y Ciencias Naturales UNPSJP.
“Dentro de los desafíos futuros para implementar actividades económicas de alto valor agregado, es el desarrollo e inscripción de nuevas especies nativas como fitomedicamento, su cultivo, producción y uso en Argentina con metas de exportación unInsumo importante para actividades económicas de alto valor agregado. El país tiene una deuda; hasta el momento todos los que han estudiado plantas medicinales, han llegado a diferentes niveles de análisis químico publicados en diferentes artículos de interés de citación (ISI citation index), pero no introducidos en la economía formal. El INTA es el único organismo, que además de tener investigadores en distintas líneas, puede introducir su manejo de cultivo en zona de origen. Es algo nuevo en la institución y área de vacancia a nivel país”, concluyó Fortunato.
CITAS BIBLIOGRAFICAS:
– 1 Wächter, G., Franzblau, S., Montenegro, G., Suarez, E., Fortunato, R.H., E. Saavedra & B. Timmermann, 1998. A New Antitubercular Mulinane Diterpenoid from Azorella madreporica Clos. J. Nat. Prod. 61(7): 965-968.
– 2 Timmermann, B.N., Wächter, G., Valcic, S., Hutchinson, B., Casler, C., Henzel, J., Ram, S., Currim, F., Manak, R., Franzblau, S., Maiese, W., Galinis, D., Suárez, E., Fortunato, R.H., Saavedra, E., Bye, R., Mata, R. & G. Montenegro, 1999. The Latin American ICBG:the first five years. Pharmaceutical Biology 37 (Suppl.): 35-54.
– 3Samadi, A.K., Tong,X., Mukerji, R., Zhang, H., Timmermann, B.N.& M.S. Cohen, 2010. Withaferin A, a cytotoxic steroid from Vassobia breviflora, induces apoptosis in human head and neck squamous cell carcinoma. J. Nat Prod. 73 (9):1476-1481.